Juegos de Amor

La tan esperada y sufrida visa de Lívia finalmente es aprobada, y ella viajará a los Estados Unidos donde se casará con Ethan. Empacó todas sus pertenencias en una sola maleta, se dirigió al Aeropuerto Internacional de Río junto con su madre, su hermano y su mejor amiga, entre mucho llanto. Messias, el jefe, y ahora novio de su madre, insistió en llevarlos.

— Cuida bien de mi madre, Messias, hazla feliz, por favor!

—Tienes mi palabra, Livinha! Haré a tu madre la mujer más feliz del mundo y espero que tú también seas muy feliz, cuídate y cuida también de mi nietecito del corazón - él posa la mano en su vientre.

— Ay, hija mía, si las cosas no salen bien, vuelve a casa. Tu madre te esperará, no sufras por nadie más, si algo no te agrada, haz las maletas y vuelve aquí. ¡Nosotros criaremos a este niño juntos, y no faltará la comida y mucho menos el amor!

—No te preocupes, mamá! En el fondo de mi corazón siento que todo saldrá bien, ¡pero sé que tengo adónde ir!

Beto abraza fuerte a su hermana y se emociona.

— Pronto iremos a verte, ¡tienen que saber que tienes una familia que se preocupa por ti y te ama!

—Esperen a que me mude a mi casa, tendré que vivir con los padres de Ethan unos meses.

Duda y ella se abrazan fuerte y lloran hasta sollozar, es la primera vez que las amigas se separan desde niñas.

— ¡Te prometo que iré a verte pronto, eh? No te dejaré sola, cuídate, ¡siempre estaré aquí para ti!

— ¡Lo sé, amiga, mi alma gemela! ¡Te quiero mucho! ¡Hablemos todos los días!

Lívia embarca, antes de desaparecer por el pasillo, se despide de las personas que tanto ama y sin tener idea de cuándo las volverá a ver.

Horas más tarde, llega a Los Ángeles, California. Ethan está de viaje con el equipo a Miami, al otro lado del país, y le pidió a su padre que la recogiera en el aeropuerto. Lívia desembarca confundida, nunca había viajado en avión en su vida y fue precisamente un viaje internacional, mira entre la multitud y encuentra a un hombre de mediana edad, alto y parecido a Ethan, sosteniendo un cartel con su nombre, siente alivio y se acerca a él.

—Hola, ¡soy Lívia!

—Oh, querida! Soy Mark, el padre de Ethan, ¡tu futuro suegro y abuelo de ese bebé que llevas dentro! - señala su vientre.

Mark le da un abrazo cariñoso, coge su única maleta y ambos salen del aeropuerto hacia el aparcamiento. Lívia se sentía incómoda, y a veces no entendía muy bien lo que decía, así que decidió conectarse a la aplicación de traducción.

—Ahora aprenderás rápido, no te doy ni dos meses para que hables con fluidez.

—Eso espero! ¡Todo es tan difícil!

—Todo comienzo es así.

—¿Y Ethan?

—Está en Miami, llega mañana a primera hora de la noche. Ya me ha llamado varias veces desesperado por saber si habías llegado. ¡Llámale!

Lívia llama a su prometido desde el teléfono de su suegro, ya que aún no ha activado el roaming internacional.

📲Hola, papá. ¿Ha llegado ya Lívia?

📲No soy tu padre, ¡pero he llegado!

📲¡Ay, mi amor! ¿Estás bien? ¿Y nuestro bebé?

📲Todo está bien, ¡sólo estoy deseando verte!

📲Estoy contando los segundos, ¡dos meses y medio sin besar tu boca! ¡Qué agonía! ¡Pero mañana acabaremos con esto! Luego hablamos. ¡Besos!

📲¡Besos, amor!

Llegan a la confortable casa de la familia Montgomery.

— ¡Entra! Sólo mi mujer está en casa, luego vendrán nuestros hijos a cenar y a conocerte.

En cuanto Mark abre la puerta, Storm sale corriendo y salta encima de Lívia.

—¡Dios mío!

—¡Calma! Es dócil, ¡pero es bruta! Eh, chica, siéntate - la perra obedece - Ella es Lívia, ten cuidado, ¡está esperando un bebé!

Entran en la casa y Lívia está atenta a todo, sabía que tenían un buen nivel de vida, pero para ella son ricos.

—Linda, casa.

—Gracias! Siéntete como en casa, esta también será tu casa ahora.

Joane baja las escaleras y los encuentra a los dos en medio de la sala.

—Ah, querida, esta es Lívia. Esta es mi esposa, Joane, la madre de Ethan.

—Mucho gusto, señora Joane! - Ella extiende su mano.

—Igualmente. - Joane no corresponde al gesto y Lívia retira la mano avergonzada, el suegro la había recibido tan bien, pero la suegra no parecía dispuesta a ser receptiva.

—Ah... ven, Lívia, ¡te llevaré a la habitación de Ethan!

—He preparado la habitación de invitados para ella.

—Son pareja, no tiene sentido que duerman en habitaciones separadas. Ven, hija mía, yo llevo tu maleta.

—¿Sólo ha traído esto?

—La casa en la que vivía se incendió y lo perdí todo.

