Tentación Prohibida

Fue mucho lo que quería que el me besará que cuando por fin correspondío mi beso mis manos se aferraron a su ropa y su brazo se enredo en mi cintura y su mano sostuvo mi trasero para que trepara encima de él, con delicadeza me puso sobre la cama y dejo caer todo su cuerpo sobre mi mientras seguía besándome y sus manos recorrían mi cuerpo, quito mi sudadera y volvió a besar mis labios bajo dejando besos húmedos asta llegar a mi abdomen y sus dedos rosaban mi piel por el borde de mi pantalón para luego desabrocharle entonces pude sentir sus besos por encima de la tela de mi calzoncillo, quise detenerlo pero me fue imposible el sujeto mis muñecas y subió nuevamente sus besos asta mi boca, los besos y caricias se estaban volviendo más intensos, me deshice de su ropa y mis manos acariciaron con delicadeza la suave piel que cubría con su camisa blanca, no había marcha atrás iba a pasar el ya había quitado su pantalón y el mío ahora solo teníamos nuestra ropa interior, nos unimos en besos llenos de deseó mientras que nuestros cuerpos agitados intentaban encajar uno con el otro, soltó mis labios y bajo de encima de mi, quito mi calzón se empezó a acomodar entre mis piernas y apoyo sus rodillas en el piso y sus codos sobre la cama, flexiono mis rodillas y joder mis puños apretaron las sábanas de la cama mi espalda se empezó a arquear y por más que no quisiera los gemidos salieron de mi boca involuntariamente mi orgasmo estaba llegando y mi cuerpo se relajó completamente su cuerpo subió nuevamente sobre el mío, mientras nos besamos podía sentir su gran bulto rosar por mis piernas queriendo salir de sus boxers, sabía que en cualquier momento lo haría, el de verdad creí que yo había estado con Denis nisiquiera sería bueno conmigo, eso me hacía sentir molesta pero no quería detener esto yo solo quería que el me creyera que se convenciera de que el sería el primero, no tenía idea de si estaba haciendo esto por qué creía que yo era una cualquiera o por qué de verdad quería ser el primero, todos mis pensamientos se esfumaron cuando sentí que se quitaba los boxers, ahí reaccione no quería que me lastimará o que fuera cruel conmigo tenía que hacer que confiara en mi antes de que pasara.

– Créeme por favor, no eh estado con nadie, serás el primero. – susurré en su oído.

– Te creo.

Me cree, mis ojos se abrieron como platos al escucharlo el me acaba de decir que me cree, entonces por qué no se detuvo si dijo que solo estaría conmigo por qué ya había estado con Denis, que diablos pasa por la cabeza de este hombre por qué no se detuvo está vez.

– Voy a entrar, estás lista. – dijo muy bajo con su voz ronca, asenti y mi cuerpo se tenso mi respiración se aceleró y mis manos dudaron. – No tengas miedo relájate te va a gustar te lo aseguro. – Dijo tomando mis manos las puso arriba de mi cabeza y con una sola de sus manos entrelazó las dos mías, su otra mano la metió enmedio de mis piernas y ahí iba, entraría por fin no pude relajarme encanbio me tense más y le hable antes de que lo hiciera.

– Por favor espera – cerré mis ojos y apreté los dientes luego terminé de hablar. – Dolerá mucho? – su silencio me hizo abrir los ojos y lo vi sonrriendo levemente mirándome gracioso.

– Relaja el cuerpo, dolerá solo un momento, si te tensas dolerá más. – Dijo y volvió a besarme, me fue casi imposible soltarme pero solo cerré los ojos e hice como si solo fuera a dormir, entonces aquí venía.

– Eso es pequeña, seré bueno, te aré disfrutar tanto que rogaras por más.

Sentí como entro lento y mi primer gemido salió, conforme siguió el dolor empezó a aparecer asta que por fin senti que algo se rompió dentro de mí, solté mis manos de su agarré y me aferre a su espalda con mis uñas provocando un gruñido de dolor en el, abrí mis ojos y las lágrimas brotaron de mis ojos, lágrimas provocadas por el dolor, limpio mis mejillas con sus dedos y pude ver con claridad su expresión, tenía una enorme sonrrisa en su rostro, que cabron a mí me estaba doliendo asta lo más profundo y el tenía esa estúpida sonrrisa victoriosa en su cara, quería golpearlo pero no creí que pudiera moverme después de ésto.

