El Padre De Mi Esposo

Benjamín...

Desgraciadamente, tuve que volver a mi casa, no puedo quedarme más tiempo con Julieta.

Hay muchas cosas que me gusta supervisar personalmente, confío en mi administrador y socios, pero no está de más estar pendiente de lo que necesito.

Después de varios días pude dejar todo en orden nuevamente y salí hacia el lugar donde se encuentra Dionisio con sus subordinados.

Me dirijo hacia allá a caballo para llegar más rápido. Al llegar me informan que fueron al otro pueblo a una hora y me fui a buscarlo.

Puedo verlo de lejos, es excelente en su trabajo. Al verme me hizo señas de esperar un poco.

No me molesto hacerlo, la charla que vamos a tener en importante.

Después de unos minutos se acerca y nos dirigimos hacia un restaurante para comer algo y hablar más tranquilos.

Nos sentamos y ordenamos, no es muy afectivo así que no hay abrazos por su parte.

Así empezamos a comer y a platicar.

- Padre, como estás, cuéntame que haces por estos lares

- estoy bien, vine porque he ido a tu casa y conocí a tu esposa.

- No la menciones, ya que dentro de poco no será nada mío.

- de verdad te vas a divorciar.

- lo haré padre, no me importa lo que esté haciendo, al menos deje claro que no podía gastar más de la mensualidad que le asigne.

- ella no es así, tu dinero no le hace falta.

- ja, es una interesada padre, le gusta la buena vida y gastar a manos llenas.

- quien te ha dicho eso.

- su familia lo hizo, su padre es un apostador y vicioso, seguro ella es igual.

- No la conoces y según tú, sabes como es.

- seguro es una vanidosa, engreída y despilfarra el dinero.

- Déjame decirte que no y es muy hermosa.

- Qué ya te enamoraste de ella, no seas tonto una mujer como ella solo mira el dinero.

- No la juzgues sin conocer que hace, como es. Pero si no quieres hacerlo perfecto, te puedo ayudar a tramitar el divorcio antes de tu regreso.

- Gracias padre, pero no es necesario cuando vuelva yo mismo lo haré. Además, hay algo que deseo que hagas por mí

- Por qué no divorciarte ahora, y que quieres que haga por ti.

- Conocí a alguien y es especial para mí, deseo que la protejas y no permitas que le falten el respeto ahora que está en mi casa.

- Acaso estás loco, enviaste una amante a tu casa, a lado de tu esposa.

- padre, por favor. Me divorciaré apenas regrese y te aseguro que ella no es interesada, ella me quiere y con ella formaré una familia.

- estás muy equivocado si piensas que estás haciendo bien las cosas, al menos la conoces, sabes de que familia viene.

- ella es huérfana, no tiene a nadie confío en su palabra no necesito investigar nada, es un ángel y puedo verlo en su mirada que no le interesa mi dinero, ni mi posición.

- te estás equivocando, te apoyo en tu divorcio. Ella no te merece, espero no te arrepientas después de esta decisión porque te juro que yo mismo mantendré lejos a tu ahora esposa de ti.

- puedes hacerlo, solo no dejes engañarte de esa mujer.

- ese será mi problema, pero déjame decirte que iré avanzando con los trámites del divorcio, así cuando llegues solo tengas que poner tu firma.

Además de una vez te digo, si aquella mujer le hace la vida difícil la sacaré de tu casa inmediatamente.

- puedes hacerlo pero te aseguro que será para evitar que le haga daño a mi Nelly.

- Me voy, yo de ti buscaría información de ambas y así tendría una clara imagen de ellas.

Por otro lado, siento que falle contigo, siempre te dije que no solo confiaras en la palabra de otros, juzga por tu propio criterio.

Benjamín salió del restaurante con miles de preguntas, como su hijo dejó de ser el hombre que él educó.

A dejarse llevar por simples comentarios, quien es esa mujer que en poco tiempo le ha puesto una venda en los ojos.

Sobre todo lo idiota que es por no darle una oportunidad a Julieta, aunque esto último lo agradece, debido a eso pudo conocerla y amarla como se lo merece.

Bueno que puedo decir su estupidez será mi mayor recompensa, teniendo a su esposa en mis brazos una vez firmen el divorcio.

Cómo dicen la basura de uno, es el tesoro de otro. En este caso ella es mi fortuna mi amor y mi otra mitad.

Volví a contactarme con el investigador, por ahora no tiene información de la hermana de Julieta, mientras la encuentra.

Le pedí que investigue quien es la mujer que mi hijo considera tanto. Algo debió pasar para que este caiga tan rápido en sus redes.

Yo seguí mi camino tranquilo hasta llegar al lugar donde sé que está mi bella Julieta.

Me quede un buen rato afuera perdiendo el tiempo, esperando que ella notará mi presencia, cada día está más hermosa y mi deseo y ganas de vivir con ella crecen sin poder evitarlo.

Pasaron varios minutos, hasta que me envió a decir donde nos vemos, me fui a esperarla, sé que no demora en ir a mi encuentro.

Pase de camino por unas flores, y unos postres para compartir mientras caminamos un rato.

Me quedé esperando hasta me llegó a mi lado, no pude evitarlo y la besé como tanto anhelaba.

Su boca junto a la mía en un vaivén de pasión y amor, apenas nos separamos y le dije te extrañé mucho mi diosa.

A lo cual ella respondió que también me había extrañado, no lo pensé mucho y la tomé de la mano, caminando rápido la llevé al lugar donde suelo quedarme.

No pienso ir a casa de mi hijo, no hoy.

Quiero quedarme en un lugar donde pueda amarla sin tener que ocultar mi deseo.

Le di las flores las cuales recibió gustosa, la abrace fuerte y me deje llevar por mis instintos.

Su ropa desapareció y la mía, nuestras manos acariciando el cuerpo del otro, mi boca recorriendo su cuerpo.

Mientras entre gemidos nos uníamos en el vaivén de mis estocadas.

Estaba sensible y deseosa, que me fue difícil controlarme. Llevándonos a la cúspide del clímax.

Tenía muchas cosas que hablar con ella, pero esta noche no. Esta noche me dedicaré a demostrarle cuanta falta me hizo estos días lejos de ella.

Perdí la noción del tiempo en sus brazos, nos dimos amor hasta caer rendidos, durmiendo así como estábamos enredados en las sábanas.

El calor de su cuerpo y su aroma permitieron dormirme profundamente.

Mañana es un día en el que muchas cosas podrían pasar, más hoy ella es solo mía.