Me Enamoré De Tu Amor

Mientras la reina Ayira estuviera en el castillo no podía practicar la magia brusca porque podría alertar a Rhett y nuestra ventaja de vendría abajo así que me dispuse a llevarle la contraria y comencé a plantar de nuevos rosas pero está vez todas eran azules, una protesta pacífica pero demostraba con eso que no iba a aceptar lo que Rhett me impusiera.

-Vaya, esos no son girasoles querida y van a desentonar mucho con toda la decoración así que creo deberías removerlos- las rosas percibian el odio y sus espinas se encajaban en la piel haciéndolas muy fácil de retirar. Los ojos albinos de la reina estaban firmemente encajadas en ellas como sin con eso pudiera desaserse de ellas.

-Si reina Ayira pero la boda será en su nación y no veo razones para dejar de plantar estás rosas aquí, en mi jardín, en mi casa,en mi nación donde se van a quedar - La boda iba a ser mi nación pero cambiando solo eso ya las llevaba de perder Rhett porque no podría preparara sus tropas o planear más hechizos en nuestra contra.

-A mi me comentó Rhett que la boda se llevaría a cabo aquí y tu como su prometida debes aceptar lo que el diga porque

-No mi reina, usted está muy confundida. La boda se consuma en la nación que la prometida desee y si yo digo que sea en Celstya pues en esa nación se debe hacer y usted mejor que nadie debe saberlo ya que usted misma pidió desposarse ahí pero le fue negado -Estaba enojada, no dudaba que me lanzará magia brusca como su hijo pero en vez de eso prefiero destruir mis hermosas rosas y estás dejaron sus espinas en la pierna almendrada de la reina quien tuvo que retirarse dejando un camino de sangre tras de ella no sin que su vestido negro con toques cafés también se empapars de ella.

Rhett ya había derramado sangre de mi gente y ahora yo sé lo había regresado lastimando a su madre, su sangre serviría para uno de los hechizos que lanzaría a su hijo ya que combatiria fuego con fuego o en este caso sangre por sangre sin importar su procedencia.

El resto de la semana la reina no entabló conmigo, solo se dirigía a mi madre y entre ellas seguían viendo los preparativos así me daba la oportunidad de organizar mi plan con Aiden quien me había enviado un cisne plateado rodeado de gardenias y caramelos cremosos bañados en dulce de leche con una carta expresando su cariño y tristeza por la distancia que nos separaba.

-Mañana se va por fin la reina Ayira y no espero le de buenas noticias a Rhett así que después de su partida debemos llevar a cabo nuestro plan porque presiento que querrá consumar la boda antes de lo previsto - mi madre quizá no dormiría está noche pero si todo salía según lo previsto la tranquilidad no sol volvería a ella si no a la nación.

-Asi es cariño pero a pesar de eso te vez tranquila y feliz. Pase lo que pase está nación te pertenece y siempre vamos a estar muy orgullosos de que seas nuestra hija porque tenemos la esperanza de que vas a llevar a la nación a ser un hermoso mañana para sus descendientes. -Sus lágrimas caían sin dejar de cepillar mi cabello y lo trenzo con parte de su rosada cabellera, eso lo hacía únicamente cuando me brindaba su bendición por miedo a que me lastimara incluso cuando solo iba a montar por toda la nación y tardaba días en volver.

La reina Ayira partió después de la merienda porque no le gustaba ensuciar su vestido con el lodo esmeralda que nuestra nación producía naturalmente. No había cesado la lluvia desde media noche, era un clima perfecto ya que nadie escucharía la línea abrirse por tantos truenos y el viento cambiando de dirección confundiría la visión de cualquiera que pensara delatarnos.

El momento había llegado, mis padres cruzarían primero y me escoltarian dos caballeros, los nervios me invadían pero la emoción era más grande. Optamos por atuendos grises y capas negras que eran tanto neutrales como calientes para la ocasión.

-Creo que esto no estaba dentro de tus planes verdad princesa?- Rhett nos miraba fijamente desde la puerta que daba al jardín y su madre estaba agachada detrás de el.

-No tienes ningún derecho de estar aquí. Tu familia ya no es bien recibida porque al fin he podido ver la clase de maldad que invade su cuerpo. -Mi madre corrió a abrazarme y mi padre le hizo frente a Rhett.

-Rey Yam, no me provoque un ataque de risa que con su avanzada edad ya ni un hechizo básico le saldría bien y no creo que quiera acabar como mi madre- Estábamos impactados, había dejado ciega a su propia madre, de sus dedos goteaba la sangre demostrando hasta donde era capaz de llegar con tal de obtener el poder sin importar a quien lastimara en el proceso.

-Te dije princesa Celeste que la boda debía debía consumarse en tu nación pero no me hiciste caso. Tu provocaste esto y debes pagar por ello o

-Hablas demasiado madre, créeme que solo te soportado porque debías ser una líder hasta que yo tuviera la edad para gobernar y siendo así ya no te necesito. -Un solo hechizo directo,preciso e indoloro acabado con la vida de la reina Ayira. Su vestido verde oliva ya se cubría de lodo y la sangre comenzó a escurrir hacia el pasto dejando que esté también lo absorbiera.

Nunca había sentido tanto miedo como en estos momentos, iba a volver el estómago. Mi cuerpo había dejado de responder pero el de mis padres no y vi a papá abalanzarse sobre Rhett mientras mamá me arrojaba a la línea que me transportaria a Celstya y sus últimas palabras que escuche fueron "los bendecimos".