Zach y Dylan llevan una relación bonita y perfecta. En años de Relación, nunca se les ha visto discutiendo y mucho menos separados.
Pero cuando Zach queda embarazado, muchas cosas comienzan a pasar y cambiar todo.
El amor que se tienen, podrá ser fuerte, tanto que lograrán superar todos los obstáculos que la vida les tiene preparados.
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13
— No me malinterpretes, cielo. — acunó mi rostro con sus manos, besando la comisura de mis labios— Estoy feliz con ello. Si te pregunté fue por simple curiosidad.
— ¿Entonces?
— ¿De verdad?
— Te lo juro. No te atrevas ni siquiera a dudarlo ¿vale?
— Pero... — no, no estaba conforme.
— Zach, te amo. — aseguró— Amo a éste bebé. — coló sus grandes manos hasta mi vientre desnudo— Mi pregunta en parte se debió a ese sentimiento culpable que cargado todo este tiempo.
— ¿Culpable? — ladeé el rostro, confundido— Sigo sin entender, Dylan.
— Siento que en aquél entonces te presioné respecto al tema del embarazo. — sonrió triste— Jamás consideré tu opinión, no sé si deseabas un hijo mío o simplemente accediste para darme gusto.
— Yo... — no supe qué responder, hasta ahora nunca me detuve a analizar mis razones.
— Te lastimé, Zach. — suspiró— Te exigí demasiado y no sabes cuánto lo lamento.
Sin saber porqué, un nudo se formó en mi garganta. Tal vez y sólo tal vez, jamás me dí cuenta del daño que me hizo aquella temporada en la que busqué embarazarme. Sí, me gustaba la idea de un niño en casa, aunque de igual forma no me sentía del todo listo. Quizá de verdad, sólo quería complacer a Dylan.
— No lo sé. — murmuré sincero— En aquél entonces estaba tan obsesionado con el tema que no lo medité como debía.
— Perdón. — acarició mi mejilla, en su mirada había mortificación.
No, no, no.
Odiaba ver aquella expresión en sus hermosos ojos. Decidido, tomé su rostro entre mis manos y planté un sonoro, pero profundo beso, intentando transmitir aquél sentimiento que en palabras me resultaba imposible. Dylan correspondió de inmediato.
— No puedo responder a tú pregunta. — susurré una vez que nos separamos a tomar aire. Apoyé mi frente en la suya— Hasta hoy jamás me cuestioné aquello. Pero, lo que sí puedo asegurar el día de hoy es que, de verdad deseo esto — le miré con más intensidad— Te quiero a ti, quiero a mi bebé, quiero formar una familia a tu lado y dios ¡estoy tan jodidamente feliz de tener a esta criaturita creciendo en mi interior! Simplemente no tengo palabras para describir tan gigantesca alegría.
— Coincido con tu sentir. — besó mi frente.
— Entonces olvidemos esa etapa tan deprimente y gocemos nuestro presente. ¿Te parece?
— Me parece. — sonrió.
Enrollé mis brazos a su alrededor y me abracé a él tan fuerte como la posición en que estábamos me lo permitió, hundiendo mi rostro en su cuello . Dylan me estrechó con fuerza.
— Zach.
— ¿Sí? — suspiré en su oído.
— Te adoro, no sabes cuánto.
— Como yo a tí.
— Por eso quiero preguntarte una ultima cosa.
— Te escucho.
— ¿Cuándo inicias los preparativos de nuestra boda?
[Dylan]
La casa está demasiado silenciosa, no hay rastro de Zach por ningún lado. Eché un vistazo rápido a la cocina, sala y comedor, sin embargo, el resultado fue el mismo. Miré mi reloj de muñeca percatándome de la hora: cuatro de la tarde. Se supone que ya debería estar en casa, el día de hoy sólo tenía cinco clases, por lo que debió llegar desde las dos.
