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Corazón De Cristal

Corazón De Cristal

Status: Terminada
Genre:Contratadas / Autosuperación / Malentendidos / Traiciones y engaños / Sustituto/a / Matrimonio por contrato / Mujer despreciada / Completas
Popularitas:1.3M
Nilai: 4.8
nombre de autor: May_Her

Anabel, una mujer que no ha sido amada desde la muerte de su madre, vive en medio de un matrimonio sin amor, su vida jamás fue fácil, también vive con una grave condición, insuficiencia cardíaca, pero ¿Qué duele más? ¿Un corazón débil al que cuesta seguir latiendo o un corazón de cristal qué puede ser roto fácilmente?

NovelToon tiene autorización de May_Her para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 16

La mañana era fría y tranquila. El cielo estaba parcialmente nublado, lo cual indicaba una alta probabilidad de lluvia. Sin embargo, Anabel tenía una sonrisa radiante dibujada en sus labios. Damián la miraba fijamente con curiosidad. La razón era simple: había un brillo inusual en los ojos de la pequeña criatura frente a él.

-¿Por qué estás de tan buen humor? - preguntó Damián con un tono serio, aunque su rostro mostraba cierto interés- es la primera vez que te veo con tanta motivación tan temprano en la mañana.

-No es nada, solo conseguí un empleo. ¿Me dejarás trabajar, verdad?

Anabel estaba tan emocionada que estaba usando un tono de voz más amable de lo normal. Damián sonrió levemente. Archi tenía razón, solo debía darle un poco de libertad a Anabel para que bajase la guardia.

-Ya te había dicho que no me importa, siempre y cuando el chófer te lleve y te traiga. Ayer caminaste tanto que estabas empapada de sudor. Tu flequillo se pegaba a tu frente.

Anabel sonrió con más emoción y asintió. Después de eso, dejó de mirar a Damián y comenzó a comer. Al parecer, su apetito volvió un poco cuando estaba de buen humor.

Damián puso un codo sobre la mesa para descansar su mentón en su palma y observar a Anabel. Realmente era una criatura inusual. Tenía algo diferente. No era como otras mujeres. Pero algo más impresionante era que, cuando sonreía y sus ojos tomaban un poco de vida, se volvía un imán para las miradas.

¿Cómo podía lucir tan inocente? Aunque Damián no sabía nada sobre Anabel, con el paso de los días había notado lo manipulable que era. Siempre hacía lo que él le decía sin poner peros. Otra cosa era que siempre estaba seria y tal vez deprimida. Damián no quería preguntarle nada, mucho menos saber si estaba triste o algo por el estilo. Pero una parte de su ser estaba muerta de curiosidad. ¿Quién era relativamente Anabel? No podía ser ese envase vacío que parecía ser, ¿o sí? Damián se sintió incómodo por albergar tales pensamientos y desvió la mirada con cierto disgusto. Ni siquiera podía negar sus pensamientos anteriores. Era evidente que Anabel tenía su encanto y este resaltaba cuando sonreía. Pero era ridículo pensar tanto en ello.

-Por cierto, ¿qué tipo de trabajo conseguiste? Tengo entendido que tus clases son virtuales y por lo general en las noches.

-Bueno, conseguí empleo en una cafetería.

Un silencio abrumador se sembró en la mesa. Damián observaba a Anabel. ¿Estaba tan desesperada por trabajar? Aunque ella no tenía experiencia ni mucho menos se había graduado, Damián no entendía la razón por la que un trabajo en una cafetería era bueno.

-Al menos ya encontraste un trabajo -dijo Damián un poco resignado- aunque lo único que puedo pedirte es que no llegues muy tarde.

-No lo haré.

Anabel recogió los platos de la mesa y fue saltando a la cocina. Damián se sintió más confundido. ¿Por qué estaba tan emocionada? Al menos ya no debía soportarla todo el día y no aburriría. Tal vez de esa manera sería más dócil.

Al llegar a la cafetería, Anabel observó cómo la amable mujer del día anterior ya estaba abriendo. Al acercarse, aquella mujer sonrió. Al parecer era cierto que al saber sobre su edad las personas evitaban trabajar con ellos, ya que había una expresión llena de sorpresa en el rostro de esta.

-Buenos días, es bueno verte, Anabel.

-Buenos días, estaba un poco ansiosa, no sé cómo lo haré.

-Es más sencillo de lo que parece. Al principio parece difícil, pero no lo es. Además, se ve que te adaptas fácil.

Ambas mujeres entraron. Pamela le presentó a Leandro, su esposo y dueño a Anabel. Este era el encargado de preparar los pasteles y cafés. Anabel se sorprendió al conocer a personas tan amables. Era la primera vez que alguien la trataba de forma tan cálida.

