PROHIBIDO

Crepúsculo empezó a despertar y Ocaso estaba nervioso, se calmó cuando vio a la culpable llegar.

El hermoso mago un poco adolorido abrió los ojos para toparse con su perdición, eran los ojos más hermosos que había visto en toda su vida, que había sido bastante larga.

Crepúsculo volteó a mirar a su hermano y este dijo "No fui yo quien te curó, fue Cheli"

Rachel lo miraba con ojos brillantes y un poco enrojecidos, se acercó a ella y olió su dulce perfume, su cabello aún continuaba un poco mojado, le encantaba su imagen, pero le molestó saber que había llorado.

"¿Por qué lloraste pequeña?" El hombre besó la mejilla de la mujer y luego enterró su rostro en el cuello de la misma, cerró los ojos sintiendo a Rachel, por fin se sintió tranquilo.

Rachel tenia sentimientos encontrados, estaba feliz de que estuviera bien, pero estaba triste por las palabras de su hermano "Creo que este día fue complicado"

Rachel intentó contener las lágrimas, quería decirle todo y desahogarse, pero ella pensó mejor, solo se estaba dejando llevar por el momento, él no era la persona indicada para hablar sobre sus sentimientos.

"Ven aquí, siéntate" Dijo el mago sentándola en sus piernas.

Crepúsculo colocó su dedo pulgar en la barbilla de la niña, obligándola a mirarlo. Él observó sus ojos, no le gusto verla tan triste, la besó suave en sus labios y la abrazo. Rachel no se resistió y lo abrazo, su pecho estaba desnudo y emanaba un olor a medicina, pero aun así apreciaba su esencia, tenía algo atrayente, quizás era el perfume que aún quedaba en su piel.

"Me daré un baño, no te vayas, espérame aquí" Dijo hombre dándole otro beso.

Ocaso salió del lugar para darles privacidad, no podía creer lo que veia y escuchaba, el hombre había pedido que no lo medicaran y su sobrina había hecho mucho más que eso y ahí estaba sumiso. Ocaso lo supo inmediatamente, el amor de Rachel era su hermano, el famoso amor prohibido que crepúsculo le había regalado al nacer.

Crepúsculo salió del baño aun quejándose por el dolor, su sobrino era fuerte no cabía duda, el hombre posó los ojos en la mujer que se encontraba sentada en la cama, su fruta prohibida estaba esperándolo.

"Dejame ayudarte" Rachel se levanto tomandolo por la mano, llevandolo hacia la cama, el hombre cerró los ojos y asintió con su cabeza, aceptando su ayuda.

Ella buscó una toalla limpia secando el cabello y heridas que se veian mucho mejor, cuando termino el torso, comenzo a quitar la toalla que llevaba en la cintura liberando su erección, Rachel lo miro sin poder creer que tuviera deseo en ese momento, el sonrrio con picardia y observó con malicia el cuerpo de su fruta, la habitación se encontraba calida y confortable, las miradas de los amantes ardian en medio de cada roce.

Crepúsculo comenzó a pasar su mano fuerte por la suave piel de Rachel, el estaba sentado y ella de pie en frente de el. El pelirrojo admiraba su belleza y no deseba compartirla con alguien más, quería apreciarla solo para él, al palparla su erección creció más, la atrajo hacia el y gruñó comenzando a besar la cintura de la mujer.

Ella suspiró y quizo apartarse pero él no la dejo, la habia rodeado con sus brazos, deslizando su vestido dejándola en ropa interior, su brasier cayó al suelo y el comenzo a ch*par sus puntas rosadas, Rachel sintió espasmos por las múltiples sensaciones.

"Chris..." Susurró la castaña cerrando los ojos, una mano bajó a un más apretando sus nalgas y con la otra sus dedos juguetones buscando introducirse.

"Estás herido, te dolerá" Dijo Rachel, no quería lastimarlo.

Crepúsculo la observó con los pechos aún en su boca "Esto duele más, hazlo tu, colócate encima mio"

Rachel deseaba eso tanto como él, hacia mucho, desde la primera vez que no habían vuelto a tener sexo, ella quería complacerlo e hizo que se acostara para consolar la ere*ción que estaba como un soldado listo para la batalla.

