La Niñera

Tomé mis maletas empaque lo poco con lo que había llegado, todo lo que él había comprado para mí lo deje en su lugar. Nada de eso era mío y no quería llevarme algo que me lo recordara.

- A donde vas - y yo que quería salir sin que nadie me viera.

— No voy a volver, así que no me preguntes nada más.

- Está vez si es definitivo.

- Si fue muy bueno conocerte, algún día puede que nos volvamos a ver.

- Extrañaré nuestras charlas matutinas.

Le di un último abrazo y salí de aquella mansión, o podría decirse que también fue mi jaula de oro. Lo tenía todo, pero el dinero no compraba la felicidad, hubiera sido más feliz en una choza si la persona con la que estaba casada me hubiera amado.

El dinero que había ahorrado durante este tiempo, me alcanzaba al menos para unos meses y diría que para algunos años.

De camino a donde mi padre una camioneta nos detuvo, pensé que me habían confundido con alguien.

- Baja del auto. - era casi imposible separarse de él, o que yo me perdiera.

- A donde piensas llevarme.

- Sabía que no te ibas a quedar en la casa y sé que va a ser más difícil para ti volver con tu familia. Quiero proponerte un trato.

- Señorita se baja o continuamos. - se me olvidaba que iba en un taxi.

- Cuánto le debo. - con una linda sonrisa me dijo el precio y le pagué, bajándome del taxi para subirme en el auto de Javier.

- Que me vas a proponer.

- Voy a viajar por un tiempo bastante largo. Vamos a abrir una nueva sede en otro país, así que puedes acompañarme y ayudarme con mis bebés.

- ¿ A dónde viajaremos?.

- Vamos a Inglaterra.

- Es un poco lejos, y no creo que el dinero me alcance para vivir.

- Si te digo que me colabores con mis pequeños significa que te voy a pagar, también he estado pensando en que deberías terminar tus estudios y no quedarte como una simple niñera.

- Es lo que siempre he querido estudiar administración de empresas o marketing.

- Y porque no lo intentas, ahora ya no estás ligada a una vida en la que tenías que estar encerrada o siguiendo órdenes.

- Acepto, pero primero vamos a donde mi papá a despedirme luego nos vamos.

Estaba dividida entre la felicidad y la tristeza, dejar un lugar en el cual viví toda mi vida y empezar de cero en otro país.

Mi familia tenía solucionado todo por el momento, yo solo podía despedirme llevándome lo mejor de ellos por ahora, no sé si iba a ser un viaje largo. No sabía si iba a volver o no.

Tenía que avisarles a ellos a donde iba a ir y el motivo tan repentino de mi decisión, tanto mi padre como mi hermana me iban a apoyar.

- Hija, que placer volver a verte y en compañía de...

- Hola papá, él es el hermano de Roberto.

- Que haces con él, no me digas que le estás montando los cachos a...

- Papá me criaste con buenos valores, no soy de esas personas pero al parecer el sí.

- No me digas que él te puso…

- Si y con Anahí, lo están pasando muy bien en estos momentos.

- ¿Que piensas hacer?

- Dejarles el camino libre, al fin y al cabo yo no soy más que un instrumento para alcanzar sus metas.

- A donde vas a ir.

- Inglaterra.

- Hija eres la persona más fuerte que he conocido y te apoyaré en lo que decidas hacer, y tienes mi bendición para viajar.

- Me estaré comunicando contigo y con la pequeña, pero tendré que pedirte un favor no vayas a mencionar nada del lugar a donde me fui, a nadie.

- Está bien.

Y esa fue la última vez que ví a mi padre y a mi hermana. Ese fue el fin de una etapa de mi vida.

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- Volvamos a la ciudad, tengo asuntos pendientes.

- Pero amor solo hemos estado dos días, dijiste que me ibas a dedicar más tiempo.

— Lo sé, pero hay algo que me está incomodando.

Los días que pasaba con ella era como estar en el cielo, las noches eran únicas, cuando tú pasas los días con la mujer que amas se pasan demasiado rápido.

No quería ver la cara de Clara, no niego que es una mujer muy hermosa, con un cuerpo envidiable una piel suave como la de un bebé, pero eso no era bastante para mí, simplemente es una niña, con la que me case para lograr una unión con su familia. Aunque odiaba la idea de que algún hombre fuera a tocarla, sé que ella es virgen.

Aunque en estos tres años ha tratado siempre de hacer su trabajo como esposa y tratar de que yo fuera más amable, pero las cosas no son así.

- Señor no pensé que llegaría hoy. - la actitud de Gloria no es la mejor, nada un poco nerviosa.

- Porque tendría que avisar, es mi casa. Dónde están mis hijos y Clara.

Ella no pudo responder porque en ese momento entro Anahí a la casa, con ínfulas de dueña de la casa.

- Me puede traer una copa de vino. - botas las maletas al lado de Gloria. - Y lleva mis maletas a una de las habitaciones de invitados.

- Gloria dónde están mis hijos y Clara.

- Señor los niños están en la habitación durmiendo y Clara ella... Se fue.

Salgo como un loco a buscarla en la casa pequeña, pero veo su ropa "si se fue porque no se la llevó, a menos que, voy al baño y efectivamente no hay objetos personales de ella.

Vuelvo a la casa principal y subí hasta mi habitación, revise todo y solo hasta que me siento en mi cama veo una pequeña hoja y encima está el anillo que le había dado.

Abro y está escrita con una bella letra cursiva.

" Sé que está no es la mejor manera de dejar las cosas, pero la verdad es la mejor para ti, nuestra unión fue solo por contrato y a pesar de que siempre trate de que nos lleváramos bien nunca lo logre. Espero que ahora que estás con la mujer que amas seas feliz".

La hoja cae de mis manos, tratando de comprender el porqué me dejó, a menos de que le dijeran lo de Anahí, por eso sería que estaba tan feliz y me dijo que la trajera a casa.

Desde ese mismo día comencé a buscarla, nadie me deja a mi a menos que yo lo quiera, pero era como si la misma tierra se la hubiera tragado. Nadie tenía razón ni siquiera su propia familia.