Angie Suaza una hermosa escritora, a la cual le gusta disfrutar de la liberta y ser feliz, además de luchas por sus sueños, decide que no vale la pena preguntarle lo que pudo haber pasado y decide esta vez arriesgarse y ver con sus propios ojos lo que pase.
Ella prefiere arrepentirse por lo que fue en vez de pensar en lo que pudo ser. por eso regresa a su país después de cinco años para conquistar al hombre del que a estado enamorada toda sí vida. ella regresa a conquistar a un mujeriego.
Henry modelo, actor y por supuesto el mujeriego incontrolable de esta historia, un hombre supremamente guapo y sexy, hombre que a tenido a muchas en su cama pero a ninguna en su corazón, a jurado nunca enamorarse, ¿será que podrá cumplir esa promesa cuando su amiga de la infancia regrese no solamente más hermosa que nunca, si no decidida a enamorarlo.
NovelToon tiene autorización de A.R.B.F para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
CAPÍTULO 6
NARRADOR
Angie no había que hacer, pues no hay forma de que salga de la cocina sin ser vista pro Henry, así que Fabricio, como su cómplice que es, decidió recordarte lo hermosa que es.
—Mi reina, no te preocupes, así al natural te ves aún más hermosa así, que no te preocupes de que quedará con la boca abierta cuando te vea —le aclara Fabricio y Angie sonríe.
—Fabricio, ¿están en casa? —Henry, al notar que nadie responde, lo vuelve a llamar.
—Henry, en la cocina ven a comer —responde Fabricio antes una muy nerviosa, pero decidida Angie que no se piensa hechas para atrás nunca.
Henry, Camino hasta la cocina abrió la puerta y sonrió al ver a sus dos amigos sentados frente a la pequeña isla de la cocina.
—Me alegra mucho tenerlos aquí —Henry, abrazo a Fabricio y cuándo volteó para abrazar Angie, quedo gratamente sorprendido.
—Angie. Has cambiado estás hermosísima —Henry se acerca a ella la toma en sus fuertes brazos y la abraza con fuerza.
Para Angie, ese abrazo fue el más esperado, cinco años recordando a ese hombre y soñando con algún día poder conquistarlo y ahora está ahí, entre sus fuertes brazos, sintiendo su calor, aspirando su exquisito aroma y sintiéndose muy segura.
—Tú también estás muy guapo —comenta Angie un poco sonrojada en cuanto se separan.
—Para nada. Yo sigo igual que cuando te fuiste, en cambio, tú sí estás más delgada, en tus ojos hay un brillo que no tenías la última vez que te vi, me alegra que estés aquí, me agrega que los tres por fin estemos juntos de nuevo —comenta Henry y los tres amigos se abrazan.
—Bueno, no, nos ponemos sentimentales y comamos que se enfría —indica Fabricio al ver como Henry, no dejaba de ver a su hermosa prima.
Los tres amigos se sentaron, Fabricio, le sirvió de comer a Henry y mientras los tres comían, se ponían al día sobre lo que ha pasado en sus vidas estos últimos tres años.
Angie, hablo de sus viajes, y como era su vida fuera del país, como pasa el tiempo escribiendo y conociendo lindos lugares, porque a pesar de que no es multimillonaria, si puede darse algunos lujos ocasionales y lo más importante es libre y no tienen ataduras, ni presiones familiares.
Henry comentó las veces que trato de ayudar a Fabricio, a conseguir un buen trabajo, pero su familia siempre terminaba interviniendo para qué lo despidieron, lo que lo frustra demasiado.
Por eso, en algunas ocasiones, termino en casa de los padres de Angie y ella de los padres de Fabricio, reclamándole por no dejarlo en paz y por interferir en su futuro como arquitecto, jamás lo dejaron ejercer desde que él confesó ser gay.
—Mis papás nunca han sabido detenerse, siempre se ha echó su voluntad y cuando yo me revele y perseguirá mis sueños no pudieron hacer nada por qué salí del país, de sus dominios y esos los enojo aún más —comenta Angie con pesar.
—Creo que eso fue lo mejor, o de seguro ellos te hubieran obligado no solamente a estudiar lo que ellos quisieran, si no de seguro arreglarían un matrimonio para y tú vales demasiado, para cualquier hombre —comenta Henry, causando que las mejillas de Angie se sonrojen un poco y esta sonríe.
—Eso es verdad, mis tíos son capaces de eso y más, además mis padres los siguen como perros falleros y hacen los que ellos orden, no tienen pensamientos propios, por eso creo que estoy mejor lejos de esa familia, si ta solo ellos me dejaran en paz —comenta Fabricio, melancólico.
—Lo hará, ya verás que en la cena de mañana podremos descubrí que es lo que quieren para dejarte en paz —Angie sujeta la mano de Fabricio
—Así es amigo, además ay no estás solo, Angie llego a rescatarte como siempre lo hacía cuando éramos niños —recalca Henry y todos ríen.
—Ella no solo me rescataba a mí, recuerdo que en varias ocasiones te defendió a ti Henry, así que no soy el único a quien la reina Angie ha salvado —le recordó Fabricio a su amigo.
—Sí, lo reconozco Angie, me salvo en más de una ocasión cuando éramos niños, pero es que ella siempre fue más ruda y decidida que nosotros —comenta Henry y los tres comenzaron a reír.
—Bueno, que les parece si después de comer nos vamos a la playa a la que íbamos cuando éramos niños —propone Henry, emocionado.
—A mí me parece genial —responde Fabricio, feliz.
—Bueno, yo encantada de ir —Accede Angie al ver la emoción en los dos hombres.
Los tres, rápidamente, se fueron a prepararse para ir a la playa, donde tanto disfrutaron cuando eran niños.
Para Angie es la oportunidad no solamente de recordar hermosos momentos de su infancia junto a su primo y su amor de la infancia, sino que también para usar sus hermosos trajes de baño y seducir un poco a Henry.