Mi Cielo... Mi Infierno

Máximo Rizzolli:

Revisaba todo los pendientes que habían procesado para las investigaciones del nuevo ensayo que tenía, estaba a penas llegando de un viaje donde tuve que dejar a mis hijas en compañía de sus primos y sus tíos, el trabajo aquí era demasiado.

Respiré profundamente poniéndome de pie, sostuve la cajetilla sacando un cigarrillo, lo encendí mirando hacia el ventanal que aun llovía pero no demasiado como hace más de una hora.

La puerta se abrió, pasé de la presencia de Mavie que venía con una sonrisa. Ella solo me sonrió coquetamente reposando su trasero en la orilla de la mesa.

Mavie: dicen que hubo otra víctima.

Asentí con la cabeza, me acerqué al ventanal, solté el humo, podía ver la lluvia caer con la firmeza de pequeños soldados siguiendo su estatuto. Escuchar caer me daba paz y tranquilidad.

Máximo: Te he dicho que no me gusta que te tomes atribuciones conmigo.

Mavie: Máximo… sabes que doy mi vida por ti, ni una sola vez has querido hacer el amor conmigo, pero me pides estar a tu lado.

Negué con la cabeza, eso era totalmente mentira, nunca le había pedido estar a mi lado. La miré soltando el humo de mi cigarrillo.

Máximo: Eres la que ha querido estar a mi lado. Te lo hice ver que no estaba para una relación, no quiero a nadie, no necesito a nadie, no me hace falta nadie en mi vida. Tengo a mis hijas que son mi vida.

Mavie: Pero por que no me conocen.

Máximo: Ni te conocerán. Has estado junto a nosotros por todo lo que sabes, pero no pierdas tu tiempo intentando algo que no se va a dar.

Mavie: No te preocupes… MÁ-XI-MO. Esperaré el tiempo que se necesita para ablandar tu corazón.

Escuchaba las sirenas de las ambulancias, pasé mi atención viendo que iban llegando. Saber que otra jovencita ha sido victima de un asesinato sin pistas, sin lograr dar con la persona que lo ha estado haciendo me hacía tomar muy enserio todo esto.

Mavie se apartó de la mesa caminando hacia el ventanal. Giró hacia mi sonriendo, sus manos se reposaron en mi cintura. No lo iba a negar es una mujer hermosa, pero no sentía nada por esta mujer. No cuando en mi mente mis demonios vigilaban mi comportamiento. Sus manos se deslizaban suavemente por mi pecho sostuvo mi rostro acercándose, acortó la distancia, juntando nuestros labios, cerré mis ojos con fuerza, le correspondí el beso, pero me daba cuenta que no había esa conexión con la que tuve con mi esposa.

La puerta se abrió donde enseguida me aparté de ella, la miré negando con la cabeza, la sostuve de sus brazos viendo como mordió su labio inferior seductoramente.

Siena: Eso si son los buenos días.

Rodé los ojos al escuchar a la hermosa Siena, que si fuera ella claro que si aceptaría, me aparté caminando hacia mi asiento.

Mavie: Que hermosa estás.

Siena: Gracias, lo mismo digo. (suspirando) Otro caso.

Se acercó entregándome la ficha clínica de la chica que acaban de traer. Miré aun lado viendo las demás que no había tenido tiempo de ir revisándolas, la tomé abriendo de inmediato, pasé mis dedos por mis labios tratando de quitarme la sensación del beso de Mavie.

Leía con mucha atención todo lo que habían puesto los paramédicos… negué con la cabeza.

Máximo: Esta chica no entra en el patrón de los demás. Se suicidó.

Siena: al parecer si entra, está golpeada, muy lastimada y tiene la marca que las demás tienen. Entra.

Me puse de pie tomando el expediente de la chica. Miré hacia Mavie que tenía una sonrisa de triunfo ante Siena, ella se dio la media vuelta caminando conmigo. El largo pasillo que nos llevaría al área forense. Giré un poco viendo que Mavie cerraba mi consultorio, ella tenía que ocuparse de otras cosas y yo pues hacer mi trabajo.

Siena: Hay Dimitri, Mavie es buena persona.

Máximo: Máximo, no se te olvide.

Siena: Lo sé, pero hay cosas que no cambian, eres el Dimitri cerrado y evasivo que eras de antes.

Sonreí negando con la cabeza, empujé la puerta viendo la bolsa encima de la plancha, dejé la ficha clínica a un lado tanto Siena como yo hemos trabajado en casi todas las especiales que representa la medina, los dos estábamos logrando demasiado y más que necesitaba un poco más de tiempo para crecer en el área de la ciencia. Puse mis guantes estirando un poco.

Siena: ¿Cómo les fue?

Máximo: Hasta ahora bien, los planes de Santino van de acuerdo a lo establecido. La Vale y Nahir, son… uff, aparte de guapísimas, medio locas, hasta la misma Renata fue quien estaba empuje y empuje a Mavie.

Siena: Mavie es una de ustedes, conoce todo el medio y de la nueva droga que van a sacar.

Pasé mi mirada hacia Siena, vaya si que ya estaba enterada y tenía que ser por el mismo Bastian o Renata que igual trabajan juntos.

