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El Imperio De La Mafia

El Imperio De La Mafia

Status: En proceso
Genre:Mafia / Traiciones y engaños / Amor en la guerra / Familias enemistadas
Popularitas:6.2k
Nilai: 5
nombre de autor: Giise Flor

Pia es vendida por sus padres al clan enemigo para salvar sus vidas. Podrá ser felíz en su nuevo hogar?

NovelToon tiene autorización de Giise Flor para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

capítulo 8

El sonido del timbre sacudió el silencio de la casa como un trueno. Pia, que estaba sentada en uno de los sillones del ala sur, cerca de la biblioteca, levantó la cabeza con rapidez. No era habitual que alguien tocara el timbre. Las visitas llegaban anunciadas. Todo se coordinaba con antelación. Todo estaba siempre controlado.

Y sin embargo, esa tarde algo distinto ocurría.

Se levantó con cautela y caminó hacia el pasillo principal. Desde lo alto de la escalera, vio a Elena acercarse a la puerta. Detrás de ella, uno de los guardaespaldas —no Vittorio— miraba por la mirilla, hizo un gesto de duda y luego le abrió a alguien.

Pia contuvo el aliento.

—¿Mamá? —susurró, sin darse cuenta.

Allí, de pie, con un abrigo beige arrugado, los ojos llenos de cansancio y un bolso colgado del hombro, estaba Luciana Moretti, su madre. Había envejecido más de lo que recordaba. Su cabello castaño claro tenía canas visibles, el rostro pálido y los labios temblorosos.

—Buenas tardes… —dijo Luciana con la voz rota—. Estoy buscando a mi hija… a Pia. Quiero verla. Sólo unos minutos, por favor.

El corazón de Pia se aceleró. No lo podía creer. Su madre había venido. Había desafiado a su padre, al clan De Santi, al mismísimo Leonardo, con tal de verla.

Bajó las escaleras como un rayo.

—¡Mamá! —gritó, pero apenas dio dos pasos, una figura apareció entre la penumbra. Alta, imponente, con el ceño fruncido.

Leonardo.

—¿Qué es esto? —preguntó en voz baja, pero con hielo en las palabras.

Luciana retrocedió un paso al verlo. No esperaba encontrarlo ahí.

—Sólo quiero verla —insistió—. Es mi hija…

—Y no está autorizada a recibir visitas —respondió Leonardo sin rodeos—. Usted no tiene nada que hacer en esta casa.

Pia se detuvo en seco. El impulso se le congeló en el cuerpo. Sus pies no se movieron. Quería correr y abrazarla, pero algo en la mirada de Leonardo —una sombra oscura— le dijo que no lo permitiría.

—No seas cruel —rogó Luciana—. Sólo unos minutos… ¡ni siquiera sabía si estaba viva! No he podido hablar con ella desde que Enzo la…

—Desde que su marido la entregó como parte de un pacto de paz, ¿quiso decir? —interrumpió él, sarcástico—. Yo no la obligué a firmar nada. Fue Enzo.

—¡Y eso te da derecho a tenerla como prisionera?

—No es prisionera —murmuró—. Está protegida.

Pia apretó los dientes. Bajó un par de escalones más, pero Leonardo giró levemente la cabeza y con una mirada le ordenó que se detuviera.

—¡Déjame hablar con ella! —gritó su madre, con lágrimas en los ojos—. ¡Déjame al menos saber cómo está!

Pero Leonardo ya había levantado una mano. Uno de los guardaespaldas se acercó con gesto firme.

—Acompañe a la señora hasta la salida —ordenó.

—¡NO! —gritó Pia, desesperada— ¡Leonardo, por favor!

Pero él no la miró.

Luciana dio un último vistazo hacia su hija, que la observaba desde la escalera, con el rostro descompuesto.

—Te amo, Pia —alcanzó a decir—. No dejes que te apaguen, hija…

Y luego la puerta se cerró.

Un silencio brutal se instaló en el vestíbulo. Pia quedó quieta, los brazos flojos, los ojos clavados en la madera de la puerta cerrada. Las lágrimas comenzaron a brotarle sin aviso, como un río sin cauce.

—¿Por qué hiciste eso? —murmuró, con la voz quebrada.

Leonardo se giró lentamente hacia ella.

—Porque no necesitás distracciones. Ni esperanzas inútiles.

—¡No era una distracción! ¡Era mi madre!

Él se acercó unos pasos. No levantó la voz, no se movió bruscamente. Pero cada palabra suya caía como un látigo.

—Tu madre forma parte de ese mundo que te regaló a mí sin protestar. No se opuso. No movió un dedo. Vino ahora por culpa, no por amor.

—¡Mentís! —exclamó Pia, temblando de rabia—. Vos no sabés nada. ¡Nada!

