«Cuarta saga de Yo soy del CEO»
"Volveré por lo que es mío y esta vez no habrá poder humano que me la arrebate"
Después que la familia Petrovich y la familia Athonyson pasaran por una gran dificultad, ellos retoman sus vidas de nuevo. Una serie de sucesos será la prueba para cada una de las parejas que lograron mantenerse en la adversidad.
Un regreso, un encuentro y el desenlace de lo que será una historia de amor más profunda que la primera en cual no lograron mantenerse.
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Plan cupido
**Isabella**
Entré a la habitación después del escándalo que pasó con Jelena y encontré a Mason con Aiden en brazos, todavía estaba en toalla, cuando me vio dejó al bebé dormido en su cuna y se sentó en la cama de mal humor cruzando los brazos en su pecho.
Me acerqué a él y este apartó la mirada para no verme, solté un suspiro dramático y me senté a su lado.
—¿Estás molesto todavía? Ya la han sacado de casa —empecé, él me miró con el ceño fruncido.
—No me hace gracia —gruñe, y no retuve más la risa que me daba al ver su cara.
—Lo siento cariño, solo te ves gracioso, no te enojes —traté de calmarlo sin dejar mi risa burlona.
—¿Te ha gustado que otra mujer se haga pasar por ti y entre al baño donde tu esposo se estaba dando una ducha? Porque a mí no me ha parecido —declaró, sin dejar su cara de trueno.
—Por supuesto que no me gustó, pero ya sabía que a ella le gustabas —respondí poniéndome seria.
—¿Que has dicho? —me fulmina con la mirada.
—Solo quería que tú mismo te encargaras de ella, no me vengas con el cuento que no te habías dado cuenta que Jelena te miraba de otra manera, eso no me lo voy tragar —dictaminé, alzando una ceja.
—Lo sospechaba—confesó—sus mirada acosadora ya me estaban hartando, sin embargo, me pregunto si lo sabías, por qué no la sacaste de la mansión desde el principio.
—Porque quería que mi esposo me diera mi lugar, y quedé satisfecha con eso, aunque... también me pregunto, ¿Que tanto hicieron? ¿Te besó o algo? —pregunté curiosa.
—No logró hacer nada, apenas sentí sus manos en mi espalda, supe que no eras tú —respondió, con un dejo de desagrado recordando lo ocurrido.
—¿Como lo supiste?
—¿Acaso no eres mi esposa? Puedo reconocerte hasta viendo el dedo meñique de tu pie, sé cómo se siente tu piel, tus manos, incluso tu aroma, nada se me escapa, esa zorra tuvo suerte no haberla matado por engañarme —bramó como un toro furioso. Solté una risilla por lo bajo al escucharlo.
—Así que lo que más te enojó fue que te hiciste ilusiones pensado que era yo, eso fue cruel—dije divertida.
—¿Te parece? —ironizó, su cara de póker no ha cambiado.
—Te confieso que sentí celos—comenté, y el me miró un poco sorprendido —que vean a mi esposo desnudo, y que incluso lo toquen, me causa un arranque de celos interno.
—Pensé que no tenías sentimientos —sonó sarcástico —te veías como si no te importara.
Claro, esa era su opinión porque no expresé disgusto delante de los demás, pero en realidad la sangre me estaba hirviendo por dentro cuando Mason dijo que ella se había metió al baño haciéndose pasar por mi.
—Obvio que me importa —me levanté de la cama y me subí en sus piernas colocando las mías alrededor de él —solo no dije nada porque ya habías hecho todo el trabajo, me quedé tranquila sabiendo que no le seguiste la corriente.
—¿Por qué lo haría? —anarcó una ceja.
—Bueno, eres hombre y...
—Eso no tiene nada que ver —me interrumpe—soy hombre, pero te amo a ti, y si te amo a ti, eso quiere decir que no importa cuántas mujeres hayan el planeta, te seguiré escogiendo a ti. No pienses que otra mujer puede tener la capacidad de hacerme sentir algo, ni siquiera de quitar mis ojos de ti.
