Mi nombre es Rosalie Montana, fui comprometida con el hombre que creí sería mi gran amor, pero todo ha sido un gran error, después de la muerte de mi padre todo mi mundo se vino a bajo hasta el punto de tener que desaparecer.
ahora tres años más tardes he regresado para reclamar lo que por derecho me pertenece y hacer sufrir al asesino de mi padre.
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CAPITULO 14
ROSALIE
Terminamos de subir a nuestra suite, y aunque me negué infinitas veces, Axel termino dejándome la habitación más grande.
-De verdad Rousse, yo casi no duermo, es mejor que por lo menos uno de los dos aproveche el espacio- esa fue su última palabra.
No me sentía tan cómoda estando con él a unos pocos metros de distancia, aunque él fingía que nada había ocurrido, mi mente repetía la escena una y otra vez.
-me daré una ducha, por si no vas a usar el baño.- le informe.
La suite estaba dividida en dos pequeñas alcobas, pero solo tenía un baño disponible para ambas en la habitación más grande, es decir la mía.
-Esta bien, bajaré a hacer un par de llamadas, deberías alistarte para una pequeña cena de negocios que tendremos hoy.- sugirió antes de salir.
Me quedé en silencio, mientras escuchaba a Axel salir de la suite. Tomé mi celular y marqué a la única persona en la que sabía que podía confiar.
-dime?- fue lo que respondió la voz al otro lado.
-me beso- le solté - bueno no me beso, lo besé.
-¿Qué?- gritó Ana.
-es un cierto muy largo, pero para resumirte, el avión se iba a caer, nos lanzamos de paracaídas y entonces cuando estuvimos a salvó; nuestros cuerpos estaban muy cerca y yo me atreví y lo besé.- le dije a mi amiga mientras caminaba de un lado a otro.
-no te culpa amiga, ese hombre es un mangazo, que te digo mangazo, es un dios Griego, la perfección encarnada.
No pude evitar reírme, sabía que ella pensaba todo eso y más cuando está madrugada se levantó a prepararle café.
-si me decías que no sentías atracción por él, te juro que te iba a ahogar hasta que lo admitieras.
-es que no sé ni lo que siento.- le confesé.
-no importa eso lo descubres luego, por ahora disfruta los besos y esa hermosa vista que debes de tener en estos momentos.
-Ana, solo fue un beso y él finge que nada paso.-este era él punto por el cual la estaba llamando.
-y eso a ti porque te preocupa? Después de todo, no quieres ni sientes nada por él.
-es que creo que si me está gustando mi jefe- confesé- más no quiero aceptar que me gusta, ni quiero que me guste.
-entonces no te preocupes, porque él finja demencia amiga...
-lo siento amiga estoy full hablamos en la noche.- y diciendo eso me colgó.
Ahora me encontraba sola, con mis pensamientos, no quería sentir nada por nadie, pero Axel me hacía sentir muchas cosas, no quiero admitir lo que siento, pero me molesta que después del beso Axel me trate como si nada hubiese pasado.
No sabía que era peor realmente, si admitir lo que sentía y darme cuenta de que a Axel le valía igual, o el hecho de que yo fuera tan insignificante para un hombre, porque lo mismo me había pasado con Hugo.
No quería seguir pensando en esas cosas, así que me metí en la ducha para dejar que el agua se llevará todos mis dudas, salí envuelta en mi toalla, tomé un vestido blanco ajustado al cuerpo y me lo coloque, me hice un maquillaje suave que realzara un poco mis ojos y después de intentar un par de peinados decidí dejar mi cabello suelto.
Me miré al espejo y estaba sencillamente linda, estaba encantada con el resultado.
Cuando salí, a la habitación contigua estaba Axel hablando por teléfono, me miró y aunque trato de disimularlo, pude notar que su mirada se iluminó.
-si señor Valentín, no se preocupe, no ha pasado nada.- aunque no podía escuchar lo que decía el otro hombre, pude deducir, que habían cambiado la fecha de la cena.
