El Romance Prohibido Del Emperador

Romeo cuando su asistente llegó con los regalos de su amada, lo verifico por el mismo, y encontró, que todos los regalos eran de los mismos que les regalaba a Abigaíl cuando era su esposa. Eran un montón de regalos, como para llenar dos carruajes.

Ya la tarde se había ido, y por esa razón va a esperar que amanezca para mandar todo, pues lo menos que desea, es causar problemas en la mansión de su suegro.

Por eso, en cuanto el día llegó, Romeo puso en práctica lo leído en el libro, y se dio prisa en escribir la carta de amor, y expresó sus sentimientos de una manera clara, pues la sinceridad es mejor que todo.

Cuándo escribió la carta, mandó ha llevar los regalos a la mansión ducal, con la esperanza de que estos sean bien recibidos por su destinada, o está frito.

Con Abigaíl.

En horas de la mañana, Abigaíl se reunió con su padre en su oficina, y le estaba comentando sobre un proyecto muy interesante, y ese es, el cultivo de algodón, con el fin de crear tela y venderla no solo en el imperio, sino en los imperios vecinos.

Esa idea ella la tenía en mente, cuando murió en aquel accidente, y se la pensaba decir a su padre cuando regresarán de sus vacaciones. De saber que aquellas vacaciones iban a resultar así, ella no hubiera permitido que ese día ninguno salga de casa.

Al recordar en su anterior vida, los ojos de la joven se enrojecieron, y sintió como el corazón se le apretó.

Su padre a su lado sintió el cambio en su hija, y fue a darle un abrazo, pues de seguro ella ha pensado en sus vivencias en el palacio.

Sin saberlo, le dijo unas palabras de consuelo, que ayudaron a que ella se calmara. Esas palabras fueron como un ungüento para su triste corazón .

—Hija, ya estás aquí, nada te pasará, papá y mamá te aman y te cuidarán de todo mal— dice él, y ella se aferra a la camisa de su papá y allí llora en silencio.

Pues a pesar de todo, la vida le ha dado unos padres iguales de amorosos que los que tenía cuando era Anabel.

Ella lloró hasta sacar sus penas, y luego de eso, se recompuso y le dio las gracias a su papá por ser un buen padre.

Cuándo ambos terminaron de abrazarse, los dos se regresaron a seguir en lo que estaban, pues aquel proyecto era un proyecto que no solo dejaría ganancias para su familia, sino, que también la idea era dar de las ganancias obtenidas, donaciones a los lugares donde están los más necesitados. Aquellos últimos fué también ideas de Abigaíl.

En eso de la 10 de la mañana, los dos carruajes llegaron del palacio y con ayuda de los empleados del ducado, fueron descargados y puestos en la sala de espera.

Luego de eso, la madre de Abigaíl fue a dónde estaba su hija, y le informó sobre la situación. Ella incrédula fue a ver, para ver, la sala de espera abarrotada de regalos de todos los tamaños y colores.

—¿¡Qué es todo esto por amor a Dios!?—dice ella indignada, ya que se puede imaginar quién es, que se atreve a hacer tal cosa.

Su padre se unió a ella y estaba que echaba humo por los ojos, pues aquel hombre atrevido, no solo tiene una vida promiscua, sino que quiere engatusar a su inocente hija.

Unos de los empleados que llegaron del palacio, fue a la joven y le entregó la carta de Romeo, y ella la tomo, y al poco tiempo la abrió para ver de qué se trataba.

Carta de Romeo al conquistador.

Para mi bella Abigaíl.

Mi bella Abigaíl, sé que en un pasado he sido un hombre bastardo, y te he fallado un millón de veces, pero quiero que me des la oportunidad de mostrar que mi amor por ti es genuino.

Preciosa, extraño cuando tus ojos se iluminaban con únicamente verme llegar, y extraño aún más las noches de pasión que pasamos juntos, donde hacíamos el amor hasta salir el sol.

No seas mala y dame una oportunidad. Estoy perdido sin ti, si no puedes ser mi amor, al menos dame una oportunidad de ser tu amigo, ya luego vemos lo que pasa, seamos lo que tú quieras, pero seamos algo.

Siempre tuyo, Romeo Moretti.

*****

Cuándo la joven terminó de leer la carta, levanto la mirada solamente para ver a todos mirando en su dirección, y eso hizo que se sonrojara, pues no sabía explicar la situación. Lina también estaba allí y la miraba con burla.

—¿Y? ¿Quién es que se atreve a mandarle regalos a mi hija?— dice el duque, tratando de hacerse a la idea, de que en el imperio aparte de Romeo, otro hombre estaba enamorado de su hija, y si es así, él como padre de Abigaíl lo ayudará a conquistar a su hija de manera justa, pero por ahora todo indica que es Romeo quien mandó estos regalos.

—Romeo... Fue Romeo quien mandó los regalos — dice ella aún sonrojada mientras toma la carta y la entraba en el bolsillo de su vestido, pues tiene planes de eliminarla, antes de que alguien la vea, y la cosa sea un poco más vergonzosa.

Al escuchar el nombre de Romeo, el duque sintió en su boca como un sabor agrio y su cara lo reflejó.

—¡Bastardo! — exclama el hombre apretando los puños con fuerza, para luego irse de allí enojado.

La duquesa madre de Abigaíl salió tras él, pues tiene que calmar a su esposo, antes de que se vaya al palacio a hacer una locura.

Cuándo Abigaíl se quedó sola con los empleados del palacio y Lina, mandó los regalos de regreso para los carruajes, con la intención de que todo regrese a dónde Romeo, pero los empleados estaban en un dilema, ya que sí regresan con los regalos, es posible que su amo piense que ellos no hicieron bien su trabajo, y ellos debido a eso, sean castigados, y tal cosa es mala de ver, pues el emperador, es un hombre duro a la hora de dar castigos y sus métodos son demasiado terribles.

Uno de ellos un poco nervioso dice:

—Señorita Abigaíl, sé que está enojada con su majestad el emperador, pero tenga piedad de nosotros sus siervos, no nos mande con los presentes para el palacio, pues si hace eso, nos mandará directamente a ser castigados, por no hacer bien nuestro trabajo — dice aquel hombre de manera amable.

Ella al escuchar lo dicho por el hombre, meditó en la situación, y tomo la decisión de ir al palacio ella misma a hablar con ese hombre desvergonzado.

—Suban los regalos, vamos todos al palacio — dice ella y todos obedecen la orden. Lina estaba riendo con la situación, y aunque deseaba ir y ver el chisme de primera mano, no puede hacer eso, pues ese día tiene muchas ocupaciones que hacer en la mansión ducal, pero en cuanto Abigaíl llegué a la mansión, ella la obligara a hablar, pues ese chisme ella lo tiene que saber, o ese día no duerme.

***

Cuándo todo estuvo preparado, Abigaíl pidió que se le prepare el carruaje del ducado y pidió que unos cuantos guardias le acompañen, pues aún no se sabe si Sofía ya tiene comprado a ese cochero, y es mejor prevenir que lamentar, pero si el hombre se pasa de listo, ella le quemara como quemar una pila de basura.

*********Nota

Feliz día del amor y la amistad, que todos tengan un día muy agradable.

¿No creen ustedes que Abigaíl se fue a meter sola en la boca del lobo lujurioso y pervertido?

Bueno, por el momento es todo lo que les tengo, nos vemos el viernes si Dios quiere con más capítulos.