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Kozłowski

Kozłowski

Status: En proceso
Genre:Escena del crimen / Casos sin resolver
Popularitas:23.1k
Nilai: 5
nombre de autor: Oriana Rivera Macías

Kozłowski es un hombre muy interesante, tan interesante que te dan ganas de llorar con su vida.

Aunque parezca alguien normal, ha pasado por muchas cosas en su vida, cosas que han provocado que poco a poco su mente sea distinta a las demás.

Sin saber las personas con quién están tratando, poco a poco irá surgiendo su verdadero ser.

NovelToon tiene autorización de Oriana Rivera Macías para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 16

Ahora parecía ser el único juego fácil para él, miraba de reojo como jugaban los otros en las máquinas y quedaba impresionado de la habilidad de los otros tocando botones y moviendo palancas, aunque era obvio que esa habilidad la sacaron de consumir varios videojuegos en vez de libros. La mayoría debió de reprobar todas las materias, parecen ser profesionales jugando, y eso indica que tanta atención no prestan a sus estudios. En secundaria hay varias materias, varias pruebas y solo los fines de semana se podía descansar. En la semana habían por lo menos tres pruebas, y si no había ninguna, había que entregar 10 trabajos. Recuerda la secundaria, y carajo, sí que sufrió allí. Los otros ni le hablaban, era el único que le contestaba a los maestros y participaba en clases, odiaba educación física por los equipos de deporte y terminaba haciendo nada en cada clase, aún así aprobó la materia gracias a que el profesor que le tocó los últimos años era amigo de su madre.

En su rostro se forma una expresión de decepción, en lugar del juego de básquet había unas máquinas de juego de nuevas franquicias de videojuegos y otro de esos juegos de ganar peluches. Trata de irse, pero algo llama su atención.

—¿James?— Mira confundido hacia las máquinas. Nota una espalda delgada cubrida con una camisa blanca, una melena rubia brillante bien atendida y unos pantalones de marca, lo cual era raro de ver en un lugar así, y se le hacían recordar a su compañero de trabajo.

—Oh, Richard… Hola.— lo saluda luego de un momento de silencio pensativo del juego que estaba jugando. Eran las garras, y deseaba con todo su corazón ganar el peluche de oso pardo con colmillos muy realistas. Nadie lo quería por ser aterrador para los niños, pero James tenía la idea completamente contraria.

—¿Vienes con tu familia?

—No, no, sólo me gusta jugar a esto.— la garra atrapa el peluche de dientes afilados y James voltea su cabeza a ver a Richard, sonríe de un lado y vuelve a mirar la máquina al escuchar como su peluche bajaba y lo dejaba tenerlo en sus manos. —Parece muy infantil, ¿No?— sonríe con más confianza, aunque la incomodidad que sentía al cruzarse a alguien del trabajo en esa situación era obvia.

—¿Sabes si quedan máquinas de aro y pelota de baloncesto?

—Eh… Creo que ya quitaron todas, recuerdo ver unas cuantas aquí hace unos años cuando vine de vacaciones de verano, pero fue cuando yo era un niño.

—Mierda, qué pena, yo quería comprarme un juguete de dinosaurio.— bromea riendo un poco ladeando su cabeza para apuntar la caja donde había una chica que trabajaba allí chateando por teléfono, debajo de ella se podían ver distintos juguetes que se ganaban con los papeles que entregaban los juegos cuando ganaban.

—¿Te gustan los dinosaurios? Gané mucho papel rojo y no sé en qué gastarlo.

—Suenas como si vendieras drogas.— Richard ríe verdaderamente y se acerca hasta la mujer, quién ni siquiera se da cuenta de su presencia y sigue concentrada en su teléfono. Se acerca a la vidriera y ve los distintos premios, hay juguetes pequeños de figuras de series.—Ah, mira, un Pikachu.— apunta al Pokémon y sonríe reflejando su cara de alegría por el vidrio de la vidriera. En su infancia le gustaba ver esa serie, se quedaba hasta las una de la mañana para verla, ya que la transmitían muy tarde.