Sostuve la cremallera de la bolsa, la bajaba lentamente dejando ver un poco la punta de una hermosa naricita. La abrí liberando el cuerpo de la bolsa, Siena la empezaba a cubrir con una sabana especial para los cuerpos, me acerqué a ella mirando cada facción delicada de esta pequeña.

Máximo: solo parece estar dormida.

Siena: 17 años.

La miraba con mucha atención, una pequeña con muchos sueños truncados al igual que las demás. Sostuve su mentón mirando por ambos lados su rostro, hasta que logré ver la marca, me acerqué viendo que era el mismo de las otras chicas.

Máximo: La misma marca.

Siena: Agradezco que por fin estes aquí para saber que significa y a quien pertenece.

Máximo: ¿Qué sabemos de la chica?

Siena caminó hacia el expediente que los paramédicos habían obtenido, pasé mis dedos por su cabeza, dando ligeros masajes, necesitaba saber si tenía algún golpe pero parecía que no.

Siena: su nombre es Wellia Zanetti, 17 años, campeona de gimnasia artística. Una hermana y su madre que cuidaban de ella.

Me detuve al escuchar que solo su madre y su hermana cuidaban de ella, negué con la cabeza, bajé la sabana viendo todos las heridas y cortadas que tenía en su cuerpo, iba revisando cada herida, pasé mis manos delicadamente sobre esas heridas.

Máximo: fueron heridas hechas con navaja, esta otra con pelador de verduras. ¿De que estamos hablando?

Siena: No lo sé Dimitri, en verdad que no lo sé. Las muestras que he realizado no encuentro nada que nos acerque, solo que ha sido el mismo patrón.

Sostuve su mano, viendo que se había hecho cortadas en las manos. No necesitaba hacer tanto estudio por que sabía lo que había pasado, el consecutivo de como fueron las cosas. Dejé su mano suavemente sobre la plancha.

Máximo: abusaron de ella, luego la torturaron, fueron 2.. 3 personas, hay tres forma de dentadura en sus senos, aquí… (Siena acercándose) hay huellas diferentes, de presiones, estas otras coinciden… con las mismas 3.

Siena: Fueron 3 hombres.

Máximo: 3 personas, hasta que no sepamos si fueron hombres o mujeres no podemos dar un resultado final.

Cubrí la parte de arriba sosteniendo la orilla de la sabana de abajo, presionaba un poco sus pies, sus pantorrillas, sus piernas viendo los golpes y cortadas que le habían hecho.

Siena: Le haré el test, a ver si encontramos residuos de algo.

Máximo: Probablemente pueda ser demasiado tarde, la encontraron en una tina ahogada. Después de su sufrimiento y lo que pudo sentir, claro que tomó la decisión de suicidarse.

Siena: Tan joven.

Levanté mi mirada hacia ella, asentí con la cabeza.

Máximo: No te merecías algo así pequeña, nadie se lo merecía.

El lugar quedó en completo silencio, Siena no apartaba la mirada, sentí como empezaron a arder mis ojos.

Siena: Di… Dimitri.

Máximo: Beida, pasó por algo similar, solo que Daemon estuvo a su lado cuidando sus sueños día y noche evitando una locura por parte de ella.

Siena: Es muy complicado. No sabemos…

Máximo: Esta niña tuvo opciones, pudo levantar la frente, enfrentar el dolor, fue egoísta en pensar solo en ella, su madre, su hermana ¿no cuentan?

Siena: No sabemos lo que pudo pasar por su mente.

Máximo: UNO SE LEVANTA TODOS LAS MAÑANAS CON LO MEJOR DE SI, NO CAE EN LA DERROTA POR MUY DIFICIL QUE SEA LA SITUACIÓN QUE SE ESTÉ PASANDO.

Siena: No sabes lo que pudo sentir.

Máximo: BEIDA LO PUDO SUPERAR, PUDO VIVIR CON ESO, PUDO LOGRAR MÁS DE LO QUE OTRAS NO PUEDEN HACER.

Entreabrí mis labios negando con la cabeza, cerré los ojos reposando mis manos sobre la plancha, miré hacia la chica dándome cuenta de ¿Quién soy para juzgar lo que había hecho?

Siena: No todas las mujeres tienen la fortaleza de Beida, no todas son Beida.

La puerta se abrió. Miramos hacia la entrada viendo al forense Darío Berti y a la enfermera forense Keila. Levanté mi mirada hacia Siena que estaba negando con la cabeza. Pero Darío estaba pasmado al ver el cuerpo de la pequeña que estaba en la plancha.

Máximo: Llegas tarde Darío.

Se le notaba tan pálido, que hasta la enfermera tuvo la gentileza de sostener su brazo jalando un poco.

Máximo: Necesito el informe completo de la chica.

Tragó saliva, levanté una ceja algo desesperado por no entender ahora que le estaba pasando a este hombre, a parte que llega tarde se hace al que se le olvidó su trabajo en este lugar. La enfermera se apartó de él caminando del otro lado que iba empezar a preparar la medicación de conserva. Caminé hacia Siena. Ella me entregó unos documentos, empecé a revisarlos iba a firmar el primero.

Darío: Wellia.

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