Oliver, un chico que oculta ser sigma, es descubierto por Allen, un alfa, quien lo comienza a molestar y amenazar con revelar su secreto. Oliver decide vengarse de una manera que Allen no lo pueda olvidar, pero poco sabría Oliver que Allen terminaría disfrutando aquello, teniendo sentimientos encontrados.
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Marcas
POV Allen
Me adentré a la fuerza en la habitación de Oliver mientras enfrentaba su mirada incrédula y resentida, lleno de desconfianza. Podía sentir el peso de su mirada sobre mí, como un recordatorio de todo lo que estaba mal.
-¿Qué quieres?- Preguntó, su voz apenas un susurro en la tensa quietud de la habitación.
Tragué saliva con dificultad, sintiendo el peso de mis palabras mientras luchaba por encontrar la manera adecuada de expresar lo que sentía. Sabía que no había excusa para mis acciones, pero necesitaba al menos intentar disculparme.
-Quiero disculparme.- Dije finalmente, mi voz apenas un susurro en respuesta al suyo. -Y preguntarte si tus cortes están bien.-
La mirada de incredulidad en el rostro de Oliver se profundizó mientras procesaba mis palabras, su expresión sura y desconfiada mientras esperaba su respuesta. Sabía que no había garantía de que me perdonara, pero necesitaba intentarlo.
Los ojos de Oliver brillaban con una mezcla de desconfianza y resentimiento.
-¿Por qué te estás disculpando ahora?- Preguntó, su voz llena de incredulidad y amargura.
Sentí un nudo en mi estómago mientras enfrentaba su mirada acusadora, sabiendo que no había excusa para mis acciones. Oliver tenía razón, no tenía derecho a pedir perdón después de todo el daño que le había hecho.
-Tienes razón.- Admití, mi voz apenas un susurro en la tensa quietud de la habitación. -Si no fuera por los cortes que te vi, probablemente no sentiría ninguna culpa en este momento. Probablemente estaría rompiéndote la cabeza contra la pared en lugar de estar aquí disculpándome.-
Las palabras salieron de mi boca antes de que pudiera detenerlas, una confesión amarga de la verdad que había estado evitando enfrentar.
-Entonces hazlo.- Exigió Oliver, su voz llena de un desafío amargo. -Lo merezco, ¿no?¿No es eso lo que quieres?¡Hazlo de una vez y déjame en paz!-
Una risa irónica escapó de mis labios mientras me acercaba a él, la sensación de peligro palpable en el aire entre nosotros. Estaba a punto de decirle algo cuando mis ojos se posaron en la pantalla de su computadora.
Mi corazón se detuvo en mi pecho mientras observaba la imagen congelada en la pantalla mientras procesaba lo que veía.
Una risa amarga escapó de mis labios mientras volvía a reproducir el video, observando la escena que había sido capturada aquella noche fatídica. Mis ojos se encontraron con los de Oliver, buscando una respuesta en su mirada.
-¿Pensabas publicarlo?- Pregunté, mi voz llena de incredulidad mientras enfrentaba a Oliver. -¿O solo lo grabaste para tu entretenimiento personal?-
Oliver me miró con determinación, sus palabras llenas de un desafío apenas contenido mientras me enfrentaba. La idea de que pudiera haber compartido nuestro encuentro con el mundo me llenaba de una mezcla de ansiedad y temor, preguntándome qué consecuencias podría tener para mí si eso llegara a suceder.
-Tal vez ya lo publiqué.- Respondió Oliver con calma, una sonrisa irónica jugando en sus labios mientras me enfrentaba.
Una risa despectiva escapó de mis labios mientras lo escuchaba, mi incredulidad mezclada con una sensación de alivio fugaz. Sabía que Oliver no sería capaz de hacer algo así.
-¡No me hagas reír!- Exclamé, mi voz llena de incredulidad mientras me enfrentaba a Oliver.-Tú no serías capaz de hacer algo así, eres demasiado cobarde para eso, ¿verdad?-
Pero mis palabras quedaron atrapadas en mi garganta cuando noté la erección de Oliver. La ironía de la situación no se perdió en mí mientras enfrentaba a Oliver, preguntándome qué demonios nos había pasado esa noche.
