Las cosas pueden cambiar muy rápido, en un solo segundo puedes estar en un lugar para después caer en otro, esta es la historia de como sobrevivir a un mundo lleno de ratas sucias qué buscan aprovecharse de la debilidad.
"no voy a permitir que se aprovechen de mi, no más, protegeré a mis hijos de todas esas bestias, por que yo soy la duquesa de este lugar."
Reencarne en un cuerpo que no es el mio y una vida que no me pertenece, pero eso es lo de menos hay personas que necesitan mi ayuda y yo los ayudaré sin importar que suceda lo haré hasta que pueda volver a mi vida original."
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Las preguntas del pasado. 4
Lucia entro en pánico y no sabía que más hacer, pues sacha ya llevaba medio día desmayada y su cuerpo cada vez se veía más pálido y faltaba mucho para que un doctor pudiera atenderla.
Al atardecer llego pronto, por suerte ya habían pasado la parte más peligrosa del bosque y ya estaban a nada de llegar al ducado cuando sacha por fin despertó.
—¿qué paso? ¿En dónde estoy? —sacha se despertó en la espalda de un hombre que la llevaba cargando.
—sacha no te muevas mucho o tu herida se abrirá de nuevo. —dijo Lucía.
—¿ya llegamos?.
—falta poco, no te preocupes.
El estado de sacha se notaba de lejos que no mejoraría hasta que tuviera atención médica pues ya se veía en un estado más que deplorable, a ella se le olvidó comentarle a Lucía qué conocía a un doctor muy bueno que vivía en el bosque y ya era muy tarde para volver.
Sacha se bajó a la fuerza de la espada del hombre para ponerse delante de la gente y dar un aviso tambaleándose como una hoja en el aire.
—atención todos, a partir de este momento yo me haré cargo de todo y les quiero pedir de favor que todos se comporten como mis sirvientes porque esa es la única forma de mantenerlos con vida ¿entendido?. —dijo en un solo aliento.
—si, señora.—dijeron todos.
Sacha estaba apuntó de desvanecerse de nuevo por suerte Lucía la alcanzo a sostener para que no cayera al piso.
—estoy bien... Estoy bien.—dijo con dificultad.
—sacha esto me preocupa, deberíamos detenernos a descansar.
—no, Lucía es mejor apresurarnos si nos detenemos ahora creo que moriré.
—no haga mucho esfuerzo, por favor. —Lucía le hizo señas al hombre que estaba cargándola antes para qué la cargará de nuevo y sacha no se negó.
Al llegar al ducado se dividieron en grupos de 5 personas para qué sacha pudiera ir al ducado con tranquilidad ya qué prometieron reunirse más tarde.
Continuaron su viaje a través de la capital hasta llegar en medio de la noche a la mansión del duque.
Sacha se acercó a la puerta y dio tres golpes quedando delante de ella agarrada de las mano de sus dos hijos.
—mamá, no quiero estar aquí ¿podemos irnos?. —dijo Dylan.
—mamá tiene unos asuntos qué atender en cuanto los termine nos iremos lejos ¿puedes aguantar hasta entonces?. —dijo en un suspiro.
Sacha esperaba con ansias qué nadie saliera y poder irse con la excusa de que nadie la atendió, pero sabía que su única esperanza era el duque pues su salud ya era demasiado lamentable, el que estuviera de pie firme frente a la puerta ya era por si solo un milagro.
La puerta se abrió dejando ver al mayordomo qué la ayudo cuando vivía en esa mansión hace 5 años.
Quedo asombrado al ver sacha pues su aspecto no era el mejor y él pensaba que ella jamás regresaría no después de lo que vivió allí.
—¿mi señora es usted?
De la boca de sacha comenzó a brotar sangre sin razón alertando a Lucía que intento acercarse a socorrerla, pero esta hizo una señal con la mano para que no se acercara.
—el amo, deje traigo al amo espere aquí duquesa.—dijo el mayordomo corriendo dentro de la mansión con una expresión de preocupación en su rostro.
—si.
Sacha estuvo apuntó de desmayarse de nuevo, pero fue sostenida por Lucía para no dejarla caer y la dejo recargarse en su hombro para qué descansará.
—Lucía, me siento mal. —dijo sacha en un solo suspiro.
—tranquila mi señora, todo estará bien. —dijo Lucía limpiandole la sangre de la boca.
