ella fue secuestrada el día de su boda, el día más importante de su vida
NovelToon tiene autorización de valeria isabel leguizamon para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
capitulo 15
—ahora tendrás que elegir, ¿festejas con ellos o conmigo?—pregunto Lucas,
Mireya quería desaparecer en ese momento, ella intenta apartar al hombre, pero él no quería soltarla, otro hombre estaba muy enojado,
—¡dijiste que ibas a compartirla con nosotros!—dijo el hombre,
El corazón de Mireya latía con fuerza mientras la tensión en la habitación crecía, El hombre que la sostenía de la cintura la apretaba más, mientras otro lo miraba con furia,
—¡Eso fue lo que dijiste, Lucas!—reclamó el segundo hombre, golpeando la mesa con un puño cerrado,
Lucas permaneció tranquilo, disfrutando del caos que había provocado. Se levantó con una sonrisa arrogante y alzó su copa como si estuviera por dar un brindis,
—Tranquilos, caballeros, No quiero que esta celebración se arruine por malentendidos—dijo con un tono frío y calculador. Luego miró a Mireya, quien intentaba apartarse del hombre que no la soltaba— ¿Qué dices, cariño? ¿Prefieres quedarte conmigo o divertirnos todos juntos?
El cuerpo de Mireya se congeló, Era una trampa, una humillación diseñada para quebrarla. Miró alrededor, buscando una salida, pero no había escapatoria. Los guardias estaban en la puerta, y los ojos de todos estaban sobre ella,
—No quiero estar con ninguno—respondió con firmeza, tratando de mantener su dignidad, aunque su voz temblaba,
El silencio que siguió a sus palabras fue ensordecedor, Lucas dejó su copa sobre la mesa con un gesto lento, casi ceremonioso, y luego se acercó a ella.
—Esa no es una opción, Mireya—susurró, inclinándose hasta que sus rostros quedaron a pocos centímetros— Pero ya que insistes en ser difícil, creo que voy a quedármela yo esta noche, caballeros,
Los hombres protestaron, pero Lucas levantó una mano para silenciarlos,
—Esta es mi fiesta, y ella es mi invitada especial. ¿Alguien tiene algún problema con eso?—preguntó, su voz cargada de amenaza,
Los hombres intercambiaron miradas, pero finalmente se retiraron uno a uno, aunque claramente disgustados, Solo el hombre que la sostenía tardó más en soltarla, mirando a Lucas con resentimiento antes de irse,
Cuando quedaron solos, Lucas cerró la puerta con llave y se giró hacia Mireya,
—Me estás haciendo quedar mal frente a mis socios, cariño—dijo acercándose a ella con una sonrisa que no llegaba a sus ojos— No me gusta que me hagan quedar como un idiota,
—No te pedí que me trajeras aquí—respondió Mireya, retrocediendo hasta que su espalda chocó contra la pared,
Lucas se detuvo frente a ella, levantando una mano para acariciar su rostro,
—No importa lo que quieras, Lo único que importa es lo que yo quiero—dijo con un tono helado— Y lo que quiero es que entiendas que no puedes escapar de mí,
Mireya apartó el rostro, sintiendo náuseas por su proximidad,
—Nunca seré tuya Lucas, Nunca—dijo con toda la fuerza que pudo reunir,
Lucas soltó una carcajada, pero había algo oscuro en su mirada,
—Eso lo veremos, Mireya Por ahora, descansa. Mañana será un día interesante—dijo alejándose de ella con una sonrisa maliciosa,
Lucas salió de la habitación, cerrando la puerta tras de sí y dejando a Mireya sola, Ella se dejó caer en el suelo, abrazándose las piernas mientras las lágrimas corrían por su rostro, Sabía que no podía quedarse allí, pero escapar parecía imposible,
El miedo y la desesperación amenazaban con consumirla, pero dentro de ella aún quedaba una chispa de lucha, No permitiría que Lucas la rompiera, no completamente, Si iba a escapar de ese infierno, tendría que encontrar la forma por sí misma,
Mireya permaneció en el suelo durante lo que le pareció una eternidad, Su mente trabajaba a toda velocidad, intentando procesar lo que acababa de suceder, El miedo estaba presente, pero también algo más profundo, una furia contenida, No podía dejar que Lucas ganara,
