Elein, líder de la Tribu Águila, descubre que el símbolo del fénix en su collar guarda el secreto de un antiguo poder que podría cambiar el destino de las Tribus y del Reino del Norte. Mientras enfrenta conspiraciones, traiciones y una conexión inesperada con la familia real, Elein deberá desentrañar la verdad sobre el sacrificio de sus padres.
Acompañame a descubrir la verdad de un pasado, un legado y un enemigo entre las sombras.
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Capítulo 20: "Iniciando las preparaciones para la guerra"
El eco del motín
Tras el fracaso del motín de Peter, el Reino del Norte estaba en una calma aparente, pero el grupo sabía que el peligro no había desaparecido. Aunque muchos nobles y tribus se habían alineado con la reina, otros aún permanecían indecisos o en silencio. La amenaza de Peter seguía latente, y cada minuto que pasaba le daba tiempo para reorganizarse.
Con las festividades llegando a su fin, el grupo decidió actuar rápidamente. Entre las tribus presentes, la Tribu Leopardo representaba un obstáculo clave. Kael, su líder, había evitado comprometerse desde el inicio del torneo, y su relación con la Tribu Águila complicaba aún más las cosas.
Una misión estratégica
En una reunión con la reina, Elein, Daniel y los demás discutieron sus próximos pasos. Un mapa del reino estaba desplegado sobre la mesa, mostrando las posiciones de las tribus y los territorios más alejados.
—Peter no está derrotado. —dijo Elein, señalando las zonas más vulnerables. —Sabemos que tiene aliados entre los nobles y, posiblemente, entre ciertas tribus. Si logra convencer a Kael, podría inclinar a muchas otras tribus en su favor.
Daniel asintió, su expresión grave.
—Kael tiene una gran influencia entre las tribus del este. Si logramos asegurarlo como aliado, será un golpe significativo para Peter. Pero no será fácil. Sabemos que no confía en la corte, y su relación con la Tribu Águila es... complicada.
La reina los miró con determinación.
—Kael es pragmático. Si ve que esta alianza beneficia a su pueblo, podría aceptarla. Pero debéis ser cautelosos. No debemos subestimarlo.
Flora cruzó los brazos, añadiendo:
—Incluso si logramos convencerlo, es probable que quiera ponernos a prueba. Kael no concede su lealtad fácilmente.
Elein, con el medallón del Fénix brillando débilmente en su cuello, asintió.
—Haremos lo necesario. No podemos permitir que Peter divida al reino.
Un encuentro esperado
El pabellón de la Tribu Leopardo estaba decorado con símbolos que reflejaban la fuerza y el orgullo de su gente. Los guerreros, vestidos con pieles y armados con lanzas, los miraron con desconfianza mientras los escoltaban hacia el centro del campamento. Kael estaba sentado en un trono tallado, su postura relajada pero su mirada fija en Elein.
—Elein de la Tribu Águila. —dijo Kael, con un tono que destilaba sarcasmo. —¿Qué te trae a mi campamento? Admito que no esperaba verte tan pronto después del torneo.
Elein dio un paso al frente, manteniendo la calma.
—Kael, no estoy aquí como rival. Estoy aquí como aliada. La amenaza de Peter no distingue entre tribus. Si no trabajamos juntos, todos sufriremos.
Kael dejó escapar una risa seca.
—¿Aliada? Después de lo que nuestras tribus han pasado, ¿esperas que simplemente olvide el pasado?
Daniel intervino, con su tono calmado pero firme.
—Kael, entendemos tus reservas. Pero esta no es una batalla entre nuestras tribus. Es una batalla por el reino. Peter no respeta las tradiciones ni las alianzas. Si logra dividirnos, nos destruirá.
Eric, siempre observador, dio un paso adelante.
—No venimos aquí buscando que olvides el pasado, Kael. Venimos a demostrar que esta alianza puede funcionar. Si no trabajamos juntos, las cicatrices de nuestras tribus serán lo último que importe cuando Peter tenga el control.