Rachel corrió su lencería de encaje hacia un lado y con mucho cuidado se colocó encima del hombre, pero antes de introducirse jugó rosando la protuberancia en su entrada, eso provocó un placer indescriptible.

Crepúsculo gruñó e intento apretarla para meter su mie*bro de inmediato, le dolía su hombria por el juego de Rachel, el hombre estaba a mil, deseaba inmensamente adentrarse, al no soportarlo más gruñó y Exclamó "¡Mételo Cheli!

Se escuchó la sexy risa de la chica y después de la orden comenzó a introducirlo lentamente, un gruñido salio de la boca del mago, deseba sentir alivio y sintió que explotaria de inmediato. La pareja se comenzó a mover buscando un placer mutuo, Rachel se acomodó para mejorar su moviento haciéndolo más rápido, el pelirrojo observó sus pechos subir y bajar, estaba en su máximo nivel al igual que la castaña, la agarró de la cintura levantándose un poco para movilizar su cadera haciendo que su mienbro entrara y saliera, ambos llegaron al climax, con respiraciones y quejidos, Crepúsculo se derramó por completo detro de ella.

Quedaron inmoviles por unos minutos, Rachel aun encima del hombre podía sentir el fuerte latir de su corazón, recordó cuando lo habia visto mal herido, su cuerpo tirado sin moverse, sintió temor de perderlo, ahora estaba feliz de poder sentirlo dentro de ella.

"No me llames tío, me gusta cuando me dices Chris" dijo Crepúsculo pasando los dedos por la espalda de la niña.

"Aún es extraño no decir tío, pero haré mi mejor esfuerzo" Confesó Rachel.

"Nadie me dice Chris, me llaman Crep, Crepúsculo y en tu mundo Christian, pero nadie me dice Chris únicamente tú" Confesó Crepúsculo y la besó con ternura, le gustaba que ese nombre saliera de los labios de ella.

"Tengo mucho sueño, creo que dormiré" Confesó la mujer desvaneciéndose en los brazos del mago.

Crepúsculo abrió los ojos por la sorpresa y llamó de inmediato a Ocaso, este al ingresar lo encontró totalmente desnudo y vuelto furia.

"Ves por Cheli, me preocupa su estado, estaba débil" Dijo Crepúsculo.

"Sabes que las visitas agotan y más si no se está acostumbrando, te visita a ti, visitó a Alex y no siendo mucho, tienes sexo con ella y en mi cama, eres un maldito" Dijo seriamente Ocaso.

"¿Visitó a Alex? ¿Por qué que no lo mencionó?" Preguntó desconcertado Crepúsculo.

Ocaso volteó los ojos, de todo lo que le había dicho únicamente había escuchado eso "Lo más probable es que no la dejarás hablar"

Crepúsculo lo miró con enojo y le Ordenó lo siguiente "Ve por ella y tráela, la quiero aquí, no puedo ir por ella m, estoy débil"

"No puedes traer a este mundo a alguien que no pertenece aquí" Dijo Ocaso.

"¡Te di una puta orden obedece!" Exclamó Crepúsculo.

Rachel se había agotado por las visitas, el sexo y porque no había comido nada, la mujer estaba en el mismo rincón de su habitación desmayada por el cansancio.

Crepúsculo cada vez que tenía sexo con ella se sentía más y más atraído, no deseaba separarse y no lo iba a permitir. Era cierto que no estaba permitido traer a personas del mundo exterior, pero Rachel llevaba su sangre, por lo tanto, su mundo le pertenecía también.

Por otro lado, Melisa conversaba con su esposo y discutían la visita de Rachel, el hombre estaba enojado y algo preocupado por su tío, el mago no había hecho nada para defenderse.

"Entiendo por qué Cheli no me confía las cosas que le ocurren, quizás siente que es una carga demasiado pesada para mí ¿Cómo puedo ocultarte algo tan grande?" Dijo Melisa.

"Le dije cosas muy feas, amo a esa mocosa Mel y también a mi tío ¿Por qué me hacen esto? Si mi madre o mi padre se enteran... ¡Dios! no quiero pensar" Confesó Alexander.

"Me dijiste que el amor prohibido lo regalo tu tío Crepúsculo ¿Él sabía que se trataba de él mismo?" Preguntó Melisa.