El Hijo Del Alfa Es Mio

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DULCE

Ya han pasado varios días desde que me enteré de todo lo de mi madre.

Después de aquel día, muchas cosas han cambiado.

Mi padre es otro. Es como si todo este tiempo hubiera estado bajo un hechizo. Ahora intenta hacer por mí todo lo que no pudo cuando era una niña.

No sé cuántas veces ya me ha pedido perdón por haber sido un padre ausente. Pero en verdad lo perdoné. Sé que está arrepentido, lo puedo ver en su mirada.

Hace unos días, mi madre se escapó del hospital. Como intentó hacerme daño, mi papá teme que lo vuelva a intentar. Me dijo que, la última vez que la vio, ella le juró que me quitaría todo por haberle hecho daño. Que no le importaba que le fuera infiel, pero que haber intentado lastimarme era cruzar el límite. Que no tendría consideración con ella, y que la dejaría en la calle.

Por eso, mi padre me puso seguridad. Incluso me ofreció irme a vivir con él por un tiempo.

Aún lo estoy considerando. Esa casa tiene muchos recuerdos, tanto buenos como malos… aunque más buenos que malos.

Estoy terminando de arreglarme. Hoy tal vez, por fin, me dejen ver a Amy.

La pareja que la tenía la devolvió al orfanato, y la razón no me gustó para nada: dijeron que era una "llorona".

Aunque en parte agradezco que no la adoptaran.

Mis amigas, no sé cómo lo hicieron, pero lograron que la de servicio social me ayudara a que Amy vuelva a vivir conmigo.

Estoy feliz. Esa pequeña llegó a mi vida cuando más lo necesitaba… aunque en ese momento no lo sabía.

Se me derrite el corazón al verla. Está tan preciosa. Morí ahí mismo cuando me vio y corrió directo a mis brazos.

Tenerla conmigo es la sensación más hermosa que se puede sentir.

Ver su carita, acariciar sus manitas… estaba tan centrada en mi bebé que ni me di cuenta de que alguien me hablaba.

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X (Trabajadora social)

—Si no fuera porque sé que este es un orfanato, y usted quiere adoptarla, juraría que son madre e hija.

Aunque muchos no lo crean, los niños huérfanos eligen a las personas que quieren como padres.

Y esta bebé la eligió a usted. Es increíble verla cuando usted viene. Es completamente distinta a cuando no está o cuando se va.

Espero de corazón que pueda adoptarla. Amy no vive sin usted. Mire cómo se le queda viendo cuando le habla…

—Tiene razón. Esta niña me encontró a mí.

Desde el primer momento en que la sostuve sentí algo dentro de mí.

Espero poder adoptarla. No sé qué haría sin mi bebé.

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Ya era hora de irme. Y, como cada vez que vengo, se me parte el corazón dejarla.

Quedé con Lucy y su hija para ir a comer hamburguesas.

Ya había llegado y estaba con ellas en McDonald's.

En verdad, hacía mucho que no comía una hamburguesa. ¡Esto está riquísimo!

Tenía la duda, así que aproveché el momento para preguntar.

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LUCIA

—Verás, cuando te quitaron a Amy y no querías salir de tu habitación, Andrea y yo nos pusimos manos a la obra.

Buscamos todas las pruebas que demostraran que tú no tuviste nada que ver con esa fiesta.

Revisamos las cámaras de seguridad de tu edificio y se las llevamos a la trabajadora social.

Y bueno… lo demás ya lo sabes.

—Chicas, muchas gracias.

De verdad, no sé qué haría sin ustedes.

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Estábamos comiendo y conversando cuando veo que entra Máximo con su familia.

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VICTORIA

—Hola, querida. ¿Cómo estás?

—Bien, señora. ¿Y usted cómo está?

—Bien, pero dime Victoria. “Señora” me hace sentir más vieja.

Déjame presentarte al resto de mi familia. A mi esposo y a Máximo ya los conoces.

Él es Mateo, mi hijo mayor.

Y él es Víctor, el menor.

—Un gusto conocerlos.

Ella es Lucia, mi mejor amiga, y ella es Aby, su hija.

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LUCIA (bajito a Dulce)

—¿Y ellos quiénes son?

—Son de quienes te hablé.

El más alto es Máximo, el chico que me ayudó.

—Es muy guapo, la verdad… bueno, todos lo son.

Y su mamá parece su hermana. Está súper conservada.

Espero que algún día me confundan con la hermana de Aby, ja ja.

—Sí, en verdad es guapo, pero no me había fijado así que digamos… no como tú, que le hiciste un escáner completo.

—¡No te hagas! Te gusta.

—No digas tonterías. ¿Cómo me va a gustar alguien que apenas conozco?

—Ay, ya. Cambiando de tema… ¿no piensas volver a enamorarte?

—¿Qué es eso?

Bien sabes que no.

Después de todo lo que pasé con eso llamado “amor”…

no pienso volver a enamorarme de nadie.

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