Daiana Anderson Greco es hija mayor de Alejandro Anderson y Sara Greco Alvarez , conoce a Dante Wesley en la mansión de su abuela como el hijo del jardinero .
En el primer momento en que se vieron se enamoraron tuvieron una relación pero la envidia y las mentiras de los demás .
Lograron que ellos se separaran , pero después de seis años por cosas de la vida se vuelven a encontrar el como un gran ceo y ella como la poderosa ejecutiva .
Dónde el amor está ahí vivo en cada uno de ellos , ¿ que sucederá cuando se vuelvan a ver ?...
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CAPITULO 15
—Salvada por la campana —me dice con una sonrisa.
—Lo empujé con fuerza y salí del ascensor echando chispas. Me toca ir a casa y quitarme las ganas con mi juguete.
¿Qué demonios pasó ahí adentro? Eres una idiota, Daiana. Menos mal que me iba a hacer de rogar, lo iba a tratar con indiferencia.
—Te vas corriendo, Daiana, tenemos que hablar —me dice Dante.
—No lo creo, no hay nada de qué hablar. Lo que pasó en el ascensor fue un error, Dante.
Siento cuando me agarra de la cintura y me pega a él.
—Me habla en el oído, me muero por tenerte en mis brazos, quiero hacerte el amor, Daiana.
Sé que también lo deseas, quieres que me meta entre tus piernas. —Siento como me besa el cuello y sus manos empiezan a viajar por todo mi cuerpo.
—Solo esta noche, Daiana, entrégate a mi amor mío, tú eres mía, solo mía. Voy a hacer que te separes de Darius, me debes dos regalos.
—¿De qué hablas, Dante? ¿Qué regalos te debo?
—Después te digo, cuando investigue algo, pero no me cambies el tema, "mi hermosa rosa".
Vamos a la oficina, no hay nadie más que tú y yo solos. Mi amor, déjame recorrer tu cuerpo con mis manos, con mi boca. Déjame entrar en tu ser. Mira cómo lo tienes, palpita por ti, por tu cueva.
—No, ¿estás loco, Dante?
—Sí, estoy loco, pero por tenerte. Déjame demostrarte cuánto te amo.
—Dante, tú y yo somos un cuento con un final ya escrito, así que deja lo nuestro en el pasado. Lo del ascensor no volverá a pasar.
Mantén tus manos, tu boca, todo tú lejos de mí. ¿Estamos claros, Dante?.
—Estamos claros, pero recuerda que no soy bueno obedeciendo, y mucho menos cuando se trata de la mujer que deseo, como cuando un niño desea un dulce.
Y si no me quieres tentar, no deberías usar estos vestiditos que no dejan nada a la imaginación.
Sabes que me enloquece, Daiana, porque sé que voy a encontrar —mete la mano debajo de mi vestido y yo doy un gemido involuntario.
—Eres un idiota, Dante, un imbécil. Sabes que me fascinan tus comentarios fuera de lugar. Me conoces, también sabes que me tienes excitada.
—¡Ay, Daiana! ¿Por qué tienes que ser tan débil?
Me lanzó a sus labios, en un susurro le digo que soy toda suya por esta noche.
—Vamos a mi oficina —me susurra en mi oído.
—"¿Por qué soy débil?". Sus manos están en mi cintura, me guía para subir al ascensor de nuevo. Entre besos, salimos de la caja de metal y llegamos a mi oficina.
—No puedo apartarlo, mi cuerpo no reacciona.
—Estás temblando, mi amor —me besa el cuello y perdí la razón.
—Eres débil, idiota. Caíste en la tentación, Daiana, siendo traicionada por mi propio cuerpo.
El desgraciado no me responde.
—Usa sus manos para empezar a desabotonar mi vestido. Él no se da cuenta de que su toque me quema la piel.
—Daiana, amor, respira, que te vas a ahogar.
—Me dices que respire, Dante, si me tienes atrapada con tanto músculo.
Reacciono y me aparto un poco de él. Me vuelve a pegar a su cuerpo. —No te me escapas, Daiana.
Me besa como solo él sabe hacerlo. Mis manos viajan por su camisa y se la desabotono. En tiempo récord estamos desnudos.
—Besa mi cuello, mi oreja, mi mejilla y me susurra "te amo, Daiana".
—Lo odio, él sabe dónde está mi debilidad.
—Dante, por favor , esto no puede ser.
—No, paro porque tú me sigues amando, mi hermosa rosa.
Sabes que conozco tu cuerpo para saber que me deseas como yo a ti.
—¿Cómo negarme a estar con él, si mi corazón empieza a latir más rápido, mis uñas están enterradas en su espalda, siento como entra en mi con su amigo y empieza a moverse también siento como Dante aumenta sus embestidas y en cualquier momento voy a llegar a mi liberación?.
—Soy de él, no lo puedo negar, mi cuerpo, mi alma, todo mi ser le pertenecen.
Siento sus manos en mi mejilla limpiando mis lágrimas, levanta mi rostro para que lo mire, después me besa.
Sin dejar de mover sus caderas al ritmo de las mías, me vuelve a besar y le correspondo el beso con todo lo que tengo guardado por él.
Aumenta sus movimientos, me abraza y me pega más a él, —perdóname por haber dudado de tu amor —lo escucho decir.
Me besa de nuevo, yo le correspondo otra vez, siento sus lágrimas rodar por sus mejillas.
—Siento la necesidad de Dante, su desespero, su deseo. Voy a explotar; Dante, no pares, por favor —le digo en un susurro y con mi voz entrecortada— "hace mucho que no sé qué es tener un orgasmo". Y él me lo va a dar. No estoy rota, es que el único hombre que me enloquece es él, mi amor de toda la vida. Mi Dante, mi hombre, el padre de mis hijos.
En unos cuantos segundos exploto gritando su nombre, profundizamos nuestro beso. Él me corresponde, me aparto un poco de él para tomar aire. Estoy agotada, me dejo caer en su pecho y escucho su corazón que aún está con un ritmo rápido.
—Me gusta estar así contigo, mi hermosa rosa. Te amo con todo mi ser. No sabes cuánto extrañé esa respiración entrecortada, ese sabor de tus labios, cómo te entregas a esta pasión entre los dos.
—Lo miro, lo quiero más, lo quiero a él. Pienso en tenerlo de nuevo, mi corazón no razona, mucho menos mi cuerpo. Mañana lidiaré con las consecuencias, pero hoy es mío. Lo vuelvo a besar y él me corresponde mi beso profundizando.
—Quiero otra ronda, Dante. Él me mira y se acomoda, entrando de una sola estocada en mi interior. Ambos nos dejamos llevar de nuevo entre gemidos, sudor y besos, tan nosotros. Siento que vamos a partir el escritorio en dos, pero no me importa porque lo estoy disfrutando. Siento como mi vientre se contrae y él aumenta su ritmo, haciendo que lleguemos los dos a nuestra cima.
—Te amo, mi hermosa rosa...
Continuara...
En qué mundo de crío esa mujer 😡😡😡😳😳😳⭐