los invito a leer la continuación de la primera parte de esta gran historia, le aseguro que la pasión, el amor y la lujuria están conectados en cada capítulo
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Capítulo 14 Espiándola
Llego a casa y subo a saludar a Elena que esta con Abi
- ¿Cómo estás? – la saludo con un abrazo
- Alex quiero que todo esto acabe rápido – me dice con melancolía
- ¿Y este cambio a que se debe? – indago
- Es solo que me da miedo que nada de esto resulte bien – responde ella cabizbaja
- No entiendo tu actitud, si tú fuiste las más interesada en acabar con el responsable de la muerte de Marcus, ahora te llenas de miedo y dudas – le hablo con un tono inquisitivo
- No quiero que te pierdas en el camino – me dice con lágrimas en tus ojos
- Ya veo, no confías en mi – afirmo
- Si confió en ti, pero no confió en Samanta – me explica
- ¿Por qué lo dices? – pregunto con molestia
- Creo que ella va a buscar por todos los medios manipularte y hacerte caer nuevamente, ella me ha dejado claro que tú te has convertido en un reto para ella y que no piensa dejarme ganar, es como si fueras su premio, yo le hable con calma y le dije que te dejara en paz, sino por nosotros, al menos por su esposo o su hijo, pero ella con su arrogancia de siempre me amenazó diciendo que eso no le importaba – me explica llorando
- ¿Samanta esta? – pregunto con furia
- No lo sé – responde Elena
Salgo furioso de la habitación y busco por toda la casa a Samanta, veo que María está cuidando a su hijo, así que me acerco y le pregunto por ella, me dice que está en su habitación, voy directo hacia allá, abro la puerto sin tocar, pero no la veo, en cambio escucho el sonido de la ducha, me quedo parado en una esquina esperando que salga, luego de unos segundos todo el lugar se llena del habitual olor que emana de su cabello cuando recién se lo ha bañado, ella no se percata de mi presencia y comienza a secar su cabello mientras una diminuta franela tapa algo de su cuerpo, eso hace que mi ser se encienda, me decido a dejar el silencio ya que pronto será evidente mi dureza
- ¿Cuál es tu maldito problema? – pregunto con un tono alto y conflictivo
- ¡Alex! – responde asustada y tomando con fuerza su toalla para no dejarla caer
- ¿te pregunte algo? – insisto
- ¿Qué haces en mi habitación? – pregunta ella
- Es mi casa también – respondo con una expresión tacita
- No sé a qué te refieres – responde ella
- Al hecho de que intimides a Elena – le explico el punto de mi evidente enfado
- Eso te dijo ella – responde con una mueca burlona y torciendo sus ojos, expresiones que adoraba en ella
- ¿Dices que ella miente? ¿no la intimidaste? ¿se lo imagino entonces? – ja sonrió al ver su cinismo
- No ella no mientes, pero creo que exagero un poco y acomodo todo a su manera – responde ella con desinterés de explicar mas
- ¿y qué es lo que quieres con todo esto Samanta Jones? – indago con un gesto repulsivo hacia ella
- A ti – responde con una mirada seductora que me hace entender el temor de Elena por estar cerca a Samanta
- ¿Es eso? – hablo con malicia al mirar su cuerpo húmedo
Me acerco a ella, huelo su cabello mientras tomo un de sus mechones, bajo un poco mi rostro y paso la punta de mi nariz por su cuello, luego poso mis labios a centímetros de los de ella, puedo verla temblar y su respiración se vuelve más continua, haciendo que sus lindas y grandes amigas hagan un provocativo y delirante vaivén que me invitan a probarlas nuevamente, con una de mis manos le quito su pequeña toalla y descubro su cuerpo “maldita sea, esta mujer es cada vez más hermosa y sensual” remuevo mis pensamientos y de un empujón la lanzo a la cama y me pongo encima de ella separando sus piernas a un costado de las mías, puedo escuchar sus dulces y bajos gem¡dos, me acerco a su oído y le susurro
- Solo eres un cascaron vacío, como mujer no me sirves, podría tomarte aquí y ahora y tú de fácil te dejarías, pero la verdad es que la mujer que me hace desear mis más bajos deseos e instintos esta en mi habitación, esa mujer me ha demostrado que tu solo eras sex0 duro, libre y sin censura – susurro algo que es mentira, pero que estoy seguro destrozara su orgullo
- ¡Eres un maldito! – grita ella dándome un golpe mientras me aparto de ese ardiente cuerpo que anhelo probar, me volteo para salir antes de que ella note la reacción en mi entre pierna
- No será así de fácil Alexander Jones, ya verás – grita con enojo y yo salgo con una sonrisa victoriosa en mi rostro y voy directo a mi habitación
Doy gracias a los cielo que Elena no está, me encierro en el baño calmo con mi mano la necesidad de ella, detesto parecer un maldito puberto en pleno desfogue de m@sturb@c¡0n, pero no tengo más remedios, todos los recuerdos de ella desnuda vuelven a mi mente y hacen que sea más de una liberación
- Alex – toca la puerta Elena
- Si – respondo tratando de controlar mi voz
- debemos estar listos para cuando llegue el maldito de Robert – habla Elena en un tono de odio
- dame un momento – me excuso mientras trato de que mi cuerpo vuelva a su estado natural
Bajamos al comedor y antes de sentarme, escucho la voz de Robert en la entrada, las miradas de samanta y su madre se posan sobre mí, creo que no le avisaron de mi llegada, Elena aprieta mi mano y yo trato de apaciguarla
- ¿tu…? – pregunta con su cara blanca y llena de dudas, miedo y su habitual odio hacia mi
- Hermano, no sabes cuánto te extrañe – hablo con sarcasmo
- Pe- pe-ro tu estas mu-mu-muerto – habla con monosílabas
- Eso mismo creía yo hermano – respondo con una sonrisa falsa de inocencia
- Papa cálmate – le habla samanta
- ¿pero cómo? No entiendo – insiste en no creer el muy infeliz
- Robert ven siéntate, toma un poco de agua y deja que él nos explique lo sucedido – habla la mama de samanta
pero está historia, estuvo muy buena y me gusto mucho.
felicitaciones 👏🏻👏🏻