—No me equivoqué al elegirte como mi esposo —manifesté orgullosa, envolviendo mis manos alrededor de su cuello.
—Si te hubieras fijado en otro, te hubiese raptado como planeé hacerlo desde un principio, o eras mía, o no eras de nadie, elegirme o no, no era una opción—dijo pícaramente apretando mi cadera.
—Oh, vaya, así que antes de conocerte no tenía derechos de ni siquiera pensar en otro hombre y no lo sabía, que novedad —ironicé.
—Fuiste engendrada para mí —aseguró.
—¿Sabes? Te has ganado un regalo por ser un buen esposo —señalé, bajando mi mano por el torso desnudo de Mason.
—¿Que es? —preguntó con picardía.
—Ya lo verás —dije, y me levanté de sus piernas. Me dirigí a la puerta, y le puse seguro para que no hubiera interrupción, luego me giré hacia Mason que me miraba deseoso de pies a cabeza.
Caminé hacia él nuevamente, y puse una mano en la cama para apoyarme y acercarme hasta su rostro. Solo di roces con mis labios sobre los suyos, pero él sin poder soportarlo más, enredó su mano en mi cabello y me besó con desespero.
Aún no puedo tener relaciones con él, pero eso no deja dicho que nos podamos divertir un poco, y sería bastante placentero para mí, escuchar sus jadeos.
Me separé del beso, él intentó besarme de nuevo, pero le puse mi dedo índice sobre sus labios y desistió.
—Deja te torturarme —me dice algo agitado, eso quiere decir que ya estaba lo suficientemente caliente. Mi mirada bajó sigilosamente por su torso desnudo hasta que llegué hasta su entrepierna, lo estaba detallando muy bien, y como me lo esperaba, un gran "amigo", tenía un gran problema debajo de esa toalla.
—Dije que tengo un regalo para ti—recordé, seductoramente.
Puse una mano en su pecho y hice que su espalda descansara en la cama, me subí encima y me incliné hasta su rostro, Mason me miraba con deseo reteniendo las ganas de devorarme, esta vez era yo quién lo iba a devorar.
Me adueñé de sus labios, este no se contuvo más y me recibió con afán posando sus dos manos en mi cintura para terminar de unir nuestros cuerpos, estaba sentada encima de él y sentía su dureza allá abajo.
Sus manos bajaron a mi trasero sin dejar de besarme como un loco demente, esta vez iba a tomar el control.
Me separé de sus labios agitada, me dejó sin respiración, y tenía cara de querer de seguir besándome.
Me incliné y bajé a su torso desnudo dejando pequeños besos que lo hicieron estremecer, comencé a besarlo y a dejar marcas mientras escuchaba sus jadeos.
Bajé, bajé y seguí bajando hasta llegar al punto que quería. Me deshice de lo que me estorbaba, y era la toalla que lo envolvía y que me impedía continuar.
Mason apoyó ambos codos en la cama y alzó su cabeza mirando su entrepierna donde estaba yo con su dureza entre mis manos.
—Creo que seguiré portándome bien —musitó, con una mirada lujuriosa. Sonreí de lado y me llevé su erección a mi boca.
Hice y deshice con su parte en mi boca haciéndolo retorcer como nunca en la cama, tanto que me tomaba del cabello diciéndome que no me detuviera, y no lo hice hasta ver la última gota fuera de su interior.
****
**Emily**
Un almohadazo me llevé apenas pisé la habitación de Dereck, recogí la almohada y se la devolví con más fuerza a donde estaba acostado, estaba en la cama solo con unos pantalones de tela y sin camiseta.
—Que odioso —dije cerrando la puerta detrás de mí.
—Espero que seas breve, o sino te sacaré a patadas —sentenció apenas me senté en uno de los sillones.
—¿Has visto a Madison?—fui directo al punto y sin rodeos. Él me fulminó con la mirada como si hubiera revelado un secreto oscuro de la NASA.
—Otra metiche —espetó con fastidio volviendo su mirada al techo.
