Roisin

Peter esta frente a la ventana dándome la espalda, se ha quitado la chaqueta del traje y su cabello luce más despeinado que nunca. No tengo idea que estarán negociando allá abajo, pero parece que le afecta directamente a la persona que está frente a mí.

—Tuvimos algo hace unos años, nada serio. Era un arreglo que era estrictamente sexual, nada de sentimientos de por medio. Yo no tenía ni tengo ningún interés en ella y lo que tuvimos se terminó hace años, cuando Declan me trajo aquí. Moly no se lo tomo muy bien y hasta la fecha, no deja de insistir en algo que jamás tendrá. —Al fin suelta la lengua y me dice lo que quería saber. — Me sorprendió mucho la actitud que tuviste hace unas horas y es tu turno de responder, Roisin. ¿Qué diablos fue lo que te paso cuando la viste? Tú no eres así, algo debió joderte lo suficiente para que le digas todas esas palabras. Después de eso, todos en el comedor tenían la mirada fija en ti, despertaste... Interés en muchos.

Se da vuelta y noto que también se ha quitado la corbata y soltó varios botones de su camisa. La vista es espectacular, no voy a negarlo y culpo a mi embarazo, porque tengo las hormonas totalmente alocadas. Hago un simple encogimiento de hombros desinteresado y me hago la loca para no responder, porque se perfectamente que me paso, pero no pienso decírselo. Avanzo a mi cama y me acuesto.

—Roisin.

Su voz gruesa me deja en claro que quiere respuestas.

—No tolero las faltas de respeto.

Se ríe a carcajadas por la obvia mentira que acabo de decirle.

—Eres la peor mentirosa del mundo. sin ofender, pero ¡Has dejado que te falten al respeto toda tu vida! y si esperas a que me crea esa pobre excusa, vete enterando que no la aceptare. Había algo más, Roisin. Había ira, tus ojos eran dagas atravesando el cuerpo de Moly y quiero saber por qué. Creo que he sido honesto contigo todo este tiempo y merezco lo mismo.

No se ha sentado, sigue cruzado de brazos frente a mí y observo cada detalle en su rostro. Descubro que tiene una cicatriz debajo de su mentón y otra muy fina cruzando su ceja izquierda. Su cabello es casi negro y sus ojos son de un extraño verde con destellos dorados, y aunque su expresión en este momento no se muestre del todo amigable, puedo decir que es un hombre precioso y estoy luchando por no salir de la cama para prenderme de esos labios que se me antojan deliciosos.

—Esa es la verdad, tómalo o déjalo.

Vuelvo a encogerme de hombros.

—Mentirosa.

Le exijo a mi mente que elimine el recuerdo de Alexander llamándome mentirosa en la isla y le sonrió a Peter, que alza una de sus cejas. Le doy dos golpecitos al colchón para que se siente a mi lado, me pone muy nerviosa ver a la montaña de músculos de pie sin moverse un milímetro y me dice que no con el dedo índice.

—Siéntate o me dará dolor de cuello por tu culpa.

Lo hace, pero no se sienta en la cama como se lo pedí. Camina hacia la silla del tocador y la deja donde estaba parado hace un momento y vuelve a su postura anterior, silencioso pero diciéndome miles de cosas con la mirada.

Pienso mientras la ley del hielo es recíproca. ¿Le digo lo que me pasa o me escondo detrás de la máscara que hasta ahora sigue intacta en su lugar?

Mejor me escondo un poco más, todavía tengo que descubrir si lo que me pasa con Peter es solo una atracción física o hay algo más. Me dejó claro hace horas lo que siente por mí y le respondí que solo tenía para ofrecerle mi amistad. ¿Por qué hice eso? Porque soy una estúpida que no sabe que mierda le pasa. Siempre me enamoro rápido, las últimas dos veces fueron una clara lección de que es un terrible error confiar ciegamente y Peter, lamentablemente va a pagar por ellos aunque no lo merezca. Me ha costado mucho reunir los pedazos de mi corazón como para entregárselo alguien más.

Me aterra que vuelvan a jugar con él y lo destruyan nuevamente. Pero seré honesta conmigo misma, si descubro que entre Peter y yo hay algo más que una simple atracción física, no voy a dudar en entregárselo, porque no se querer a medias, es todo o nada.

—Me encantaría saber qué demonios piensas. Me miras analíticamente como si tuvieras un conflicto interno.

Sonrió y me acomodo mientras siento las pataditas de Aiden.

—Aiden tiene ganas de helado de chocolate con chispas, el mismo que te gusta a ti. ¿Nos traes?

Necesito que salga de aqui al menos cinco minutos para calmarme, me siento extrañamente nerviosa con Peter en mi habitacion. SOLOS...

Respira hondo y saca su móvil del bolsillo para teclear rápido y lo vuelve a guardar en le bolsillo de su pantalón.

—Anna lo traerá por mí. Te dije que no dejare esta habitación hasta que Declan venga.

Adiós a mis cinco minutos de soledad para calmar mis ganas de tirarme sobre Peter.

—Llevamos esperando a mi padre más de cuarenta minutos. ¿Qué te hace pensar que vendrá mientras tú no estás? — Vuelve a sonreír y esta vez es una sonrisa abierta, sincera. — Pudiste ir por el helado y dos cucharas.

—Tu padre es un espectro. Aparece sin que lo esperes y se va de la misma forma misteriosa en que llegó. Estoy más que seguro de que si saco un pie de esta habitación, al volver el estará saliendo de aquí con una de esas sonrisas que me lanza siempre que me quiere molestar. Prefiero no arriesgarme porque quiero saber que mierda quiere la familia Russo contigo.

—¿Conmigo? Que podría querer la familia Russo conmigo si yo...

Las fichas caen en su lugar, William me dijo que se quedaría unos días "Para conocerme" mas. La familia se ha quedado después de la reunión para hacer negocios y la molestia de Peter... Mi padre no se atrevería a hacerme lo mismo que hizo John al casarme con Alexander. Me niego a pasar nuevamente por lo mismo.

Salgo de la cama, me cubro con una bata y no me tomo la molestia de ponerme algo en los pies, no quiero perder tiempo.

Peter entiende lo que intento hacer y antes de que saque mi cuerpo de la habitación, me detiene, tomándome del brazo sin ejercer fuerza para que no salga. 

—Espera a que venga. Declan no hara nada sin antes hablar contigo, no te obligara a nada. —Su gesto enfadado se suaviza.— de eso puedes estar segura.

No escucho lo que me dice, solo poso mis ojos en la mano que sujeta mi brazo mientras la corriente electrica me recorre entera.