—mamá ¿Estas bien?. —pregunto Lilly al ver el estado de su madre.
—ella está bien, no te preocupes Lilly. —contesto Dylan.
Después de esperar un poco las puertas se abrieron dejando ver a un alterado duque en compañía de varias sirvientas.
—sacha!!. —grito el duque al ver a la moribunda mujer de cabello blanco.—no, no, no, mierda háblenle al médico de inmediato!!.
De inmediato la cargo y la llevo adentro ignorando todo lo demás a su alrededor incluido sus hijos a los cuales no vio por su estado alterado.
—Dylan se está llevando a mamá ¿qué hacemos?
—nada Lilly, no podemos hacer nada.
—disculpen niños no quieren un vaso de leche y galletas se ve que están muy cansados. —dijo una sirvienta qué se había acercado a ellos.
—mamá dice que no le acepte nada a extraños, así que no gracias. —contesto Lilly.
—vamos niños yo no soy una extraña.—insistió la sirvienta.
—ya le dije que no quiero nada señora.
—perdonalos son niños un poco agresivos con gente que no conocen. —dijo Lucía poniendose delante de ellos. —podrías darnos una habitación yo me ocuparé de ellos.
—oh así que ¿tu eres su sirvienta?
—algo así.
—bien vengan conmigo.
La sirvienta guió a los tres en dirección a una habitación qué quedaba en el tercer piso en donde los niños se tiraron a la enorme cama para descansar.
Lucía salió para conseguir un poco de comida dejando a los niños solos con las sirvientas qué estaban nerviosas por tener que cuidar niños por primera vez.
—hermano ¿me puedo bañar?
—¿disculpe en donde esta el baño?.—dijo Dylan amablemente.
—oh, la puerta está junto al buro, vamos los ayudaré a bañarse chicos. —dijo una sirvienta.
—hermano dile que no, Lilly se bañara sola. —dijo Lilly aferrándose al brazo de su hermano.
—lo siento, pero nosotros nos bañamos solos, sabemos como hacerlo, no se preocupe.
—nunca está de más ayudarlos, por favor confíe en nosotras.
—Lilly no es un bebé, no necesita ayuda de nadie.
—disculpenla aun es muy pequeña y no le gustan los extraños.
—no hay problema ¿hay algo que podamos hacer por ustedes?
—por el momento nada ¿pueden retirarse por favor?.
—si, su alteza.
Las sirvientas terminar por salir de la habitación dejando a los dos niños solos.
—me voy a bañar ¿hermano que vas a hacer tu?.—dijo Lilly rompiendo el silencio qué se había formado en la habitación.
—tengo que ver como esta mamá, Lilly prometeme que no te moverás de aquí hasta que llegue Lucía ¿me lo prometes?
—si hermano, lo haré.
—Lilly no me mientas, eso dijiste la última vez, te escapaste y terminaron secuestrándote.
—no, no, esta vez Lilly no irá a ningún lado, lo juro.
—bueno, te creo.
Dylan le mostró como usar el agua de la bañera y que cosas no debía hacer en esta, al final se fue rumbo a buscar a su madre no sin antes cerrar la puerta del baño donde estaba Lilly para que a nadie se le atreviera hacer algo estúpido, los traumas del pasado no lo dejaban quedarse cien por ciento tranquilo.
Caminando por los enormes pasillos qué eran pobremente iluminados por la luz de la luna y a Dylan se le venían a la mente los recuerdos de cuando tenía la edad de Lilly y tenía que correr de las sirvientas para que no lo golpearan por haber robado pan de la cocina o cuando tenía que esconderse porque le daba pánico qué lo vendieran como le decían que lo harían.
Sintió muy dentro de él, el mismo sentimiento que tenía cuando vivía en esa mansión fría y solitaria, ese sentimiento no se puede describir fácilmente pues era algo que ni el mismo entendía.
"odio este lugar, como quisiera no haber vuelto jamás, pero mamá insistió en venir aquí lo antes posible, no importa mamá es inteligente ella sabrá que hacer no debo preocuparme."
Al recorrer los tenebrosos pasillos paso cerca de una habitación en donde estaba un hombre recargado en la pared y varias personas afuera platicando.
Dylan llevaba la espada grande y afilada qué sacha siempre cargaba consigo en caso de que alguna sirvienta quisiera pasarse de la raya de nuevo este no las dejaría lastimarlo, no de nuevo.
