Mahtob

Capítulo 16

Mahtob estaba enseñándole a Refugio cómo preparar el ful medames era su platillo favorito y también el baklava. Mahtob tenía otra actitud.

—Se ve rico.— expresó Refugio

—El ful medames es considerado el plato nacional de Egipto. Es consumido en las primeras horas del mediodía y el más típico en la época del ramadán.—dijo Mahtob

—¿Que es el ramandán?.—preguntó Refugio

—Es algo muy bonito, El Ramadán es el noveno mes del calendario islámico, respetado por nosotros los musulmanes en todo el mundo como el mes de ayuno, oración, reflexión y comunidad. Cada año, el mes en el que se celebra el Ramadán cambia en torno al mes lunar. Es una conmemoración de la primera revelación del profeta Mahoma.—respondió Mahtob

—¿Y que les reveló?—pregunto Refugio.

—Los musulmanes creen que en el año 610 d. C., el ángel Gabriel se le apareció al profeta Mahoma y le reveló el Corán, el libro sagrado del Islam. Se cree que esa revelación, Laylat Al Qadar o la "Noche del Poder" ocurrió durante el Ramadán. Los musulmanes ayunan durante ese mes como forma de conmemorar la revelación del Corán.—respondió Mahtob

—Lo dice con tanto amor señorita.—dijo Refugio

—Mi padre me enseñó el Corán, él es un hombre muy devoto tanto que él ya tiene la marca de una aleya coránica, que indica que al buen musulmán se le debe conocer por el rostro, realmente esa marca se les hace porque durante la oración ponen su frente contra el tapete. Pero mejor sigamos con el baklava.—dijo Mahtob

Ella sabía que recordar era volver a vivir, y pedía a Allah que su familia siempre estuviera bien.

—Señorita esto que acaba de cocinar es delicioso.—dijo Refugio

—Me alegra que te haya gustado, Refugio. ¿Pedro llega hoy?.—preguntó Mahtob

—Si señorita, a menos de que llegue al departamento de la mujer esa. Florencia.—dijo Refugio

—¿Ella ya tienen mucho tiempo con el?—pregunto Mahtob

—Si muchos años, pero solo quiere su vida de lujos. Y se vende para obtenerlos. Pero el día que el señor se case todo se le acabará.—dijo Refugio

—¿Por que estás tan segura de ello?—preguntaba Mahtob

—Porque mi señor es muy leal a su familia, y obvio una esposa sería su familia. Jamás haría algo para dañar a sus seres queridos. Cuando está aquí la hermana del señor, esa mujer tiene prohibido venir y hasta llamarlo aquí. Le gusta respetar su hogar.—respondió Refugio

—¿Cuando regresa la hermana de Pedro?.—preguntó Mahtob

—La señorita estudia en Londres, solo viene de visita. Y la madre del señor vive en Mónaco con su nuevo esposo.—respondió Refugio

—Entonces Pedro está prácticamente solo, bueno a excepción de ustedes. Porqué él es así, me refiero a dominante y autoritario.—preguntó Mahtob

—El señor cambió cuando heredó los negocios de su padre. Y de ahí comenzó todo, el mundo en el que convive es muy competido solo se mantienen los más fuertes. Pero recuerdo que antes era un muchacho dulce. Estoy segura que lo va a ir conociendo.—dijo Refugio

—Pues yo creo que comeremos solas otra vez, si no llega hoy como lo dijo eso quiere decir que primero llegará con Florencia.—dijo Mahtob

Ella no entendía porque de repente le molestaba esa mujer, tal vez era por el encuentro que tuvieron. Pero igual a ella no debía importarle lo que hicieran ambos, eran tal para cual.

—Esa pulsera que siempre trae consigo es muy linda.—dijo Refugio

—Es de mi madre fue su regalo de compromiso, yo la tome prestada para lucirla en la boda de mi amiga Khadijah y ya no pude devolverla. Sabes mi hermano es joyero, el se llama Mustafa hace sus propios diseños. Un día un jeque de los emiratos árabes le mandó hacer un collar tan hermoso lleno de diamantes para su segunda esposa, con una fotografía de ella Mustafa le diseñó el collar más hermoso y único. El jeque quedó maravillado por su trabajo y desde entonces ha diseñado joyas para gente poderosa e incluso para la realeza. Gracias a la recomendación. En mi casa dejé todo mi oro, el que me regalaba mi padre y él. Solo me queda el collar que tengo en el cajón, los aretes los intercambie por una llamada. Los aretes tenían zafiros, que son parecidos al color de mis ojos me los regaló Mustafa cuando entré a la universidad.—dijo Mahtob llena de tristeza

—No se deprima, lamento mucho por lo que ha pasado.—dijo Refugio mientras le daba un abrazo

—Necesitaba este abrazo, Shukran por estar aquí conmigo. Prometí ser fuerte, pero a veces me quebró. Extraño mucho mi tierra, la escuela y sobre todo a mi familia. Pero no puedo volver, mi padre no me creerá y más porque ya he estado mucho tiempo en esta tierra corrompida.—dijo Mahtob

Refugio no dejaba de abrazarla, ella también extrañaba a su hija. Por el momento solo se tenían una a la otra.

Por la noche Mahtob se sentó a leer un libro que se llamaba el Aleph de Borges, eran libros tan maravillosos y Pedro tenía miles hasta en otros idiomas. Que por cierto ella había decidido aprender más idiomas para poderlos leer.

—¿Pensé que continuarías con la divina comedia?.—preguntó Pedro, ella no lo escuchó llegar

—Regresaste, pensé que no llegarías hoy. Tome este libro para esperar a que tú me acabaras de leer la divina comedia y así si algo no entendía tu pudieras explicarme—dijo Mahtob

—El avión no podía despegar por una tormenta de arena, ¿cómo estás? ¿Todo bien?.—preguntó Pedro

—Si todo bien, ¿quieres cenar? O ¿quieres probar el baklava que hice?—preguntó Mahtob

—¿Cocinaste? ¿por qué?.—preguntó Pedro

—Tu dijiste que me involucrara más.—respondió Mahtob.

—Bien señorita, llévame a probar tu baklava, y después te seguiré leyendo la divina comedia.—dijo Pedro

Pedro estaba sorprendido por su cambio tan repentino, a veces cuando el agua se siente tan tranquila es porque viene una tempestad arrasadora. Aún así se sentía contento, lo que más quería era estar con ella, conocerla, pero sin que ella le siguiera haciendo sus desplantes habituales.