Amargas Mentiras

Ivana volvió a llenarse de confianza, lo que hizo que Simón esbozara una sonrisa, y se sintiera orgulloso de ella.

Hace unos instantes sintió que volvería a ver a la niña del pasado, hace siete años cuando, encontró a la chica, ella luchaba por sobrevivir, tenía una herida en el estómago que puso su vida en riesgo, también con la amenaza de aborto y un corazón destrozado.

Él mismo se encargó de cuidarla en el hospital y cuando ella despertó, la vio temerosa y desconfiada, con miedo de volver al mundo exterior, a Simón le costó aproximada un año, que Ivana agarrará el valor y la confianza que hoy tiene, y no piensa permitir que su protegida vuelva a sentirse igual.

El fin de semana pasó en un abrir y cerrar de ojos y a primera hora del lunes Ivana se encargó de llevar a los niños a su primer día en la nueva escuela.

Esta es la mejor escuela en donde solamente asisten los hijos de las personas más adineradas de la ciudad, en ese lugar los hijos de Ivana fueron bien recibidos y como no si el apellido de los niños es el mismo de Simón.

A pesar de que los niños iban un poco temerosos por el nuevo cambio, la joven confía en que sus pequeños se acoplaran pronto a este nuevo entorno, la vida de ellos está cambiando por completo, ellos no solo cambiaron de escuela sino también de país, por lo que ahora no cuentan con amigos.

Tras dejar la institución, la joven subió de nuevo al auto, condujo por aproximadamente quince minutos y luego estacionó frente a un gran edificio.

Al bajar llevaba consigo su computadora y una carpeta que incluía el contrato, cuando entró al edificio preguntó por la oficina del presidente, la recepcionista, le informó que se encontraba en el último piso, pero que el presidente de la compañía un no había llegado, la joven miró su reloj y resulta que eran las ocho en punto.

-¡Qué irresponsable es el presidente! -¡Sé supone que debería dar el ejemplo!

La recepcionista no miró con un frío desdén y le contestó. ¡Si gusta puede esperar aquí a mi jefe, él debe de estar por llegar!

-¡No se preocupe lo espere arriba de paso aprovecho para conocer el edificio!

En ese momento Ivana tomo el ascensor, que la condujo al octavo piso, al llegar a ese lugar comenzó a caminar por el pasillo, y en ese instante observo un grupo de secretarias que estaban platicando muy a gusto;

Sin embargo, antes de ella se acercará, las chicas se dispersaron y cada una corrió a tomar su lugar, y por sus asustados rostros daban la impresión de haber visto el diablo.

Ivana frunció el ceño y cuando giro la mirada en dirección hacia donde habían visto las chicas, se encontró con la mirada fría de Felipe.

¡Debe de ser un ogro con sus empleadas! Pensó Ivana mientras se dirigía hacia él.

Felipe la observo de arriba a abajo y luego dijo; Srta. Ivana no sabía que vendrías de lo contrario no la hubiera hecho esperar.

El joven Brown se sintió feliz de verla ahí, pero lo supo disimular muy bien.

¡Vine porque necesito discutir algunos asuntos con usted!

¡Entonces hablaremos en mi oficina! Dicho esto Felipe la condujo a su oficina y antes de entrar se dirigió a su secretaria y le pidió que les llevara dos cafés, también le ordenó que no le pasara ninguna llamada, no quería que nadie los molestará.

Por su parte Ivana tomó asiento y de inmediato encendió su computadora.

¡Felicidades, fuiste el ganador de la licitación! Exclamó la joven sin despegar la mirada de la computadora

-¡Muchas Gracias! Contestó Felipe con un pequeño brillo en sus ojos.

Ese contrato le generará grandes ganancias a la constructora, con esto por fin cancelará la deuda que su tío Benjamín le dejó a la constructora.

Resulta ser que cuando Felipe estuvo hospitalizado, Benjamín quedó al frente y estuvo a nada de dejar a la constructora en banca rota, en su paso por la presidencia solo dejó pérdidas y una gran deuda con varios bancos, y fue por esta razón que la señora Ruth intervino y dejo a Felipe a cargo del negocio.

Desde entonces el joven Brown se ha esforzado por sacar la constructora adelante.

¡Antes de firmar el contrato quiero discutir unos puntos de su proyecto!

-¡Como por ejemplo el tiempo, usted es el único que ofreció terminar el hotel en nueve meses ¿Usted no cree que eso es muy poco tiempo? ¡Todos los demás aseguraron terminar en año y medio!

Ivana la mirada esperando la respuesta del joven, quien enseguida le contestó.

¡Señorita, si yo dije que su hotel estará listo en nueve meses es porque así será!

Eso únicamente es cuestión de la cantidad, si colocó solo diez hombres a trabajar en esta obra ellos terminaran en el doble del tiempo, pero si colocó más hombre ellos terminaran mucho más rápido.

Le aseguro que sé muy bien lo hago.

Ivana lo escuchó, pensando en no se había equivocado al escoger la propuesta de

Felipe.

¡También quiero hacer unos cambios en su diseño, Simón quiere que el área de recreación sea más amplio!

En ese momento Felipe se puso de pie y se dirigió hacia ella, la joven le mostraba las imágenes y fingió no verlas desde por lo que aprovecho para acercarse a la.

Ivana continúo sugiriendo los cambios, sin darse cuenta de que Felipe tenía la mirada puesta en ella y no en la pantalla.

¿Qué le parece esos cambios crees que puedas con esto?

Al preguntar Ivana levantó la mirada y sus ojos se clavaron en los de Felipe, lo que la hizo sentirse nerviosa, de inmediato desvió nuevamente la mirada y lo escuchó contestar en un tono serio.

¡Usted es la que manda Srta.! ¡Yo haré todo lo que ordené!

¡Si no tiene ninguna objeción entonces podemos firmar el contrato! Ivana titubeo al hablar, tenía a Felipe demasiado cerca y eso de verdad la tenía muy nerviosa.