Puede ver el cuerpo de James reflejarse atrás de él, sus brazos abrazan el peluche que ganó y lo presiona contra su pecho. Es extraño, pero puede ver brillos de emoción en sus ojos.

—Genial, ¿Te viste Naruto?— pregunta el rubio intentando saber más de sus gustos para conectar con él de alguna forma.

—¿Quién no?— le devuelve la pregunta. Le encantaba ver todo tipo de caricaturas de pequeño, estadounidenses, japonesas o polacas, le daba igual, se entretenía con todo.

—¿Viste que han salido series japonesas nuevas? Hay varios animes interesantes hoy, ¿Te viste alguno nuevo?— Habla con rapidez y en voz alta, sin tener en cuenta que capaz no haya escuchado bien lo que dijo.

Richard lo mirá con sorpresa, nunca había escuchado a James hablar tan animado. Su tono de voz era tranquilo y hablaba lento para sonar claro.

—No tengo tiempo, per- — antes de continuar, es interrumpido.

—¡Yo te puedo mostrar alguna!—lo toma del brazo y lo lleva a la fuerza hasta la salida del lugar, antes de seguir, Richard hace peso muerto y para al Flash.

—James, el Pikachu.— le recuerda.

—Ah, cierto.

Se dan la vuelta y vuelven hacia donde se encontraban los premios, Richard casi golpea a la muchacha para que le diera atención, pero James lo detuvo y llamó la atención de la chica con un chasquido de sus dedos.

Pasan minutos y ambos van al estacionamiento, cada quien va por su auto, pero da la casualidad que el auto de Richard está pegado al de James. Antes de entrar, se quedaron hablando justo cuando Richard abrió la puerta.

—¿Y qué haces aquí, Richard? Dicen que eres polaco, pero no sé si…

—Sí, es verdad. Soy de Polonia y nací específicamente aquí, no en el supermercado, para aclarar.— suelta unas risas y entra en el auto, cierra la puerta, pero baja la ventana para seguir conversando con el hombre de cabello rubio.

Era entretenido hablar con un adulto que tuviera un lado infantil agradable.

—¿Viniste a saludar a tu familia?

—No me llevo tan bien con mi familia, James. Sólo vine por un funeral.

—Te comprendo, la familia es tediosa e inservible. Es como un regalo de la vida que te mata lentamente.

—¿No sientes a veces que quieres matar a tu familia? No lo he hecho, pero quisiera….

—Lo entiendo, lo entiendo.— Se queda callado luego de repetir con seguridad su respuesta y bajar el tono de a poco. Hace un silencio que fue pesado, pero no sabe porqué generó aquello. —Bueno… Te veo en el trabajo.— se despide volviendo a sonreír, el ambiente pesado se volvió ligero y Richard subió la ventana del auto.

Ve por el espejo retrovisor como James se va hacia su auto, sus ojos vuelven a concentrarse en su auto y lo enciende. El frío de invierno hizo que su motor se enfriara, así que debía calentarlo por unos segundos antes de partir.

Oye el sonido de su motor encendido y pone su mano en el volante sin moverlo, sólo dando golpes leves con su dedo índice para matar el tiempo. El sonido de sus golpeteos fue interrumpido por un estruendo. Mira hacia las ventanas de su auto, la ventana del asiento de atrás mostraba el auto de James, había cerrado tan fuerte el portón que se escuchó desde su propio auto.

Richard ve de reojo como entra a su auto y lo cierra, acelera y se va sin importarle el frío que podría estropear sus motores. Frunce el ceño, nunca había visto a James enojado, eso era nuevo, aunque lo ha visto hacer cosas que jamás creyó que podría hacer.

Lo que no sabe es que le faltan muchas más cosas que descubrir.

1
MARCELA Ramos
Malo
MARCELA Ramos
Muy malo
Gisela Molina
va bien
Yuri Zamira Gonzalez Castaño
Bueno
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