Una Cenicienta Más

Rafael comenzaba a sentir algo extraño por Rafaela y no es que no lo sintiera antes si no que más bien se iban asentando más, pero también comenzó a sentir algo por Marina quizá la convivencia diaria y todo lo que aparentaba Marina le atraía, Rafael comenzó a sentirse muy confundido y es que con Rafaela podía mostrarse como el realmente era sin poses, también ella le inspiraba mucha ternura como si la tuviera que proteger por otra parte admiraba a Marina era una mujer muy inteligente, fuerte mostraba mucha seguridad, se veía tan sensual y eso lo estaba cautivando, pero el sabía que con Marina solo era simple atracción sexual, lujuria pero no había amor, ni si quiera un cariño en cambio con Rafaela también había atracción pero iba más allá de lo físico, por más vuelta que le daba a sus pensamientos no sabía que hacer quizá debía intentarlo con Rafaela pero algo sucedió ese día, Marina llegó a mostrarle el crecimiento que habían obtenido en la venta de las empresas ella se acercó de una forma muy seductora, fingiendo hasta cierta inocencia los dos comenzaron a revisar el monitor cuando Marina se encontraba muy cerca no dudo en besarlo Rafael siguió aquel beso y es que este no lo era desagradable y es que el tiempo de abstinencia no ayudaba mucho, Rafael empezó a recorrer el cuerpo de Marina con mucha pasión el ardía al igual que ella, la subió al escritorio, los dos comenzaron a desnudarse, Marina se sentía tan feliz después de mucho tiempo había logrado tener así a Rafael, el jugueteo con sus senos , ella lo besaba sus brazos, el abrió las piernas de Marina tomo un preservativo del cajón del escritorio se lo coloco y comenzó a embestirla con mucha fuerza, para Rafael solo fue sexo para Marina era un logro, cuando llegó el orgasmo Marina quiso besarlo más este se sentía muy culpable, se decía que como le pudo hacer eso a Rafaela después de todo entre ellos había un compromiso se vistió lo más rápido que pudo.

—Esto no debió haber pasado Marina— dijo mientras abrochaba su camisa.

—Pero paso y eso no te compromete conmigo los dos somos adultos —

—Pero yo soy un hombre casado —

—¿Y?—

—Lo siento Marina esto no puede volver a repetirse—

Marina sabía que ella sería una tentación latente para el y que ahora era lo mejor no forzar las cosas, termino de vestirse y no dijo nada solo salió de la oficina, Marina se encontraba muy feliz pues había comprado que no le era indiferente a Rafael.

Rafael por su parte se sentía muy culpable tomo sus cosas pues aunque faltaban unas horas para terminar su jornada de trabajo decidió cancelar todas sus citas quizá lo mejor sería hablarlo con Rafaela, subió a su auto llegó a la casa Rafaela se encontraba haciendo la cena, cuando el la vio se sintió mucho más culpable

—Has llegado mucho más temprano, aún no está lista la cena —

—No importa podemos hablar mientras cocinas, dime qué piensas hacer después del divorcio— cuando Rafaela escucho la palabra divorcio si tío como su corazón se rompía en mil pedazos tenía muchas ganas de llorar más no lo haría después de todo ella sabía que esto iba a suceder que tenía un plazo y este ya estaba por terminar.

—No lo sé, he pensado irme a provincia y empezar una vida nueva aquí ya nada me ata— Rafael al escuchar esas palabras pensó en cuanto la extrañaría si ella se fuera lejos, sin embargo sabía que era lo mejor.