SOLO TE AMARÉ A TI.

... Nathan.

¿Así que vino a solicitar trabajo? Conveniente. Muy conveniente.

— ¿Qué está pasando por esa mente retorcida? — Pregunta el molesto de mi amigo. Le enseño el documento y el se sorprende.

— Vaya es linda. — La foto es lo único que capta su atención. — Muy linda.

— Llegas tarde. Ya la aparte.

— Yo dudo que esté interesada. Te recuerdo que te abofeteo.

— Y le haré pagar por eso.

— ¿Cómo?

— Se me ocurren varias posiciones. — Marco soltó una carcajada.

— Apuesto que no está disponible. Sólo mírala. ¿Crees que una mujer así de guapa está soltera?

— Mierda, no había pensado en eso. — Yo no soy del tipo que se mete en relaciones. Si tiene novio tendré que apartar la vista. Revise la parte de estado sentimental, hay cuatro opciones, casada, soltera, en relación, viuda.— Aquí dice soltera. Significa que no hay nadie.

— Muchas mienten para ser contratadas. Saben que es más fácil entrar si son solteras. — Eso es verdad. Pero ella no me dió la impresión de ser una mentirosa. Quiero decir, recibí un regañó por mentir.

— Ya averiguaré eso más tarde.

Termine el trabajo y fui con la única persona que respeto en éste mundo. Mi padre, el único que me quiere con todos mis defectos y mis escasas virtudes.

— Hijo. Qué alegría verte. — Se levanta de dónde está y me abraza.

— Hola papá.

— Hace mucho que no te veo. ¿Qué has estado haciendo? O mejor dicho. ¿Con quién estabas? ¿La futura madre de mis nietos tal vez?

— Papá por favor no empieces. Inicias ese tema y quiero desaparecer de tu vista.

— Hijo ya tienes treinta años. Es hora de formar una familia.

— No estoy listo para ser padre.

— Se que no ha llegado la mujer que te robe el corazón, pero apuesto que muy pronto podrás conocerla.

— Ningúna mujer me va a robar el corazón. Sabes que no me interesan las relaciones sentimentales. Quiero algo de ellas. Y se llama sexo.

— No hables así. Me molesta.

— Aunque te moleste es la verdad.

— Pero un día te casarás, ¿cierto? — No quiero romper sus ilusiones, y se que debo casarme, no ahora, pero si en algún momento. Ya que mi familia va a necesitar un heredero.

— Si papá. Me casaré algún día. Pero será con una mujer que tenga claro su papel.

— ¿Qué significa eso?

— Ella debe tener claro que sólo será la madre de mi hijo, no habrá amor de mi parte, y espero que de la suya tampoco. No quiero que me ame. Deseó con todo mi corazón encontrar una mujer capaz de no enamorarse de mi.

— Cuidado con lo que deseas.

— ¿Por qué? ¿Se me cumplirá? — Hasta ahora no he podido encontrar a esa mujer perfecta.

— Puede ser. Mejor no desees algo de lo que más adelante te puedes arrepentir.

— Si de algo no me arrepiento es de desear eso. Las mujeres enamoradas son un dolor de cabeza. Celos, llamadas, mensajes tontos, reclamos, lloriqueos. ¿Es tan difícil entender que sólo buscó sexo?

— Los humanos no somos de piedra. Todavía no entiendo por qué no te has enamorado, las chicas con las que has estado son hermosas. Aunque claro, la belleza no es suficiente para amar.

— Así sea la mujer más guapa, buena y refinada, no me enamoraría. Soy incapaz de tener ese sentimiento. — He estado con más mujeres de las que puedo contar, y ninguna ha conseguido siquiera cariño. Así que jamás me enamorare. Jamás.

Esther.

En la noche recibí una llamada, sorprendente estoy contratada. Di brincos de alegría y llamé a Dylan.

— Amor me contrataron.

— Ellos iban a perder si no lo hacían.

— Estoy muy contenta, quería que fueras el primero en saberlo. Llamaré a Cecilia, le quiero agradecer.

— Esta bien princesa. Mañana iré por ti. Te llevaré a tu primer día de trabajo.

— Gracias amor. Hasta mañana. — Cuelgo y llamo a Cecilia, está no responde hasta el tercer toque.

— Hola prima.

— Hola Ceci, me contrataron. Quería darte las gracias.

— Sabía que lo harían. Tienes todo lo que un jefe cómo Nathan necesita.

— ¿Nathan? — Me sorprendió su forma de llamarlo.

— Es el nombre del presidente. — Me suena, pero no sé de dónde. — Es un tipo exigente, nunca lo verás de buen humor, no sonríe, no trates de ser su amiga. O te va despedir en ese momento.

— Gracias por tus consejos, los tomaré en cuenta. — ¿Aunque? ¿Por qué necesitaría ser su amiga? Sólo iré, haré mi trabajo y me mantendré lejos de los hombres.

— Y algo muy importante.

— ¿Dime?

— No le digas que tienes novio.

— Yo dudo que le interese.

— El tipo odia que sus empleadas tengan distracciones, dí que eres soltera. Sin novio, sin amigos, nada. Qué piense en ti cómo una amante de la soledad.

— Pero tache la opción de en relación.

— No te preocupes por eso, Le dije a Amber que revisará tu currículum y cambiará lo que pusiste mal.

— No creó que Dylan esté de acuerdo con eso.

— ¿Y cómo se va enterar?

— Por qué yo sé lo diré. El y yo nos contamos todo.

— Guarda este secreto. ¿Qué es lo peor que podría pasar? — Ocultarle algo a él no me gusta. Tampoco negarlo. Es mi novio y estoy orgullosa de tenerlo. Definitivamente le contaré. Colgué con Cecilia y trate de dormir, aunque la emoción y el nerviosismo no me dejaban. Por la mañana baje, desayuné y al escuchar la moto salí. Me subí en la parte trasera y nos fuimos juntos.

— Suerte en tu primer día princesa.

— Espera. — Sostuve su mano. — Hay algo que quiero decirte.

— ¿Qué es?

— Ceci me dijo que debo mentir sobre mi vida sentimental. Qué el jefe se molesta con las mujeres que tenemos una pareja.

— ¿Acaso el jefe no tiene pareja?

— Según Ceci no le gusta que nos distraigamos. — Hice un gesto tímido. — No quiero mentir, pero tampoco quiero problemas. ¿Te molestaría si digo que soy soltera? — Dylan tomo mis manos con tranquilidad. Beso ambas y me miró comprensivo.

— Confío en ti. Se que no me me engañaras. Y si decir que eres soltera te ahorra problemas, acepto qué lo hagas. — Un peso se me quitó de encima. Tengo al novio más comprensivo del mundo.

— Gracias amor. Te amo. — Lo besé en la mejilla y entre al edificio. Me di la vuelta y me encontré sus ojos viéndome. Le envié un beso y termine de entrar. Hoy será un buen día.