Se levantó con dificultad, limpiándose las lágrimas con el dorso de la mano. Miró a su alrededor, analizando cada rincón de la habitación, No había ventanas, y la puerta estaba cerrada con llave. Pero tenía que haber una forma, Siempre la había.ñ,
Su mirada se detuvo en un pequeño objeto sobre la mesa, un cuchillo para cortar frutas. Era pequeño, pero lo suficientemente afilado, Lo tomó con manos temblorosas, sintiendo cómo su respiración se aceleraba, No sabía exactamente qué haría con él, pero tenerlo en sus manos le daba una sensación de control que hacía tiempo había perdido,
Pasaron las horas y la noche se volvió silenciosa, Mireya se mantuvo alerta, escuchando los pasos en el pasillo y los murmullos lejanos, Finalmente, todo quedó en calma,
Se acercó a la puerta y colocó su oído contra ella, Nada, Lucas no había vuelto, al menos por ahora, Con el cuchillo en una mano, se acercó al escritorio en busca de algo útil, Encontró un bolígrafo y un trozo de pape, Pensó en escribir una nota para alguien, cualquiera, pero no tenía sentido, Nadie vendría a salvarla, Estaba sola,
De pronto, escuchó un leve sonido metálico en la cerradura de la puerta, Su cuerpo se tensó, Lucas estaba regresando,
El cuchillo tembló en su mano mientras daba un paso atrás, tratando de controlar el pánico. La puerta se abrió lentamente, y allí estaba Lucas, con una botella de vino en una mano y una expresión que mezclaba diversión y cansancio,
—¿Me extrañaste, cariño?—preguntó cerrando la puerta tras de sí,
Mireya no respondió, Su corazón latía con fuerza, y su mente buscaba desesperadamente una salida a esa situación,
—He estado pensando en ti—continuó Lucas, acercándose con paso lento— Creo que he sido demasiado paciente contigo, Quizá es hora de cambiar eso,
Mireya levantó el cuchillo, sosteniéndolo con ambas manos frente a ella,
—¡No te acerques!—gritó, su voz quebrada pero llena de determinación,
Lucas se detuvo, sorprendido al principio, pero luego una sonrisa cruel apareció en su rostro,
—¿Y qué vas a hacer con eso? ¿Apuñalarme? ¿Herirme? No tienes lo necesario para hacerlo Mireya—dijo Lucas,
—No me pongas a prueba—respondió ella, apretando con más fuerza el cuchillo,
Lucas dio un paso más, desafiándola con su mirada,
—Sabes que no tienes a dónde ir, cariño, Y aunque lograras salir de aquí, nunca llegarías muy lejos, Yo siempre gano,
Mireya sintió que sus piernas temblaban, pero se mantuvo firme, Su mente buscaba desesperadamente un plan, cualquier cosa que pudiera darle ventaja,
—¿Qué quieres de mí, Lucas?—preguntó, tratando de ganar tiempo,
Lucas se detuvo frente a ella, inclinando ligeramente la cabeza,
—Quiero que aceptes tu lugar, Quiero que entiendas que tu vida me pertenece,
Mireya lo miró a los ojos, sintiendo cómo la rabia reemplazaba al miedo,
—Nunca voy a ser tuya—respondió con firmeza,
En ese momento, algo dentro de ella se rompió, No era miedo, no era desesperación, Era el último vestigio de sumisión que quedaba en su interior, Sabía que si no hacía algo ahora, nunca tendría otra oportunidad,
Sin pensarlo dos veces, lanzó un movimiento con el cuchillo hacia Lucas, Él, sorprendido, logró esquivarlo por poco, pero tropezó hacia atrás, perdiendo el equilibrio y cayendo al suelo,
Mireya no esperó para ver qué haría, Corrió hacia la puerta, dejando caer el cuchillo en el proceso, Para su sorpresa, Lucas no había vuelto a cerrarla con llave,
Salió al pasillo, su corazón latiendo desbocado, Escuchó los gritos de Lucas detrás de ella, maldiciendo y ordenando a sus hombres que la detuvieran,
Corría sin rumbo, esquivando puertas y escaleras, tratando de encontrar una salida. Finalmente, llegó a un pequeño cuarto de servicio, Cerró la puerta tras de sí y la aseguró con una silla,
Dentro del cuarto había una ventana pequeña, Mireya la abrió con esfuerzo, sintiendo cómo el aire frío de la noche le golpeaba el rostro, Miró hacia abajo y vio que estaba en un segundo piso, No era una caída mortal, pero tampoco sería fácil,
Sin dudar, se subió al marco de la ventana y saltó, Su cuerpo impactó contra el suelo con fuerza, pero logró levantarse, a pesar del dolor en sus piernas,
espetemos que te pueda rescatar