Kael los observó en silencio, pero finalmente habló.
—Habéis hablado bien, pero las palabras no bastan. En mi tribu, la confianza se gana, no se regala. Si queréis nuestra lealtad, debéis enfrentar nuestra prueba. Mostradnos que sois dignos.
La prueba del leopardo
Kael los condujo a un claro en el centro del campamento, rodeado por guerreros y marcado por símbolos tribales grabados en la tierra. El desafío estaría dividido en tres etapas, cada una diseñada para probar un aspecto clave: fuerza, coordinación y adaptabilidad.
—Enfrentaréis a mis guerreros en tres fases. La primera probará vuestra fuerza, la segunda vuestra coordinación, y la tercera vuestra capacidad para adaptaros bajo presión. Si superáis estas pruebas, consideraré vuestra propuesta. Si no, este será el final de nuestra conversación.
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El primer desafío: fuerza
En el primer desafío, el grupo debía enfrentar directamente a tres de los guerreros más fuertes de los leopardos en un combate controlado. Los leopardos avanzaron con movimientos rápidos y precisos, obligando al grupo a trabajar en conjunto para defenderse.
Daniel y Eric lideraron la línea del frente, enfrentándose a los ataques con fuerza y precisión. Mientras tanto, Elein, Flora y Lucas cubrían los flancos, bloqueando y desviando los golpes con rapidez.
—Eric, cuidado a tu izquierda. —gritó Elein mientras esquivaba un ataque.
Eric respondió rápidamente, desviando la lanza de su oponente con un movimiento ágil.
—Gracias. Manteneos juntos. No les demos espacio para maniobrar.
Después de varios minutos de combate intenso, el grupo logró superar a los guerreros, demostrando su habilidad y trabajo en equipo.
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El segundo desafío: coordinación
En la segunda etapa, el grupo debía atravesar un laberinto de obstáculos mientras evitaban trampas y maniobras de los leopardos. Lucas asumió el liderazgo estratégico, guiándolos a través del terreno complicado.
—La salida está al este, pero debemos distraerlos primero. Flora, crea una distracción mientras nosotros avanzamos por el otro lado.
Flora asintió, moviéndose rápidamente para atraer la atención de los leopardos, mientras los demás seguían el camino señalado por Lucas. La prueba requería comunicación constante y movimientos sincronizados, pero el grupo trabajó en armonía para superar los obstáculos.
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El tercer desafío: adaptabilidad
El desafío final era el más complicado. Los guerreros leopardos crearon una emboscada simulada, forzando al grupo a reaccionar rápidamente a un ataque inesperado. Elein tomó el mando, distribuyendo tareas rápidamente.
—Daniel y Eric, proteged los flancos. Lucas, busca un punto alto para analizar sus movimientos. Flora, conmigo.
Mientras Lucas identificaba los patrones de ataque, Flora y Elein atacaron los puntos débiles del enemigo, obligándolos a retroceder. Daniel y Eric, por su parte, mantuvieron la línea, protegiendo al grupo con movimientos calculados y bloqueos precisos.
La decisión de Kael
Cuando la prueba terminó, Kael observó al grupo con una mezcla de respeto y cautela. Finalmente, habló:
—Habéis demostrado vuestra valía. Pero recordad esto: nuestra lealtad debe ser recíproca. Si percibo la más mínima traición, no dudaré en actuar.
Elein asintió solemnemente.
—No la necesitarás, Kael. Esta es una lucha por todos nosotros.
El camino hacia la unidad
Con el apoyo de la Tribu Leopardo asegurado, el grupo se preparó para continuar con su misión. Sabían que aún quedaban tribus por convencer y que el tiempo no estaba de su lado. Mientras cabalgaban hacia su próximo destino, Elein miró a sus compañeros con determinación.
—Hemos superado otro desafío, pero la verdadera batalla aún está por venir. Por Elías, por nuestras tribus y por el reino, no fallaremos.
El grupo avanzó hacia el horizonte, sabiendo que cada paso los acercaba más al enfrentamiento final con Peter.