-si mañana estaría genial, ahí nos vemos.- dijo y termino la llamada.
-Era Valentín Cervantes, el dueño de Corven, para disculparse por no poder asistir a la cena de esta noche.- Axel se veía realmente frustrado.
-nos tendremos que quedar un par de días más, mañana estaremos en su empresa exponiendo nuestro proyecto y luego nos toca esperar que él nos firme el contrato.
Sabía que tan importante eran estos negocios para una constructora, mi papá también se ponía de la misma forma, pero no perdía la paciencia, si tenía que quedarse una semana en alguna ciudad lo hacía de ser necesario, por eso lo admiraba y esa era una de las tantas cosas por las que éramos los primeros en el sector industrial.
-no hay problema Axel, iré a cambiarme entonces- le dije mientras comenzaba a caminar a mi habitación.
-no, Rousse, cómo vas a creer que después de hacerte vestir, voy a desperdiciar tu tiempo, déjame compensarte invitándote a cenar.
-no tendrías que hacerlo, pero como me muero de hambre aceptaré tu invitación.
Ambos salimos, a un pequeño restaurante que estaba muy cerca del hotel, hablamos de todo un poquito, más del trabajo que de otra cosa, Axel trato de sacar conversación de mi pasado, pero yo lo evadía, después de muchos intentos, decidió dejar el tema hasta ahí. Luego de un rato nos fuimos de regreso al hotel
Esa noche, pensé en papá, en las veces que habíamos viajado por negocios, en las veces que dormí en ese mismo hotel con él, y llore en silencio sin que nadie notará que estaba rompiéndome en mil pedazos.
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AXEL
sentía que Rousse ocultaba algo, cada vez que le preguntaba por algo de su pasado, ella me evadía, intenté en varias oportunidades, pero la respuesta era siempre igual, así que deje de insistir por el momento.
Regresamos al hotel y enseguida se disculpó por estar cansada y querer descansar, me levanté varias veces en la noche, pensando en su debía de entrar a su habitación y asegurarme de que estuviera bien, pero me contuve, tampoco quería que pensara que era un acosador.
Era capaz de muchas cosas por conseguir lo que quería, y yo la anhelaba a ella más que a cualquier cosa.
Me levanté súper temprano, después de unas pocas horas de sueño, baje al lobby del hotel y mandé a encargar un desayuno con un pequeño ramo de rosas, blancas para Rousse.
Luego fui a una boutique y le encargue un hermoso vestido de noche color rojo, hoy abría una gala de Corven, y no podíamos faltar, así que decidí que mí acompañante se tenía que ver más hermosa que nunca.
Mande a subir la caja con el vestido junto con el desayuno y una pequeña nota escrita en él.
-señor, buen día, no esperaba encontrármelo tan temprano - dijo Andrés mientras se quedaba mirando el desayuno de Rousse.
-eso es para la señorita Lascuráin?- pregunto con algo de enojo.
-si lo es... - sabía que mi actitud, daba a pensar que entre ella y yo había pasado algo más y aunque estuve tentado a aclararle que era solo un cortejo de mi parte, preferí que pensara que entre Rousse y yo paso mucho más que una simple cena, así Andrés se mantendría al margen de ella.
-señor, tiene usted sentimientos reales hacia la señorita?- pregunto un poco cabizbajo.
-me gusta Andrés y mucho más de lo que quisiera admitir.- le respondí tan transparente como pude.
-desde que vi a Rousse, salir la primera vez de mi edificio, no he podido dejar de pensar en ella, quiero verla y escucharla cada segundo del día.
-señor, pero es usted consiente de que su señor padre no permitirá tener una relación con una de sus empleadas?- sabía los planes de mi padre hacia mi, pero no podía evitar sentir lo que sentía.
-de mi padre luego me ocuparé Andrés, por ahora déjame vivir está pequeña felicidad.
Y sin decir más me aleje a desayunar algo para subir a la suite y ver la reacción de Rousse con su vestido nuevo.