– Listo ya pasó lo doloroso ahora viene lo mejor mi pequeña, prepárate para no dormir durante horas. – Esa sonrrisa, era la sonrrisa más sexi que podría haber visto pero también la que quería borrar de un puñetazo, pero que digo lo único que hice fue besarlo le borre su sonrrisa con besos.

El tenía razón, todo lo que dijo era verdad, sus movimientos eran lentos y asi continuaron asta que empecé a sentir el mejor placer de mi vida yo misma hice que esos movimientos fueran más intensos, ambos disfrutábamos uno del otro, estuvimos así durante horas, estaba agotada pero eso parecía a el no importarle sigui a pesar de que ya le había dicho que parará que estaba cansada, solo dijo que aguantará un poco más, entonces ambos terminamos, su cuerpo calló rendido y sudado al lado del mío, solo se escuchaban nuestras respiraciónes en la habitación.

Pasó ya pasó.

– Eres insaciable Isabella por poco no te doy satisfacción. – Mis mejillas ardieron al escucharlo, pero que decía si yo hacia rato que le había pedido que parará, voltee a verlo sonrojada y nos miramos unos segundos no pude sostenerle la mirada solo me abrace a el me recargue en su pecho, cerré mis ojos y en poco tiempo caí rendida en un sueño profundo.

Pequeños ruidos en la habitación me despertaron, solo se escuchaban pasos pero no lograba ver nada todo estaba obscuro. Busque con mis manos su cuerpo en la cama, pero ya no estaba.

– Alessandro, que haces, que hora es.

– Duerme aún es muy temprano.

Me acomode y encendi la lámpara de al lado.

– Que hacés, podemos platicar.

Caminó asta mi y me dio un beso en los labios, apagó la lámpara y volvió a besarme.

– Voy a correr platicamos cuando regrese, duerme pondré el seguro ala puerta.

Escuché la puerta cerrarse, di vueltas y vueltas en la cama no lograba volver a dormir solo pensaba en lo que había pasado con Alessandro, en un momento cerré mis ojos y sin darme cuenta me quedé dormida.

Me desperté exactamente alas 7 de la mañana, era tardísimo y tenía que ir a la escuela.

El cuanto llegue a mi habitación me metí en la ducha, masajeaba mi cuerpo y me imaginaba que eran sus manos las que lo hacían mientras que el agua de la ducha caía sobre mi cuerpo. Rodearon mi cuerpo sus fuertes brazos y hablo en mi oído.

– Por qué no me esperaste en la habitación.

– Te espere pero era tarde y tenía que venir a ducharme.

– Entonces puedo ducharme aquí también.

No era necesario que respondiera mis acciones lo decían todo, nuestros cuerpos encajaban una vez más, lo volvimos a hacer en la ducha y terminamos nuevamente en mi cama.

Cuando me di cuenta la hora que era quise levantarme pero me fue imposible el ardor en mi entrepierna era algo doloroso que no me lo permitio, un quejido de dolor salió llamando la atención de Alessandro.

Frote mi entrepierna por encima de la sábana.

– Te duele muchos. – Pregunto el besando mi hombro desnudo.

– Es solo un poco de ardor, pero estoy bien.

– Dije que no te lastimaría perdón.

– No me lastimaste, es solo que lo hicimos tantas veces.

– Era tu primera vez, devi esperar para volver a hacerlo. – Parecia realmente preocupado, pero a mí me preocupaba más que no quisiera volver a tocarme.

– Estoy bien, debo irme o llegaré tarde.

– No irás a la escuela así, quédate y descansa, yo me encargaré de tus maestros y dile a Yelda que no tenías clases.– asenti y me besó.

– Debo irme tengo una cita en media hora, no te levantes pediré que te traigan el desayuno.

– Ok gracias.

– Descansa si, nos vemos más tarde.

Salió cuidadoso de mi habitación para que no lo vieran, aproveche el día para dormir y descansar, casi oscurecía cuando mi teléfono sonó, revise la barra de notificaciones y ahí estaba un mensaje de Denis.