Para Valentina una hermosa bibliotecaria del centro de Londres, los cambios que ha tenido el mundo ahora en manos de los hombres lobos no han sido un gran problema, pues esta acostumbrada a vivir en el anonimato, sin llamar demasiado la atención, esto hasta que su pareja desde hace algunos meses Philip decide hacer una rebelión en contra del Rey Alfa Julian, Philip es atrapado junto con sus seguidores por la guardia real, Valentina decide interceder por el y trata de pedirle al Rey Julian que lo perdone, lo que Valentina no sabe es que desde el momento que puso un pie en el palacio su vida cambiaría por completo a menos de este Rey Alfa que no se lo pondrá tan fácil.
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El Omega y Los Planes
Valentina se despertó al otro día muy feliz la noche de ayer con Julián la había puesto muy animada, poco a poco todas sus dudas sobre el Rey se iban desvaneciendo.
Valentina se duchó se puso un maxi vestido blanco y salió de su habitación al pasar por la biblioteca se maravilló al ver que las puertas de esta se encontraban abierta de par en par y pudo ver algunas personas dentro de esta, algunas estaban en las mesas leyendo y otras mirando los estantes, la pelirroja se sintió feliz de que su trabajo estuviera dando frutos y la hermosa biblioteca pasaba de ser un lugar olvidado a un lugar lleno de gente y apreciado, como deberia ser, la chica decidió seguir su camino y desayunar primero, en el camino se paró frente a ella un lobo rubio de boca gruesa y ojos azules, era uno de los lobos que había acompañado a Finn aquel día a la biblioteca por los libros.
-Buenos días, Luna, soy Samuel, el Omega de la manada, no nos habían presentado aún -dijo el rubio
-Por supuesto el Omega había escuchado sobre ti, es un placer -dijo ella sonriendo
-Debe saber que estamos felices de que nuestro Alfa encontró a su Luna, por cierto el Alfa no podrá venir hoy al desayuno, ya que por algunos inconvenientes debió salir del castillo, se disculpa con usted, pero dado los acontecimientos me gustaría invitarla a desayunar conmigo y mi esposa Quinn -dijo Samuel.
Valentina se decepcionó al escuchar lo del Alfa, aun así no lo demostró y acepto la invitación de Samuel, este la dirigió al patio donde había una mesa elegante y una rubia pequeña estaba sentada ahí, Valentina de inmediato supo que la mujer no era una loba, era de su estatura, tenía grandes ojos color avellana, cabello rubio corto, un buen cuerpo.
-Bienvenida Luna, Soy Quinn, mate y esposa de Samuel es un placer conocerla -dijo la rubia.
-Es un gusto Quinn, gracias por recibirme en su desayuno, deseaba conocer a la otra pareja que vivía en el castillo -dijo la pelirroja mientras se sentaban a desayunar los tres.
-Quinn no quiero ser impertinente, pero noto que no eres una Loba- pregunto la Luna.
-No lo era, ahora lo soy, hace un año conoci a Samuel, vivía a las afuerass de Londres, cuando un lobo de pelo muy blanco y gigante me abordo, al principio me asuste y pensé que me iba a devorar, pero luego se convirtió en este hermoso hombre, me demore un poco en aceptar todo esté cuento de hombres lobos y más cuando tomaron el país.
-Oh comprendo -le dijo la pelirroja- significa que si te convertiste en loba hace poca-
-Asi es, finalmente me sentí lista para convertirme en loba y tener un hijo, estoy empezando embarazo y llevo un mes siendo loba -concluyó Quinn.
-Whoah Felicidades a ambos, que linda historia Quinn, aún me estoy acostumbrando a todo este mundo y cada día tengo más dudas -contó Valentina.
Escucharon unos paso y era Dianna junto con su bebe Mark, Valentina inmediatamente tomó en sus brazos a Mark.
-Hola Val, Quinn, Samuel -saludo la Loba- que bien que ya se están conociendo- Quinn es maravillosa, Val, vamos a ser un trío perfecto, lamentablemente no todos en el castillo son amables -dijo Dianna mientras blanqueaba los ojos.
-¿Te refieres a la Gamma Rachel? -pregunto Val- me ha mirado horrible desde que llegue y me acuso de querer atrapar a Julian con mi supuesta inocencia.
-Ja no nos sorprende, pero no le hagas caso ella es mala y odiosa, además te envidia por ser nuestra Luna, nos tienes a Quinn y a mí- dijo Dianna.
Al parecer Di y Quinn eran muy cercanas.
-Gracias Chicas -sonrió la pelirroja- me surgió varias dudas con lo que me dijiste Quinn, ¿una mujer puede tener hijos de un lobo sin necesidad de convertirse? ¿O puede convertirse sin tener que embarazarse? -pregunto Valentina.
Podemos tener hijos sin necesidad de convertirnos -contesto Quinn
Pero no pueden convertirse sin tener hijos -contesto Dianna.
-Oh comprendo -dijo Val comprendiendo todo- chicas veo cicatrices de mordida en sus cuellos y también en el cuello del Omega Samuel, también lo he visto en el Beta Finn, ¿qué son esas cicatrices?
-Estas son las marcas, Luna -por fin hablo Samuel -cuando encontramos nuestras mates, se marcan con una mordida en el cuello así todos los lobos sabran a quién pertenece el uno del otro por su olor, Quinn huele a mi y yo a ella -concluyó el rubio.
Valentina se quedó pensando porque aún Julian no le había hecho la marca, no debia negar que le asustaba por el dolor, pero de alguna manera le excitaba ser suya y que el fuera suyo.
-Bendito entres las mujeres -le grito el recién llegado Finn a Samuel quién había estado callado hasta el momento.
-Comprendiendo un poco más del mundo de las damas, amigo -dijo Samuel a Finn quien tomó a Mark de los brazos de Valentina y se sento al lado de su Mate.
-Que bien qué estén todos bien desayunados, les debo decir algo -exclamó Julian llegando a la mesa, le dio un beso a Val en la frente y se sentó junto a ella -ya es hora de presentar a mi Luna frente a la manada, lo haremos mañana y mi Luna y yo nos presentaremos frente a todos el país la próxima semana, creo que es hora de que me conozcan y más ahora que la tengo a ella.
-Oh -exclamó Valentina con muchos nervios, era un ratón de biblioteca muy poco social, ahora tendría que presentarse frente a una manada de lobos y frente a todo un país.
-No te asustes Mujer, eres maravillosa, todo saldrá bien -la tranquilizo Julian.
-Está bien -dijo ella no muy segura, el resto del desayuno conversaron temas varios y luego cada uno fue a cumplir con sus responsabilidades, durante el almuerzo y la comida el Rey tampoco se presentó según le dijeron estaba preparando todo para la presentación del día siguiente, a la hora de dormir, Valentina estaba muy nerviosa por el día siguiente, no paraba de dar vueltas por toda su habitación y la falta de Julian todo el día la ponía aún peor, Valentina no aguanto la presión y se puso una bata encima de su camisón y fue hacia la habitación de Julian.