—Una metiche que sabe todos sus movimientos—comenté mirando las uñas de mis dedos para dejarlo con la intriga. Y sí, se sentó en la cama y me lanzó una mirada interrogante sin dejar a un lado su cara de "odio a todo el mundo".
—Habla —me exigió severamente. Y también sonó descarado.
—Esa no es manera de tratar a tu hermana menor —arrugué la nariz haciendo un mohín.
—¿Quieres que me haga los moñitos contigo? —escupió con recelo.
—Muy gracioso —le hice una mueca.
—No tengo humor para andar con niñerías, solo ve al grano y dime algo que en verdad me interese, y sino, te las verás conmigo —amenaza, sin dejar de mirarme con cara de póker. No podemos decir que Dereck es una persona cariñosa, algo de lo que todos ya estamos acostumbrados.
—Si es sobre Madison, creo que te interesa —señalé.
—Entonces dime algo que no sepa.
—No creo que sepas todo, que la mantengas vigilada no quiere decir que sepas lo que pasa puertas adentro ¿O si?
—¿Y tú si lo sabes?
—Algunas cosas, y también puedo ayudarte a recuperarla.
—¿Quién me da fé de eso?
—¡Pues yo!
—Vale, habla.
Aveces puede llegar a ser un imbécil.
—Me imagino que ya debiste de haber hablado con ella, ¿Como lo tomó?
—¿Vienes a sacarme información?
—Pero que desconfiado, necesito saberlo para ayudarte tonto.
—¿Y por qué quieres ayudarme?
—Porque eres un maldito marginado que fue encontrado bajo un puente, ¿Eres imbécil?, Eres mi hermano, y Madison mi amiga. Tampoco me cae bien su amiguito.
—Vale, entonces dime qué quieres saber, espero que compense lo que vas a decirme.
—Solo dime cómo lo tomó ella.
—No quiere verme y niega que me quiere, con eso debe bastar.
—Es normal después que la hiciste sufrir tanto.
—¿Vienes para ayudarme o a restregarme en la cara lo que ya sé?
—Bien, bien, solo decía. Pues, ya sabes que tienes un gran obstáculo para ser más cercano a ella, y es su amigo Max, me imagino que le ha sembrado en la cabeza que tú no la quieres y que él es el único confidente que tiene.
—Solo se aprovecha de su estado sentimental.
—Eso lo sé, pero Max es muy influyente en ella, ha estado con Madison desde que te fuiste y hasta ahora son inseparables, por lo que me contaron los chicos, Max está enamorado de ella.
—Lo sé, ella me lo contó ¿Y?
—Y...es un obstáculo, pero como soy cercana a Madison, sé que a ella no le gusta, pero eso puede cambiar.
—¿Que quieres decir?
—Es muy simple, Madison siempre está con él, es consentida por él, sabe que él la quiere, sale todo el tiempo con él, come con él, duerme con él, él con ella, la cuida, hace todo con...
—Espera. ¿Duerme con ella?
—Por eso te digo que no lo sabes todo, ellos son muy íntimos "amigos", cuando voy a casa de Madison ella siempre está Max, y un día estaban durmiendo juntos, bueno, en dos ocasiones lo presencié, y de una manera que...como te digo, muy unidos, ya sabes, un hombre y una mujer en una cama, abrazados.
—¿En casa de quién? —demonios, Dereck apretó la mandíbula, sus ojos se tornaron sombríos y ya estaba dudando si debería continuar diciéndole.
—Pues, en casa de ella, pero Madison también se ha quedado a dormir en casa de Max, creo las dos familias son muy cercanas, lo único que no sé, es si se han besado o han tenido relaciones, aunque lo dudo.
—Continúa—me pidió, y tragué grueso.
—Bueno...ya sabes que tienes competencia, y ese chico no se alejará de ella, es muy...territorial, cree que ella es su propiedad, pero Madison no lo ve así porque piensa que Max solo ha sido su ángel ya que el demonio con el que se había ilusionado, la dejó.
—No eres de ayuda.
—En fin, ya sabes eso, ahora con tu regreso, ella pensará en ti, estoy segura que aún te quiere, o sino hace rato ya fuera la novia de Max.