Suspiré, lo más probable es que fue directo al supermercado a comprar lo correspondiente para la despensa de esta semana. Habíamos acordado comer juntos, para posteriormente pasar tiempo de calidad a solas: viendo una película o simplemente disfrutando la compañía del otro. Últimamente no habíamos tenido oportunidad de vernos, ambos estábamos demasiado ocupados con nuestros respectivos horarios.
Zach finalmente había empezado sus prácticas profesionales, asistiendo a diversas conferencias entre universidades hermanas a la suya. Su tiempo se había reducido considerablemente, la pasaba en el ordenador tecleando un sin fin de reportes y artículos necesarios para su tesis. No importó lo mucho que intenté persuadirlo de tomar la baja médica por embarazo, simplemente hizo caso omiso.
No deseaba bajo ningún motivo intervenir en su espacio personal ni cuestionar sus decisiones, mucho menos retrasar el proceso de su titulación. No. Mi único deseo era verlo saludable, relajado; no estresado ni desvelado como en estas últimas cuatro semanas en las que apenas descansaba. Sí, su carrera era importante, pero su salud lo era aún más. Especialmente ahora, mientras se encontraba en estado, todo mal hábito o descuido afectaba directamente al bebé.
Oficialmente había entrado a su tercer mes, lo que además de tenerlo sumamente agotado le mantenía hiper sensible. Su estado de ánimo era una montaña rusa en ascenso y descenso. Aunado a ello, los síntomas eran más frecuentes e intensos. Siempre, al final del día terminaba hecho un caos sentimental. Aunque bien valía la pena porque nuestro precioso bebé al fin se hacía notar, a la corta edad de 13 semanas consiguió aumentar por lo menos tres tallas el vientre de Zach haciéndolo ver más abultado que antes.
Nada exagerado, pero sí más notable que antes. Situación que nos emocionó en sobremanera. Todo, absolutamente todo, hasta el más mínimo detalle era registrado en el álbum que compré para Zach y mi hijo. Siempre hacíamos un hueco en nuestras actividades para escribir aquello que deseábamos expresar. Hasta ahora, además del incremento en talla y peso, lo más emocionante que experimentamos fue escuchar los latidos de nuestra criaturita por primera vez a través de una ecografía. Sin duda, un momento emotivo y hermoso.
Volviendo al tema del tiempo, me hallaba en una situación igual o incluso peor. En el trabajo me habían encomendado escribir y componer la banda sonora para una prestigiosa marca de videojuegos. De no ser porque la paga era excelente, jamás habría aceptado la misión. No es que necesitaremos el dinero, por fortuna mi sueldo alcanzaba para mantener un nivel de vida cómodo con uno que otro lujo. La verdadera razón por la que acepté fue por una idea que venía rondando mi mente desde hace varias semanas : adquirir una nueva casa.
Cuando compré este apartamento jamás consideré la idea de una familia. Si, deseaba un hijo, pero en aquél entonces jamás toqué el tema con Zach, por lo que elegí el inmueble a la medida de una pareja sin familia. Actualmente las cosas eran distintas por el ser que venía en camino y porque en alguna fecha cercana, Zach y yo planeabamos casarnos.
Aunque estábamos comprometidos desde antes de vivir juntos, los planes de boda eran indefinidos y lejanos.
Ahora, con la noticia del bebé debíamos fijar una fecha. Aún no sabíamos si programar la ceremonia para finales de verano era lo indicado, o bien, debíamos esperar a que nuestro pequeño tesoro naciera. Zach estaba indeciso, anhelaba iniciar con los preparativos cuanto antes, pero tenía cierta oposición a casarse con un vientre abultado.
Por otro lado, también deseaba tener al bebé estando casados, de tal forma que pudiésemos registrarlo con todas las de la ley como nuestro primogénito.
No hemos hablado del tema últimamente, aunque conservo la esperanza de hacerlo pronto. Entre más tiempo dejemos pasar, el embarazo de Zach irá haciéndose más notable, aunque entendía la situación por tan rigurosos horarios por parte de ambos.
Muchas gracias autor@, tu historia está genial 🫂