—Oh... ¡lo sentimos mucho! - dice Mark.

Entra en la habitación de él, con camisetas enmarcadas, medallas, trofeos y una colección de pares de zapatillas.

—Ponte cómoda. ¿Quieres comer algo?

—No, sólo me gustaría darme una ducha y dormir.

—Entonces descansa, te llamaremos para cenar.

Los dos cierran la puerta.

—No me ha gustado cómo has tratado a esa chica.

—¡No la he tratado mal! ¡Pero no necesito ponerme a sonreírle! ¿Tengo que hacerlo?

Mark pone los ojos en blanco.

—Estate atenta por si necesita algo. No olvides que está esperando a un nieto tuyo.

—Todavía tengo mis dudas sobre eso.

Mark se va enfadado y Joane se va a su habitación y llama a Brenda.

📲Hola, Joane!

📲Hola, querida! ¿Cómo estás?

📲Bien, estaba estudiando para defender un caso importante con mi padre.

📲Oh, ¡cómo me enorgullezco de ti! Tan inteligente y culta.

📲Pareces triste...

📲La niñata que se va a casar con Ethan, acaba de llegar.

📲Y... ¿cómo es?

📲¡Simple! Apenas habla nuestro idioma, ¿te puedes creer que sólo ha traído una maleta?

Ambas se ríen.

📲¿Qué le pasa a Ethan?

📲No lo sé... ¿quieres venir mañana a cenar aquí?

📲No creo que sea prudente.

📲¡A lo mejor viendo a mi hijo con vosotras dos juntas, se da cuenta de la estupidez que está cometiendo!

📲Lo pensaré...

📲¡Piénsalo bien!

Lívia pasea por la habitación de Ethan, mira el armario, las fotos, los diplomas... Mark le dio una tarjeta SIM para que pudiera ponerse en contacto con su familia, habla con su madre y luego con su amiga.

📲¿Y cómo es allí?

📲¡Una casa preciosa, Duda! ¡Su habitación es temática y tiene cama de matrimonio!

📲¿Y su familia?

📲Por ahora sólo he conocido a sus padres, su padre es un encanto, pero su madre...

📲Uf... ¡qué mala suerte! ¿Vas a tener suegra cobra?

📲¡No puedo decir que sea una víbora, tal vez tenga miedo por su hijo, todo está siendo tan precipitado!

📲¡Es verdad, puede ser eso!

Lívia se da una ducha y se tumba en la suave y confortable cama y acaba quedándose dormida, agotada del viaje.

Por la noche, los hijos de Mark llegan del trabajo, ansiosos por conocer a Lívia.

—¿Qué has preparado para cenar? - pregunta Megan.

—¡Nada! ¡Vamos a pedir pizza!

—¿Cómo que nada, Joane? Lívia está embarazada, ¡no puede comer porquerías!

—¿No ha comido nada en todo el día, mamá?

—No que yo haya visto.

—Dios mío, debe de estar incómoda, ¡no va a pedir nada!

Megan sube las escaleras preocupada, llama a la puerta y Lívia abre.

—Hola, Lívia. Soy Megan.

Abraza a su cuñada.

—Hola, Megan! ¡Es un placer conocerte personalmente!

—¡Eres preciosa!

—Gracias! - responde tímidamente.

—¿Te encuentras bien?

—Me siento un poco mareada, debe ser del embarazo.

—¿Tienes hambre?

—¡Ahora sí!

—Quédate aquí, yo misma voy a prepararte algo de comer y te lo traigo a la habitación.

Megan baja las escaleras enfadada.

—¿Cómo está? - pregunta James.

—Se siente débil, está mareada. Puede ser del embarazo o del hambre.

—Está el cambio horario, el viaje...

Va a la cocina con la ayuda de su marido, meten la lasaña en el horno y preparan unas verduras.

La familia estaba visiblemente molesta con Joane, que fingía no haber hecho nada a propósito.

Peter sube a su habitación, pasa por la de Ethan y se encuentra con Lívia saliendo. Queda prendado de ella, su corazón se acelera y se queda paralizado.

—Hola, debes ser Peter.

—Ah... hola... sí, soy yo.

—Mucho gusto! - Lívia le besa en la mejilla, como es costumbre en Brasil.

—El gusto es mío... Lívia.

Ella hace ademán de bajar y siente un vértigo en las escaleras, Peter corre y la sujeta.

—¿Estás bien?

—Sí... sólo ha sido un mareo.

Él la ayuda a bajar.

—¿Qué ha pasado? - dice Mark preocupado, y la familia la rodea.

Joane la mira sintiéndose un poco culpable, después de todo, sólo era una joven embarazada que necesitaba que la cuidaran.

—Dejadla respirar, siéntate Lívia! Voy a prepararte un batido de frutas con leche para que aguantes hasta que la cena esté lista.

—Gracias, señora Montgomery!

—Llámame Joane. Ahora vuelvo.

Por mucho que no le gustara la situación, Joane se dio cuenta de que esa actitud sólo haría que todos se pusieran en su contra, así que decidió actuar de otra manera para que su hijo se diera cuenta de la "estupidez" que estaba cometiendo.

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