Para Valentina una hermosa bibliotecaria del centro de Londres, los cambios que ha tenido el mundo ahora en manos de los hombres lobos no han sido un gran problema, pues esta acostumbrada a vivir en el anonimato, sin llamar demasiado la atención, esto hasta que su pareja desde hace algunos meses Philip decide hacer una rebelión en contra del Rey Alfa Julian, Philip es atrapado junto con sus seguidores por la guardia real, Valentina decide interceder por el y trata de pedirle al Rey Julian que lo perdone, lo que Valentina no sabe es que desde el momento que puso un pie en el palacio su vida cambiaría por completo a menos de este Rey Alfa que no se lo pondrá tan fácil.
NovelToon tiene autorización de Maria Marin para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
La Verdad y más sobre ellos
-¿Qué? ¿A qué te refieres? -pregunto su madre confundida, aunque Valentina ya había comentado lo que era la Luna entendió que para su madre no todo fue tan claro.
-Nos estás diciendo que tú eres la pareja de por vida del Lobo que nos controla -pregunto su padre con semblante enojado.
-Si, el Rey me vio en una ocasión y como se los dije anteriormente ellos se dan cuenta desde el primer instante, yo también sentí algo increíble por él, algo que no sabía explicar, aprovecho lo de Philip para tenerme cerca de él.
-¿Philip? ¿Qué tiene que ver Philip con esto? -pregunto Anyela confundida.
-Hay algo más que no les he dicho -dijo la pelirroja mirando hacia el piso.
-Más mentiras, ¿Quién eres y qué hiciste con mi niña? -casi grito George
A Valentina le sentaron más esas palabras pero ya que había empezado decidió continuar
-Philip odia a los lobos, siempre lo ha dicho, ustedes saben las horribles amistades que tenía y también los horribles vicios, uno de esos días decidió junto con sus malas amistades que secuestrarían al Rey para lograr que este renunciara al trono, por supuesto todo salió mal y los atraparon, Philip llamo pidiendo ayuda y cuando fui a hablar con el Rey me dijo que si quería salvar a Philip debía vivir allá -terminó ella.
-Pero que demonios, que clase de hombre obliga a que la mujer que ama a que viva con él o si no matará a alguien -dijo George molesto- quieres decir que desde que te fuiste a ser la mujer de un lobo y nos mentiste todo el tiempo.
-No -exclamó la pelirroja rápidamente- yo tampoco sabía que yo era su Mate, solo sería un castigo vivir allá por lo de Philip, si no lo había Philip moriría y no quería cargar con esa muerte, cuando Julian me dijo que yo era su Luna, también fue confuso para mí, él nunca me ha obligado a nada que yo no quiere y lo de la biblioteca es cierto, tenía una biblioteca vieja y soy la encargada de darle vida de nuevo.
-Mi Corazón creo que nos dejaste sin palabras no esperábamos algo así, es todo muy confuso -dijo Anyela.
-Papá, Mamá, entiendo si les cuesta procesarlo, Julian me ha enseñado que en estos casos se le debe dar espacio a las personas, me iré ya, espero que todo esté bien, cuando vuelva la próxima semana- dijo la chica mientras le daba un beso en la mejilla a cada uno y salía de la casa.
Al llegar al palacio, el Rey la esperaba, la saludo con un pequeño beso en la boca y pregunto por su visita a sus padres, Valentina le comento todo, el Rey la tranquilizo diciendo que estaba seguro de que en la próxima visita todo estaría como siempre.
-Mujer quiero enseñarte algo sobre mí, así cada día nos vamos conociendo más -dijo el Rey mientras la guiaba hacia un sótano del palacio, cuando el Rey encendió la luz, Valentina se maravilló, había por lo menos 15 autos, aunque el conocimiento de Valentina sobre autos era casi nulo, sabía por lo poco que había aprendido de su padre sobre este tema que todos estos autos eran lujosos, parecían de gama alta.
-Me apasionan los autos, a veces salgo a manejarlos por la ciudad de incógnito, me gusta arreglarlos, llenarlos de lujos, conducirlos, ... -contó el Alfa- cualquiera de estos autos están disponibles para ti.
-Te lo agradezco y son muy hermosos, pero no sé conducir, aunque definitivamente amaria estar a tu lado mientras los conduces -dijo Valentina sonriendo.
-Ya tenemos algo mas por hacer, te enseñaré a conducir, pero ya otro dia, es mejor con la luz del día, no quiero que me dañes los autos y lo de conducir contigo a mi lado, no sabría, me desconcentrarias con tu belleza -comento el Alfa.
Valentina sonrio sonrojandose.
-Gracias por compartir esto conmigo Julian y, ya que me estás contando algo sobre ti me doy cuenta de que no sabemos mucho el uno sobre el otro, amaría que pudiéramos conocernos mejor -dijo la pelirroja mientras posaba su mano en el brazo musculoso de Julian.
-Amo la idea mujer, sígueme -dijo el Alfa mientras la guiaba a una sala dentro del palacio, a los pocos minutos les llevaron bebidas y aperitivos, hablaron durante horas hasta que se hizo muy tarde, Valentina aprendió que Julian era un hombre justo, trabajador, sus padres vivían en una zona boscosa en Inglaterra y tenía un hermano menor que estaba viajando por el mundo; amaba los autos, los relojes y ver películas, ayudaba a todo aquel que lo pedía lo cual lo hacía un gran Alfa, su padre le había cedido el mandato de la manada, cuando tenía 25 años, ahora tenía 35, le gustaba compartir con todo tipo de animales, se sentia muy tranquilo en la naturaleza, no le gustaba la ciudad llena de ruidos y contaminación, le gustaba vestir de negro y era clásico; Julian aprendió que Valentina era muy cercana a sus padres y los amaba con locura, amaba los animales especialmente a su perro Sirius, era dulce y tímida, aunque tenía carácter fuerte, era muy sensible, amaba el romance y los vestidos, era hija única, aunque hubiera amado tener un hermano mayor.