-¿Quién es el degenerado ahora?- Murmuré, mi voz apenas un susurro en el aire tenso entre nosotros mientras lo empujaba contra la cama. -Tal vez el verdadero degenerado eres tú, Oliver.-
Oliver soltó una risa irónica.
-El verdadero degenerado eres tú, Allen.- Murmuró Oliver con una sonrisa burlona en sus labios. -Después de todo, es noche estabas como una piedra. No parecías tener tantas objeciones en ese momento.-
Reí de manera igualmente burlona.
-¿Por qué no probamos quién es el verdadero degenerado esta vez?- Sugerí con una sonrisa maliciosa en el rostro. -Podríamos repetir lo de esa noche, pero esta vez seré yo quien te ate a ti.-
Oliver me miró con incredulidad, podía ver que estaba sorprendido por la audacia de mi propuesta, y por un momento, se quedó sin palabras, luchando por procesar lo que acababa de escuchar.
Sin esperar la respuesta de Oliver, me abalancé sobre él y comencé a besarlo intensamente, buscando ahogar cualquier objeción que pudiera surgir, sin embargo, mi intento fue interrumpido de manera brusca cuando Oliver me mordió el labio con fuerza, causándome un gemido de dolor y que sangre empezara a brotar, haciendo que el beso se rompiera abruptamente.
Retrocedí, llevando una mano instintivamente a mi labio herido. Miré a Oliver con sorpresa y confusión, sintiendo el sabor metálico de la sangre en mi boca y el dolor punzante en mi labio herido.
Enfurecido por la reacción de Oliver, lo tomé por el cuello con firmeza, ejerciendo presión mientras lo miraba con determinación. Mis palaras salieron entre dientes apretados, cargadas de resentimiento y frustración.
-Si te vas a portar así, Oliver, no sentiré pena por ti.- Mascullé con voz ronca, mi agarre apretándose con más fuerza. -Ya te lo advertí, no sabes con quien estás jugando.-
Con dificultad para hablar bajo mi férreo agarre, Oliver logró articular sus palabras con determinación.
-No quiero tu pena, Allen Haz lo que quieras, pero no me beses.- Susurró Oliver con voz entrecortada, su mirada desafiante fija en la mía.
Aflojé ligeramente mi agarre de el cuello de Oliver, pero mi mirada seguía siendo intensa. Con una sonrisa torcida, me incliné más cerca.
-Mejor seamos sinceros, Oliver.- Dije en voz baja. -Admitámoslo, por muy cuestionable que haya sido aquella noche, a ambos nos gustó.-
Los ojos de Oliver se encontraron con los míos, llenos de una mezcla de odio y algo más complejo.
-Tal vez.- Murmuró Oliver con dificultad. -Pero eso no cambia nada.-
La tensión entre nosotros era casi insoportable, ambos atrapados en un juego de poder y deseo que no podíamos negar, aunque lo odiáramos.
Sostuve la mirada de Oliver, mis ojos brillando con un desafío oscuro. Con una sonrisa enigmática, me incliné un poco más cerca, mis palabras saliendo en un susurro cargado de insinuaciones.
-Dime, Oliver…- Pregunté suavemente. -¿Quieres ver las marcas que me dejaste?-
-No me importa lo que te haya dejado.- Respondió con frialdad, tratando de mantener la compostura.
Me reí, un sonido bajo y cargado de burla, Lentamente comencé a quitarme la camiseta, revelando mi piel marcada con las finas líneas rojas que las cuerdas habían dejado.
-Míralas.- Dije, mi voz casi seductora. -Esto es lo que me hiciste…-
Aunque feliz por la llegada de la bendi 🤭😊.
porque Oliver lo violo, con todo lo aberrante que eso es.
triste , no esperaba eso de Oliver, me desilusionó