Al principio de la jornada, Anabel estaba tensa e incluso se equivocó al tomar un par de órdenes. Ella esperaba gritos o regaños, pero no pasó. Pamela la ayudó y le dejó en claro que le tendría mucha paciencia. Anabel pasó el resto del día adaptándose al acelerado ritmo del lugar. A pesar de que el lugar se llenó y hubo un par de clientes exigentes, Anabel no se sentía presionada. Se sentía relajada. Tal vez había encontrado algo en lo que era buena.

Por su parte, Damián estaba de buen humor mientras trabajaba. Era tan serio aquel buen estado de ánimo que Archi y Dimitri veían fijamente a Damián, no entendían la razón por la que estaba de un humor tan radiante cuando un día antes estaba de un humor de los mil demonios.

-¿Te exorcizaron esta mañana? -preguntó Archi con un rostro serio.

-¿De qué hablas...? -preguntó Damián de forma relajada- ¿Estás delirando?

-Normalmente, ya me habrías golpeado y estarías irritado por mis preguntas. Estás demasiado tranquilo.

-Archi, será mejor que cierres la boca -dijo Dimitri con un rostro serio-. Damián no siempre está amargado. No pruebes los límites de su paciencia.

Archi observó desconcertado a Dimitri. Realmente miraba con confusión a Damián, aunque simplemente suspiró y dejó el tema así.

De forma improvisada, la puerta de la oficina se abrió y la secretaria de Damián entró un poco nerviosa y casi sin ganas de dar su mensaje. Nadie debía entrar sin el consentimiento de Damián, pero esta vez era algo importante.

-Señor...

-¿Qué ocurre? -dijo este con un tono de voz intimidante-. Bien sabes que no tienes permitido entrar de improviso. Para algo puse un teléfono en tu escritorio.

-Verá... no quise entrar, pero un hombre afuera exige verlo. Dice ser el padre de Anabel... no sé a qué se refiere ese hombre, pero está enojado.

Damián se sorprendió y se quedó en silencio un poco pensativo por unos largos segundos. Después tensó su mandíbula. No sabía qué querría aquel hombre, ni siquiera lo conocía. Damián suspiró frustrado y miró a su secretaria. Esto hizo que aquella mujer se estremeciera un poco intimidada.

-Déjalo entrar.

La secretaria salió casi corriendo y Damián volvió a sus típicas expresiones amargadas. Por alguna razón, su buen humor había desaparecido por completo. Al ver eso, Archi y Dimitri salieron de la oficina sin siquiera despedirse.

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Mirta Liliana
Que bueno,que despertó.....
Mirta Liliana
Ojalá y todo salga bien........
Mercedez Peréz
excelente historia escritora sencilla asta losprotVonista hermosos sus actitudes Ztala próxima historis
Mercedez Peréz
yo pregunto y los padres de estos chicos que pitos tocan en está historia que ni siquiera los nombran o los padres no valen nada en esta historia además por lo que daban a entender eran muy buenos todos los padres que se esmeran por sus hijos deberían adoras a sus mayores y. no ser tan mal agradecidos como hijos
Mercedez Peréz
escritora excelente novela yme encanta el respeto a la intimidad de pareja ay que imaginar las escenas de pareja es novela romántica no de pornografía así que escritora está muy bien así se respeta la intimidad de pareja es solo de ellos
Mirta Liliana
Se merece un buen golpe está Mariana,
Mirta Liliana
Caradura esta mujer....
Mercedez Peréz
bueno y ahí está lo del perfume pero eso de terminará cuando ella se de cuenta muy buena asta ahora su novela
Mirta Liliana
Va hermosa....
Mirta Liliana
Ambos tienen sentimientos el uno x el otro,nomás no lo dicen..
Mirta Liliana
Están mejorando el trato entre ellos.
Mirta Liliana
Que emoción,...
Mirta Liliana
El de preocupa x ella..
Mirta Liliana
Interesante...
Mercedez Peréz
bueno no porque el marido tenga dinero uno tiene que ser inútil un trabajo onrdo y así sentirnos útiles y no ser mantenida aunque se tenga marido el dinero es del no de ella en caso de quedar sola ya no sería tan inútil no cren uds ay que saberse mantener sola sinunhombre también se puede
Mirta Liliana
Se merecen un castigo las dos,madre e hija!,malas,sinvergüenzas....😠😡😠😡
Ruby Rodriguez
Hermosa novela, me gustó mucho. Muchas felicitaciones. Atrapa al lector que no se puede dejar de leer. Gracias. ❤️❤️❤️
Mirta Liliana
Triste, 😢😢...
Mirta Liliana
Que vieja maldita,todo x el maldito dinero,avarienta,bruja...
Mirta Liliana
Damian debió haber escuchado al suegro,que tenía para decirle sobre Anabel....
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