Aurora Dubois deberá enfrentar el dolor de su diagnóstico, la traición de su esposo y el devastador secreto que sacude los cimientos de su familia. En su búsqueda de respuestas y sanación, Aurora descubrirá la fuerza para perdonar y reconstruir su vida, mientras Aura se debe enfrentar a las consecuencias de sus propias decisiones.
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Capitulo 14: primer encuentro
Siguiendo el plan acordado, Maximus y Facundo se dirigieron al hospital a la hora del almuerzo. Antes, hicieron una parada rápida en un restaurante para recoger comida para llevar: salmón a la parrilla con ensalada de quinoa, el plato que el médico de Maximus le recomendo para Aurora de acuerdo a su diagnóstico. El aroma del salmón recién hecho y el jugo natural bajo en azúcar llenaron el auto mientras siguieron su camino hacia al hospital. Al llegar, se encontraron con Amina en la puerta, con una expresión de urgencia. Había salido a buscar algo para comer, un hábito que contrasta con su apariencia frágil. Amina no come para vivir, vive para comer.
__Señorita Amina, permítame decirle que hoy irradia una belleza excepcional__. Maximus desvió la mirada, intentando disimular su reacción al comentario de su amigo. "El amor es ciego", pensó, reconociendo la ironía. Su atracción por la amiga de su cliente nubla su juicio, impidiéndole ver lo evidente: ella no está en su mejor momento. Aunque admite su atractivo, la nota apagada, seguramente agotada tras una noche en el hospital, velando por su amiga.
__Abogado, creo que necesita un par de gafas__. Dijo ella con una sonrisa cansada.
__Estoy hecha un desastre. Noche en vela, comida escasa... los nervios me tienen frita. Pero le agradezco que no mencione mis ojeras de mapache__. Facundo desvió la mirada, sintiendo la vergüenza quemarle las mejillas. La euforia de tenerla frente a él lo había cegado, impidiéndole notar su agotamiento. Su felicidad por verla de nuevo había eclipsado todo lo demás.
Maximus notó el rubor en las mejillas de su amigo y la incómoda quietud que siguió. Comprendiendo la necesidad de un cambio de tema, se acercó a Amina, listo para presentarse y desviar la atención.
__Mucho gusto, soy Maximus Silvex. Soy socio y amigo del abogado de su amiga__. Maximus extendió la mano con una sonrisa educada, pero sus ojos, fríos y calculadores, no revelaron nada. La amabilidad es solo una máscara, una fachada tras la cual se oculta su verdadero ser, un profesional implacable.
La presentación de Maximus la pilló desprevenida. Amina, que había estado demasiado ocupada apreciando el "paisaje" de Facundo, se sonrojó al darse cuenta de su descortesía. "Tierra, trágame", pensó.
__Encantada de conocerle, soy Amina García. Le agradezco mucho su preocupación y que haya venido a ver a Aurora__. La sonrisa de Amina, tan sincera y llena de afecto y preocupación al hablar de Aurora, hizo que Maximus reflexionara sobre el valor de la amistad. Comprendió que su vínculo es de esos que marcan la vida, un tesoro que debe ser cuidado y protegido, pues una vez perdido, será imposible de recuperar.
Superada la incomodidad, Facundo informó a Amina que habían traído almuerzo para todos. Aprovecharán mientras comen para hablar sobre el divorcio de Aurora y su nuevo diagnóstico. La frase resonó en la mente de Maximus: "nuevo diagnóstico". ¿Qué significa? Facundo había guardado silencio sobre la salud de Aurora y el posible daño causado por su exmarido. Maximus sintió la punzada de la curiosidad, pero optó por esperar. Si Facundo había omitido información, seguramente tiene motivos para hacerlo.
__¡Comida!__. Exclamó Amina, con una sonrisa que le iluminó el rostro__Tengo tanta hambre que me comería una vaca entera, con cuernos y todo__. La emoción de la comida los absorbió por completo. Amina y Facundo, ajenos a la presencia de Maximus, entraron a la habitación de Aurora charlando animadamente, con las bolsas de comida. Maximus los siguió de cerca, llevando las bebidas.
Maximus suspiró, observando a Amina y Facundo desaparecer por la puerta. Los siguió, pero se detuvo antes de entrar. Inspiró profundamente, intentando sosegar la inquietud que lo embarga. Va a encontrarse, por fin, con la mujer que lo ha cautivado sin conocerla. Sus manos, ligeramente temblorosas, empujaron la puerta. El sonido de la risa de Amina resonó en el interior, un contraste irónico con la torpeza de Facundo, que parece librar una batalla épica contra unas simples bolsas de comida.
Su mirada se posó en la dueña de sus pensamientos, absorta en la lectura de una novela romántica de fantasía y época antigua. Siempre soño con vivir un romance tan intenso como los de sus libros, ignorando que su propia historia amorosa, de ser contada, aterrorizaría a cualquier futuro contrayente. Al ver a Aurora por primera vez, Maximus sintió un vuelco en el pecho. Su cabello, largo y ligeramente despeinado, su rostro adornado con suaves mechones, su mirada absorta en un libro, y su figura delicada lo cautivaron al instante.
Maximus la vio tal como es: sin maquillaje, con las huellas de sus cuarenta y tantos años, un divorcio y una traición que la ha marcado. Y aun así, para él, es la personificación de la belleza, lo más hermosa que sus ojos hubieran visto. Aurora le transmite ternura, pureza y una calma que contrasta con su vida caótica. Esa esencia, inalterada por las dificultades, lo atrae con una fuerza irresistible. Es difícil resistirse al impulso de acercarse, de buscar refugio en su paz.
Maximus anheló protegerla, resguardar su pureza de un mundo contaminado por la traición y la maldad. Deseó envolverla en sus brazos, alejarla de aquellos que, por alcanzar sus metas, no dudan en dañar incluso a su propia sangre. Aurora levantó la mirada, sintiéndose observada, y al encontrarse con los ojos de Maximus, su corazón se aceleró. Agradeció mentalmente no estar conectada al monitor cardíaco, que hubiese revelado su repentina taquicardia.
La mirada de aquel hombre, la hace sentir como un tesoro, la intriga. A pesar de su expresión seria, su atractivo es innegable. Las canas en su cabello, la madurez sensual de su rostro, y la elegancia misteriosa de su barba y bigote, lo hacen irresistiblemente interesante. El traje, impecablemente ajustado, revela lo suficiente para dejarla sin aliento. "Un espécimen masculino de primera", pensó, recordando las palabras de su amiga. "Digno de estudio", añadió mentalmente.
La vergüenza la invadió al darse cuenta de que había estado detallando al recién llegado. Con un movimiento brusco, escondió su rostro tras el libro. Ya no es una jovencita para comportarse así, y menos con su matrimonio hecho trizas.
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Aquí les dejo el primer capítulo de hoy 😸😸😸.
Más tarde subiré otro 👍🏼👍🏼👍🏼.
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