La promesa que le hizo a su padre en la tumba, ha hecho de Agatha un gran abogada, rigiendo su vida en base a esa promesa, pero parece que este nuevo caso tendrá que desestabilizar todo su mundo y esas bases. Parece que este va a ser su peor juicio, porque ese hombre de ojos verdes la vuelve cada vez más loca.
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tu calor
-Veo que usted es un hombre mujeriego, sabe que tiene una presencia fuerte sobre las mujeres y se aprovecha de ello, pero… ahí algo en ti, alexandre, que me hace sentir lastima - Agatha no se importó en quitar el filtro entre su cabeza y la lengua, quería y necesitaba hablar sin pensar con él - yo diría que usted es una persona muy triste Alexandre
-Sobre mi persona ahí una oscuridad, que parece que le hace daño a la personas que están cerca de mi y por ese motivo alejo a todos, pero tu, tienes un calor - Alexandre se atrevió a inclinarse aún más sobre el escritorio, acercando más su rostro al de Agatha - es como si tu cuerpo llamase al mío, tu calor es tan fuerte que genera una luz, una luz que me atrae como una polilla y estoy tan curioso que tan cerca puedo llegar hasta quemarme.
Alexandre no paraba de aproximarse, solo miraba fascinado los labios sonrosados y gruesos de Agatha que estaban ligeramente abiertos, ella también miraba los labios de Alexandre mientras él decía aquellas palabras que nuevamente la dejan atontada, pero no quería que él se detuviera, quería saber hasta qué punto él llegaría, había algo en esa energía masculina, que quería tenerlo tan cerca como se le fuera permitido, quería pasar su mano sobre el brazo de Alexandre, sentir el vello y los músculos sobre su mano, sentir que tan fuerte era, su corazón parecía latir más lento y su respiración suave.
Alexandre se detuvo a escasos centímetros del rostro de agatha, logro sentir el dulce aroma femenina, la respiración suave, cuando su mirada se encontraron, él pudo apreciar el color violeta que tenían, parecían grises y violetas, pero su mirada parecía decir que continuará, Alexandre apretó sus labios, no quería que fuera así, algo le decía que con ella no debía de ser así, quería tanto apoyar sus labios sobre los de ella, saber si ella era tan dulce como sua aroma, los mejores dulces se hacían esperar y los más selectos eran difícil de conseguir.
Se retiró un poco y solo le dio un beso en la frente, le dio una sonrisa dulce, la mirada de ella, parecía gritar. ¿Por qué?.
-Alexandre creo que debes de saber que nos podríamos quemar - Agatha habló en un susurro como si las palabras pesan en sus labios - debes de saber que …. Tenemos que ser lo más éticos posibles … y… no debemos de hacer nada que después nos podríamos arrepentir.
-De lo único que me puedo arrepentir es que la frialdad que tengo dentro de mi apague tu calor…dios mio, niégame que lo sientes Agatha - gruño Alexandre aun a poco centímetros de ella, maldecía el escritorio que tenía en el medio pero agradecia porque no sabía que tanto podía aguantar el no poder tenerla entre sus brazos.
-Tengo rabia Alexandre, al estar enfrente de ti parece, que mis palabras simplemente quieren salir de mis labios sin filtro, sin pensar , tengo rabia que unas simples palabras tuyas, me dejan la mente en blanco y te culpo, te culpo por esa energia tan odiosa que tienes
-¿Acaso la odias porque la deseas? - Alexandre se atrevió aún más y colocó su nariz en el cuello de Agatha, está pareció dar un pequeño suspiro, cuando la punta de la nariz de Alexandre acarició la piel de su cuello, todo su cuerpo pareció responder calentarse como una hoguera al introducir más combustible, su corazón comenzó a latir con más fuerza y Alexandre sintió las pulsaciones.
-Te odio por esa razón y mi mente quiere alejarse lo más rápido de ti
-Pero tu cuerpo dice lo contrario, tu cuerpo me dice que lo tome, que bese cada parte de tu piel, que me de el placer de probar esa azúcar morena y ahogarme en tu dulce miel
-Ves, nuevamente no se que haces conmigo, te odio por eso Alexandre Morozova - Agatha pareció suspirar cada palabra, la presencia de Alexandre parecía enbriagarla.
-Se llama deseo agatha y se que tu también lo sientes tan fuerte como lo siento yo - Alexandre sonrió aun con su rostro cerca de su cuello, Agatha sintió la respiración de él y su cuerpo respondió de una forma que ella misma se sorprendió, todo se calentó y su entrepierna parece gritar - tendré paciencia, no te hare nada que tu no quieras, serás tú la que me busque, serás tu la primera en dar el siguiente paso, porque yo sé muy bien lo que siento y quiero que tu también lo sepas.