—¿Entonces?
—Aquí entro yo, sabes que somos cercanas, nos hemos hecho muy buenas amigas y puedo hacer que se encuentre contigo con mucha frecuencia, además, supe que sus padres han comprado un apartamento para que ella viva independiente.
—¿Que viva independiente?
—Si, eso me dijo su madre la última vez que fui de visita, pero eso no es porque sus padres quieran que ella se independice, esa fue la petición de Madison, y sus padres no se opusieron con su desición, de todos modos está en la universidad todavía y quiere su espacio. Sin embargo, ella aún no sabe que ya sus padres compraron el apartamento.
—Eso será una ventaja para mí.
—Claro, como eres experto en entrar a hurtadillas hasta su habitación.
—¿Y como harás que se vea conmigo?
—Desde mañana empieza la semana de proyectos en la universidad, y Madison asiste conmigo en algunas clases, haré todo lo posible para hacer grupo con ella, y así podría venir hasta la mansión, además, los chicos y yo tenemos muchos planes de salidas, aparte de eso, también programado una fiesta en casa de un amigo.
—¿Ella irá? No me cuadra.
—Deja los celos, debo convencerla, casi nunca nos acompaña a las fiestas.
—Es mejor así.
—Eso es parte del plan tonto, otros chicos la han mirado en tu ausencia, no vengas con los celos a estas alturas.
—Aún no me convence que vaya a esos lugares.
—¿Prefieres que se quede en casa abrazada en la cama con Max? Eres lento ¿Sabías?
—No respondo si hay tragedia en el lugar a donde vaya, que no soporto que se le acerquen.
—Vas a tener que empezar a controlar tus celos lunáticos si quieres recuperarla de nuevo, es así o no es nada, es lo que hay, tú decides.
—Bien, no garantizo nada.
—Genial.
—¿Y que es lo que quieres?
—Que me cubras la espalda.
—¿Que quieres hacer? O más bien adónde piensas escaparte.
—Pues...saldré esta noche, tienes que hacer que papá y mamá no se enteren o estaré en problemas, me ayudas y haré que Madison vuelva a ti. O por lo menos haré tus encuentros más fáciles.
—¿Adonde vas a ir?
—Es una cita, no me pidas detalles.
—¿Con quién?
—Dije que no daré de detalles.
—Más vale y no metas la pata con uno de esos imbéciles anteriores.
—¿Entonces me ayudas?
—Pan comido.
—¡Gracias!
—Ahora largo.
—Oye, ¡Esos no son modales!
—Eres ruidosa.
—Espera un momento... —me levanté del sillón y me acerqué a él para verlo con claridad.
—¿Que haces?
—¿Te hiciste un tatuaje con su nombre? Vaya que estás babeando hermanito.
—No me hagas dañar tu salida.
—Okey, okey, me voy, que genio.
—Que no me entere con quién sales, sino me agrada, olvídate que será tu novio.
—¡No puedes hacer eso!
—Claro que puedo.
—Creo que haré que Madison te odie.
—Bien, sal, pero si me entero que te has acostado con él, es hombre muerto, y hablo enserio.
—Que fastidio.
Salí de la habitación maldiciendo por lo bajo, no es justo, pero por lo menos puedo salir hoy sin que mi madre o mi padre lo sepan, y sobre todo Mason, es menos tolerante cuando se entera que Lauren o yo salimos con alguien.
Una cosa que me llamó la atención, fue que...¡Dereck tiene tatuado el nombre de Madison en la parte baja de su abdomen! ¿Que pensará ella cuando lo vea?.
Otra cosa, ¿Como voy a planear el segundo encuentro? Si no cumplo, Dereck va a matarme, ¿Y si los reúno en un hotel? No, no es una opción, puede haber acto de violación. Creo que ya metí la pata...de nuevo, todo para verme con Alan, pero también me deshago de las personas que caen como patada en el trasero, y ese es un tal doctorcito que trata de ser perfecto cuando es peor que mi hermano Dereck, siento el insulto.