MI SEGUNDA OPORTUNIDAD PARA ESTAR CON ELLA.

Ya estoy decidida y no voy a dar marcha atras, intentaré ser feliz junto a Alex y dejaré que Bárbara lo intente con Emiliano. Después de todo solo fue un terrible error que nunca más se repetirá o eso creía hasta que lo vi llegar al lugar donde estábamos comiendo con los chicos.

- Hola bellas damas y emm ¿Caballero?

- Hola Emiliano, pensé que ya no volverías a hablar conmigo después de lo que sucedió.

- Bárbara fue un accidente que los jóvenes suelen cometer, ya todo está bien.

- ¿Ahora le dicen accidente a ser adictos? Barbi creo que eres tú la que se debe de alejar de esta clase de personas.

Este imbécil quien se cree.- Saray como estas.

- Bien.

- ¿Podemos hablar un momento?

- Disculpame, pero mi futura esposa no puede hablar contigo ahora.

- Si eres así cuando aún no es tu esposa no me quiero imaginar lo que le espera a la pobre cuando lo sea.

Alex se levanta y sostiene a Emiliano del cuello de su camisa. - ¿Quien te crees que eres niño de mamá?

- Sueltame si no quieres averiguarlo.

- Ya basta, Alex estamos en público por favor.

- Bien, pero esto no se va a quedar así.

- Cuando quieras maleante de poca montura. Saray puedes venir un momento.

- Voy a ir.

- No tienes por que hacerlo.

- Alex tengo que arreglar algo con él. Te prometo que pronto vuelvo.- Le guiño el ojo a Barbi y ella entiende a que me refiero. Camino detrás de Emiliano hasta llegar al sector de fumadores.

- ¿Que quieres? Dilo de una vez que estoy ocupada.

Emiliano me arincona contra la pared con sus manos a cada costado mío.

- ¿Que quiero? Como diablos me preguntas eso después de lo que hicimos la otra noche.

- Ja fue solo sexo. ¿Quieres repetir? Lo siento Yo lo tome como mi despedida de soltera y ya no pienso volver a hacerlo contigo.

- ¿De verdad ya no? Me pregunto que cara pondrá ese idiota cuando le diga que su prometida gritaba como loca cada vez que la embestia.- Colocó mi rodilla entre sus piernas y hago presión en su punto sensible. ¿A que diablos está jugando está mujer? Yo quería comportarme como un caballero para enamorarla, pero me está llevando al límite y mis viejos instintos están a punto de salir.

- ¿Te gusta? ¿Estas mojada verdad?- Preciono mis labios sobre los suyos mientras mi mano baja a su entrepierna donde verificó que estoy haciendo un buen trabajo. Antes de besarla con más intensidad ella me empuja lejos.

- Descarado.

La sujeto de la mano y hago que sienta mi erección, solo ella me pone como un salvaje desquiciado y es que me encantaría tomarla aquí mismo, que todos los presentes escuchen sus gemidos mientras yo la hago mia.

- Ya Sueltame enfermo, pervertido.

- Si no quieres que haga un escándalo aquí mismo y deje saber nuestra aventura vendrás a verme está noche a mi departamento.

- Maldito ¿Acaso no eres un hombre?

- Si lo soy y es por eso que no estoy dispuesto a perderte sin dar pelea. Eres mi mujer Saray.

- Bien iré ahora suéltame.

- Ni se te ocurra engañarme o ya sabes lo que haré.

Ja se supone que este idiota es un hombre de bien, un hombre que sigue las reglas de la sociedad. Incluso llama maleante a Alex cuando él se está comportando como todo un mafioso mandón. Pero después de esta noche te arrepentirás de amenazarme, ya lo verás Emiliano, está me las vas a pagar.

Vuelvo a la mesa y la mirada acusatoria de Alex me pone nerviosa, sé que no le debo respeto porque nosotros no tenemos una relación, pero si le debo lealtad.

- ¿Qué quería ese idiota Saray?

- ¿No te lo explico Barbi ya?

- Si le dije que me estabas ayudando a conquistar a ese bombón, pero no me quiere creer.

- Porque te busca a ti si la que se tiene que emparejar con él es tu prima.

- En la fiesta del otro día charlamos un poco y bueno nos hicimos algo cercanos. Perdió su reloj y como yo fui la última persona a la que saludó quería saber si lo había visto.

- ¿Saray no me estás mintiendo verdad?

- Alex te aseguro que estoy aprovechando está oportunidad para hablarle bien de Barbi, te prometo prima que Emiliano se casará contigo.

- Eres la mejor prima del mundo. Te amo.

Sé que Alex no está tranquilo, pero ya pensé en un plan infalible para que Bárbara se convierta en la esposa de ese idiota. Después de eso me iré lejos con Alex y nunca más nos volveremos a cruzar.

Esa noche Emiliano espera ansioso a su invitada, tiene preparada una bonita mesa con comida deliciosa, agradable música suave y el ambiente en sí es lo más romántico que él puede planear.

Maldita sea yo nunca he hecho algo tan cursi como esto.. Ojalá que le guste o me cortaré las bolas. Ya me siento como un niñaco con tantas velas y flores, pero estoy dispuesto a todo por ella.

La puerta suena y corro a abrirla. - Bienvenida.

- Gracias. No tengo mucho tiempo.- Quedó sorprendida al ver la hermosa mesa y todo el ambiente.

La abrazo por la espalda y le susurro al oído algo nervioso- ¿Te gusta?- Ella no responde y mis nervios comienzan a salirse de control. La volteo para perderme en sus hermosos ojos. - ¿Te gusta Saray?

- ¿Por qué haces esto? Solo fue un acostón, para mí no significó nada, ya supéralo ni que fuera tu primera vez.

Sus palabras me duelen más que cualquier golpiza porque me está dando directo al corazón. Incluso esto no se compara en nada al balazo que recibí por proteger a Daniel.

- ¿Y si te digo que si fue mi primera vez? ¿Te aras responsables de tus actos?

- Ja si quieres mentir intenta que suene creíble. ¿Tú Virgen? Que mal chiste.

- ¿Con eso me quieres decir que fue increíble, que sentiste tocar el cielo entre mis brazos?

La noto ponerse roja y mi cuerpo ya está caliente. No puedo resistirme más y la beso. Ella no me quita los ojos de encima y eso me prende aún más. Meto mis manos por detrás de su nuca para profundizar el beso, sus piernas tiemblan y yo dejo de controlarme. Al diablo con el Emiliano caballero. Prefiero convertirme en el loco desquiciado que la amaba con demencia.