Me Convertí En El Príncipe Heredero

Angelica seguía hablando, era muy buena en eso, porque en temas sociales, hablar mucho te suman puntos por las conexiones pero yo por mi parte, todavía no llego a ese nivel, prefiero cuidar mis palabras antes de hablar. Ella incluso hablaba sobre nuestros futuros hijos, si de niños hablaba de nuestra luna de miel, no quiero imaginar de lo que hablará cuando seamos adultos.

— ¿Ya se marchará, Lady Angelica?. —Pregunté.

— Si, mamá quiere comprarme nuevos zapatos.

Así sin más, ella frunció sus labios hacia mi, esperando que la besara, más sin embargo, coloqué mis dedos sobre sus labios.

— Ya tendremos más tiempo de hacer todo lo que quiera en un futuro.

— ¡Ay, Lanci! ¡Ya me quiero casar!, ¡Nos vemos!.

Y así, Angelica se retiró junto a su criada. Voy a tomar eso como una mentirilla blanca, así no me sentiré mal por mentirle. Noah por otro lado, se acercó a mi luego de mantener su distancia. Me miró con una expresión seria, hasta por un momento, me asusté.

— Joven amo, no quiero meterme en sus relaciones pero hay algo que debe saber de Lady Angelica.

— No me sorprenderá nada a estas alturas de mi vida, adelante, puedes decirlo.

— ¿Recuerda a las señoritas con las que habló durante el baile?. —Preguntó.

Las recuerdo muy bien, Lady Ursula, Lady Amara y Lady Jime, así que asentí.

— Pues, las tres jovencitas fueron amenazadas por Lady Angelica, dijo que les iba a cortar el rostro con un vidrio si seguían hablando con usted.

No puede ser ..

¿Desde cuando Angelica se preocupa por el compromiso? Tiene ventaja sobre ellas, no tiene sentido estar así, estás yendo muy lejos solo por querer ser Reina. En cualquier caso, tampoco es que cortaré toda relación solo porque ella lo quiere así, nadie merece eso.

— Envíeles a cada una, un collar de mi parte y digales que me disculpo por cualquier acto que les haya dicho Angelica. Ah .. y escribe en una nota muy clara: Por favor, si ustedes o alguna Lady es atacada por Lady Angelica, asegúrense de avisarme, yo me encargaré personalmente de hablar con ella.

— Si, joven amo.

Nadie va a ser amenazado ni sentirse desprotegido mientras yo esté aquí.

...

..

.

El tiempo pasó, yo seguía escribiendo y revisando documentos. Noah seguía sirviéndome y Angelica seguía visitandome. No podía visitar a mi hermano porque estaba ocupado con sus clases y por fortuna, escuché por Noah que le estaba yendo muy bien, demasiado bien, diría yo pero el único sentimiento que tenía por él, era orgullo. La Reina se fijaba en cada movimiento que hacía con el Rey y se aseguraba que todo lo hiciera de una manera perfecta, por supuesto que me tenía de marioneta pero estaba decidido a pensar que todo lo que hacía, era por mi y no por ella. También, ayudé en algunas negociaciones con el Rey, haciendo que los nobles hablen muy bien de mi, esta vez las personas querían que hablara, por lo que la orden de "quedate callado en las reuniones" dejó de existir.

A veces envíaba a Noah al lugar del antiguo orfanato, en caso de que alguien sospechoso pasara por ahí pero fue en vano, el asunto quedó en el olvido para el Rey y lo único que hizo, fue usar otra casa en mal estado para mandar a los nuevos huérfanos ahí, como si se trataran de simples objetos pero por fortuna, logré visitar con frecuencia al nuevo orfanato e incluso ayudé personalmente en algunas reparaciones. Todavía no me rendía, incluso a veces salía a caminar por el pueblo, teniendo la esperanza de encontrar a mi angel pero tampoco fue así.

Pasaron cinco años y ya había cumplido 18 años. En ese día, el Rey y la Reina nos solicitaron, a mi y a mi hermano que fuéramos al salon principal. Richi ya tenía 14 años, por lo que había culminado sus estudios ya. Incluso el Rey comenzó a enviarle ciertos documentos para que los revise, justo como yo lo hacía, la Reina tenía razón.

Mientras el Rey quería que Richi fuera el próximo Rey, la Reina quería que yo fuera el siguiente Rey.

Me encontraba bebiendo té en el lugar de la reunión, fui el primero en llegar porque así podía comer los dulces de leche sin que nadie me observara. Metí unos cinco dentro de mi boca y luego saboreé su delicioso sabor pero en el momento en que escuché los pasos, tuve que tragarlos rápido.

Y casi me ahogo.

Noah quien era el único que me conocía, observó de lejos la escena mientras intentaba aguantar la risa.

Luego, usé mi mejor pose, ajusté mis guantes, acomodé mi corbata, pasé mi mano por mi largo cabello y sonreí.

— Sean bienvenidos, familia.