Leonardo no respondió. Sólo la miró con esa expresión imposible de descifrar.

Pia lo empujó con ambas manos en el pecho, con la fuerza que le quedaba.

—¡Te odio! ¡Cada día más! ¡Y juro que algún día me vas a pagar todo esto!

Él no se inmutó. La dejó golpearlo, gritarle, llorar. Y cuando ella, agotada, cayó de rodillas en la alfombra, Leonardo se dio media vuelta y se fue, sin decir una palabra más.

---

Horas después, Pia seguía en su habitación. No había querido comer, no había querido hablar con nadie. Elena había intentado llevarle una taza de té, pero ella la rechazó.

La tormenta dentro suyo era demasiado fuerte.

Se asomó al balcón para respirar un poco. El aire de la noche estaba fresco. El jardín estaba oscuro, salvo por algunas luces bajas que iluminaban los senderos.

Y fue entonces que lo vio.

Vittorio.

Estaba caminando cerca de la fuente, aparentemente haciendo su ronda. Llevaba su chaqueta negra, una linterna en una mano y el gesto tranquilo de siempre.

Pia lo observó en silencio.

A diferencia de todos los que habitaban esa casa, Vittorio parecía no llevar el peso del odio ni del miedo en la mirada. Tal vez por eso ella se aferraba a su presencia como a un salvavidas.

Una parte de ella deseaba bajar. Salir. Hablar con él.

Pero otra, más herida y rota que nunca, la detuvo.

Volvió a entrar y cerró las cortinas. Se tiró sobre la cama, con la almohada contra el rostro, y lloró en silencio. No por Leonardo. No por su padre. Ni siquiera por su madre.

Lloró por ella misma.

Por lo sola que estaba.

Por lo atrapada que se sentía.

Y porque, en algún lugar recóndito de su alma, empezaba a entender que ya no era la misma Pia de antes.

1
Angy Macías
está bien esperaré ojalá no sea una historia olvidada con muchas apesar de que son geniales ya no las actualizan espero no sea el caso
Nancy Parraga
Es un amor verdadero, un amor sin prisa solo de ellos dos.
Autora te felicito eres una persona elocuente en tus escritos cada frase bien formulada y sutil al narrar estos capitulos
Nancy Parraga
Así es como se construyen las grandes parejas sin opresión sin rencores por ser puesto en el lugar equivocado, sin ser forzado a nada así es como se construye un amor bonito
Nancy Parraga
Que emotivo capitulo que bonito esa dulzura con la que has relatado es cap me llegó alma, esperemos que ellos ya puedan dar otro paso más y construyan algo que nadie pueda dañar
Nancy Parraga
Ya debe haber un comienzo para ellos Pero que no haya mentiras ni más enredo con lo de los padres de Pia el debe ser honesto con ella para que así puedan avanzar
Nancy Parraga
Ella está preocupada por el pero si orgullo no la deja ver qué es lo que siente por el
Nancy Parraga
Que madre más despreciable con una madre así para que enemigos
Nancy Parraga
ya está sintiendo or por Leonardo 🤭
Nancy Parraga
creo que el padre de pia tiene que ver en eso son demasiados ambiciosos y la madre no la quiere
Nancy Parraga
Más vale una verdad por dura que sea a una mentira piadosa, si el le hablara a ella por lo menos ella tuviera una forma diferente de pensar Pero el la ha maltratado y en Vittorio encontró paz esa persona que no le gritó que no la golpeó y el hizo las cosas mal Pero está arrepentido Pero tiene qie mostrar con hechos no solo con palabras
Nancy Parraga
Malditos infelices deberían estar 10 metro bajo tierra así no podrán hacer daño
Nancy Parraga
Ella ya está aceptando que se está enamorando de él, y el también debe de aceptar que cometió muchos errores
Martha Teresa Torres Castañeda
Excelente
Ismerai Montes Chavez
se justifica lo hace , la protegió de la porquería de padres que tiene. que se prenda la llamita /Heart/
Martha Teresa Torres Castañeda
guauuu me encanta soy cursi y me encantan los hombres recios enérgicos pero querendones vamos pía es tuyo
Omis Mendoza
por qué no le dices La verdad lo que son esos infelices que sé hacen llamar padres que no sé quieren ni ellos mismo
Martha Teresa Torres Castañeda
no puede ser yo quería que pía se enamorara de Leonardo
Omis Mendoza
que padres tan desgraciado pero más La maldita Vieja infeliz
Angy Macías
ojalá no tardes un año en publicar un capítulo 😊
Florcita: 2 años quizás 😆
total 1 replies
Angy Macías
Excelente ojalá no tardes un año en publicar un capítulo 😊
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