William el mayordomo noto de inmediato la presencia del niño quien aún seguía cubierto de lodo y tenía heridas por toda la cara y se acercó de inmediato a socorrerlo.
—oh, amo Dylan miré cuanto ha crecido. —dijo William pasando un trapo húmedo para limpiar sus heridas.
—¿Dylan?. —dijo el duque posando su mirada en el niño pequeño y frágil qué sostenía una espada como esperando que un monstruo apareciera por la puerta.
—hola, duque. —dijo Dylan sin mucho ánimo viéndolo directo a los ojos con una mirada retadora, dejando a todos los presentes asombrados.
—amo Dylan el es su padre ¿no lo recuerda?
—eso ya lo se, pero me parece innecesario llamarlo padre cuando no lo merece.
—amo Dylan no le hable así.
—si qué tienes una lengua filosa, enano. —dijo el duque acercándose a despeinar su cabello el comentario no lo hirió en absoluto pues sabía que el niño podía interpretar las cosas a su manera.
—no me toques!!. —grito Dylan alejándose de inmediato tropezado y callendo de colá al suelo.
—amo dylan ¿esta bien?
—no se me acerque, nadie se me acerque ¿en dónde está mamá? MAMA!! —grito Dylan teniendo un ataque de ansiedad qué luchaba por controlar.
—amo Dylan no grite su madre está durmiendo y no debe despertarla.
—Dylan contrólate aquí nadie es tu enemigo, solo tranquilízate. —el duque bajo a su altura para poder abrazarlo siendo rechazado por Dylan quien se arrastró lejos de él.
—no te me acerques, si no fuera por ti y ese estúpido anuncio de recompensa por la cabeza de mi madre ahora estaría cómodo en mi casa y mamá no hubiera sido lastimada por esos hombres, por tu culpa casi muero y no fue solamente una vez fueron demasiadas, eres un monstruo.
Las lágrimas recorrían los ojos dorados de Dylan quien se levantó del suelo y corrió en dirección a la habitación en donde Lilly se encontraba.
—Dylan, espera.
—amo dele tiempo aún es un niño que no entiende muchas cosas.
—wiliam ¿por que parece que todo el mundo me odia últimamente?
—amo, debe hablar con su esposa eh hijos recuerde que la comunicación es lo más importante.
—si, ya lo se, mierda debo hablar con eso dos niños, pero ya será mañana, déjenlos descansar y que nadie los moleste.
—si, amo. —dijeron las sirvientas qué estaban ayudando al médico.
Después de un rato de espera el médico por fin había salido de examinar a sacha y se notaba que no tenía buena cara.
—¿qué paso doctor? ¿Sacha esta bien?. —dijo el duque.
—la señora esta en mal estado al parecer aguanto al dolor desde hace 6 días y eso hizo que su herida se infectara, eso en si ya es muy grave, ya desinfecte la herida, pero la verdad duque le veo muy poca esperanza.
—¿qué significa eso doctor?
—qué será un milagro si ella despierta, lo siento mi señor, pero sabe que a mí me gusta hablar con la verdad.
—gracias por su servicio doctor, por favor quédese en la mansión para que monitoree el estado de sacha.
—está bien duque, nos vemos mañana.
En cuanto el médico se fue el duque aprovecho para entrar a la habitación de sacha para hacerle compañía.
—mierda ¿por qué deje que esto pasara? Sacha ¿podrías perdonarme? Te dije que siempre te protegería de todo mal y mírate ahora debatiéndote entre la vida y la muerte, no puedo creer lo incompetente qué soy.
El duque tomó la mano de sacha y la unió con la suya para darse un poco de esperanza, pero su preocupación aumento al sentir su mano llena de cayos y áspera como una roca.
—¿Qué clase de vida has estado viviendo? En momentos como estos me alegro de que mi madrastra haya muerto, después de volver y saber todo lo que habías pasado durante años no pude soportarlo, sacha eres demasiado valiente, aguantar todo ese dolor tú solo y que jamás te quejaras me parte el corazón en dos, si yo fuera tú jamás me perdonaría.
El duque le dio un suave beso en los labios a sacha pata despedirse eh ir a dormir un poco pues llevaba días sin dormir y ahora con saca en ese estado estaba claro que no dormiría bien en las próximas semanas.
—prometo que jamás volverás a pasar por esto cariño.