Alexandre se apartó con una sonrisa burlona, sabía que tenía todo el control en ese momento, Agatha lo miró y sintió rabia, rabia de que él se estuviese burlando de ella, sin pensarlo dos veces, coloco toda la fuerza en su mano y abofeteó a Alexandre, este solo sintió el impacto, ella fue muy rápida
-Necesito que me respetes - Agatha se levantó de su asiento y lo señaló con un dedo, fue cuando se dio cuenta que estaba temblando - soy tu abogada, haré todo para defenderte porque es la obligación de mi trabajo pero no pienses que esto es una hora de placer, no mezcles lo sexual con el trabajo, porque no soy una mujer cualquiera, soy alguien que está trabajando para ti. Exijo respeto, señor Morozova.
Alexandre se comenzó alejar, sin apartar la mirada de ella, le encantaba, parecía que esa energía de ella lo volvía loco, eso era lo que él quería, sabía muy bien que no era una mujer fácil, todo en ella le decía que iba a luchar contra él hasta el cansancio pero eso era lo que más le gustaba, ese juego imposible. Ella confiaba muy bien en sí misma lo que la hacía más peligrosa y tentadora, no era una gatita asustada.
-Agatha, te respeto, sino te respetara en ese momento que bajaste tu guardia te habría tomado entre mis brazos y haría ese momento solo tuyo y mío - Alexandre la señaló. Burlándose de la reacción de Agatha.
-Soy una mujer que tiene pareja. Acaso no respetas eso?
-No, no ningún interés en tu pareja, te quiero a ti, no a él, los tríos nunca me han gustado, pero si quieres colocar a tu novio entre nosotros, podría pensarlo
-Yo no lo dije en ese sentido - Agatha reclamó, él nuevamente estaba evadiendo sus preguntas de una forma tan inteligente.
Alexandre nuevamente se echó a reír, sin decir mas comenzó a caminar hacia la puerta.
-Alexandre aún no hemos terminado la entrevista - agatha solo miraba la espalda de Alexandre, sentía furia y rabia en ese momento por Alexandre.
-Disculpa Agatha - Alexandre abrió un poco la puerta y se volteo para explicarle rápido a su abogada - mi tiempo era corto hoy, como ya sabes soy la mano derecha de mi hermano y me ausente por mucho tiempo, la cantidad de trabajo que tengo en este momento es inimaginable, podemos continuar mañana, te espero a las once en mi oficina, tendré más tiempo y podemos ir a comer algo cerca, creo que es lo mejor.
-Me niego - Agatha negó con su cabeza y se sentó nuevamente - parece que usted no entiende que este es un asunto delicado necesito más información, casi no le pregunte nada
-hay algunas cosas que mi asistente le mandara, por lo que tengo entendido usted no fue avisada de mi enfermedad, asi que, el doctor Latzarote se colocara en contacto esta tarde, luego de eso podrá hablar nuevamente conmigo, tendrá más información para trabajar, en general no me gusta hablar de mis problemas psiquiátricos y la mejor persona para responder eso es mi medico, el me trata desde que soy un niño.
Sin decirle mas solo se fue y dejó a agatha con las palabras en la boca, se levantó furiosa y salió de la oficina en busca de la oficina de Tom, abrió la puerta sin llamar y Tom estaba sentado en uno de sus muebles leyendo unos documentos, cuando vio el rostro furioso de Agatha supo que la entrevista con Alexandre no había ido nada bien, sabía muy bien que Alexandre era una persona complicada.
-Soy obligada a ir hasta la oficina de ese hombre? - Agatha se quedó en pie enfrente de Tom, con los brazos apoyados en su cintura en forma de jarra.
-Parece que Alexandre te provoco bastante
-Que ? -Agatha colocó un rostro ligeramente sorprendido suavizando sus facciones. acaso Tom sabía lo que había pasado?
Este capítulo fue una montaña rusa de emociones y yo encantada gritando en primera fila.
Cada línea me tuvo atrapada como si el Wi-Fi dependiera de tu historia.
¡No sé cómo lo haces, pero lo haces genial!
Gracias por escribir con tanta magia… y por dejarme con el corazón en suspenso como siempre.
¡Espero el siguiente capítulo como quien espera pizza en plena dieta: con emoción y ansiedad!