Hana y JungSun se casaron para mantener la economía de las empresas familiares a flote.
Él la odia. Ella lo ama.
¿Qué pasará cuando después de dos años de matrimonio JungSun se de cuenta de lo que está perdiendo?
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Capítulo 14.
Mis caderas dolían, era ese tipo de dolor que te hacía querer no moverte, sabía que me había excedido en la noche, parte de mi recordaba lo que era ese dolor pero no quería negarme la oportunidad de experimentar aquello una vez más. Las luces que entraban por las cortinas me cegaban un momento, pero al acostumbrarse solo se veían hermosas; aquellos brazos que se cernían a mi cuerpo me daba el calor suficiente y la comodidad para no querer irme, pero tenía que levantarme si no quería que JungSun me empujara de una vez.
Con mucho cuidado me fui moviendo para no despertarlo, pero cuando estaba. Apunto de liberarme, él me abrazó aún más y con la voz medio adormilada me dijo:
—¿Porqué te quieres ir? Aún es muy temprano.
Se acostó de lado, de manera que él quedó de frente a mí, me apegó aún más a él smy sin quererlo, cerré los ojos para poder seguir descansando, eso, hasta que él mismo se dió cuenta de que ese no era un lujo que se podía dar.
—¿Qué hora es?
—Vas tarde por 20 minutos.
—¡Mierda!
Contrario a lo que esperaba, no me dijo nada más, no me empujó y no me miró mal, sólo salió corriendo al baño, yo suspiré, sentía que esto era un sueño, pero aún así, me levanté de la cama con una gran sonrisa, me vestí con mi ropa interior, unos shorts y una blusa cualquiera y salí corriendo a la cocina, tenía al menos que prepararle el almuerzo que se iba a llevar.
Fue un acuerdo al que llegamos, después de negarme seguir asistiendo a las clases de cocina yo le exigí que comiera de lo que hacía sin quejarse, para mí sorpresa, no puso peros ni se vio afectado.
Mientras todo lo demás estaba listo, subí por Minki, quien ya debería de haberse despertado; lo tomé en brazos y lo lleve conmigo a la cocina, justo en ese momento, JungSun salió corriendo, su cabello estaba húmedo y tenía mal puesta la corbata, así que solo corrió hacia nosotros, le dió un beso en la nariz a Minki, tomó un pan con mantequilla que yo había dejado en un plato, me dió las gracias, apretó una de mis mejillas y salió corriendo.
—¿Qué pasó a Unsun? —preguntó Minki al ver que JungSun salió.
—A papá se el hizo tarde.
—Unsun no come.
—No cariño, le llevaré el almuerzo.
Era la primera vez que veía a JungSun tan apurado, además de que está mañana había Sido de las mejores que tenía desde hacía dos años.
Hice todas las cosas que solía hacer, limpieza, ejercicio, lavado y todo eso, finalmente, preparé el almuerzo y llamé a Min-ha, diciéndole que pasará por Minki y yo la alcanzaría en el restaurante de comida rápida en donde llevaba a Minki de vez en cuando a los juegos.
No quería verme mal en la empresa de mis padres, así que me vestí con un conjunto amarillo de un short y un blazer del mismos color, unas botas negras altas y amarré mi cabello en una media cola. Tenía mucho tiempo sin arreglarme de esa manera y aunque me sentía rara, había subido mi autoestima un poco.
Conduje hasta la empresa, un lugar al que yo llevaba años huyéndole. Tome la comida y salí del auto para subir por el ascensor hasta la última planta, en dónde se encontraba la secretaria de JungSun, cosa que me hizo recordar las palabras que Hyun-woo me había dicho una vez.
—Vengo a ver a Kang JungSun —dije de la manera más autoritaria que pude.
—¿Tiene cita? —Dijo sin verme, acomodaba unos papeles.
—No la necesito, déjame pasar
—Disculpe —me miró y una sonrisa de burla se formó en su rostro al examinarme
Ella era una mujer muy hermosa, su cabello negro y lacio que le llegaba hasta las caderas, su perfecto maquillaje combinado con su traje elegante me minimizó un poco.
—¿Su nombre cuál es? Nadie puede ver al director Kang sin cita y mucho menos una mujerzuela como usted.
Me sentí ofendida, pero no iba a dejar que ella me hablara así, justo en ese momento, escuché la voz de JungSun y un caminar rápido.
—Eunbi ¿Qué te dije sobre esos papeles? ¿Tengo que buscarlos por ti?
—No director, pero esta persona…
—Hana, ¿Qué haces aquí?
Una pequeña sonrisa se formó en su rostro y me hizo sentir mejor.
—Saliste corriendo en la mañana y no desayunaste, te traje el almuerzo.
—Gracias, linda —tomó lo que yo traía en la mano— ven en la tarde, vámonos juntos.
—Minki está con Min-ha, lo dejaré en casa y vendré para acá.
—Claro. Eunbi, ella es Hana, mi esposa, a la próxima déjala pasar.
A pesar de aquello, una sonrisa de burla se formó en su rostro, pidió disculpas y siguió con lo suyo, aquello ni me había dado confianza.
Eran las nueve de la noche, mi turno estaba a una hora de acabar y yo no veía la hora de llegar a casa, el ver a Hana aquí me había dado un sentimiento de calidez al ver que ella se preocupaba por mi, eso, sumado a lo linda que se veía está tarde hizo que mi pecho se llenará de calidez.
Terminé de hacer un papeleo cuando me di cuenta de que eran las 9:40 de la noche, fui acomodando todo cuando Eunbi entró a la oficina. A partir de cierto momento se había vuelto demasiado pesada cuando pedía un momento conmigo, la manera en la que había tratado a Hana no había Sido de mi agrado.
—Presidente Kang, ¿Será que tiene un momento para mí?
—No, no lo tengo, y vete ya por favor ¿Haz terminado tu trabajo?
—Presidente Kang, no sea así.
—Vete, Eunbi.
—No sé cómo puede estar casado con alguien como la que llama su esposa, puedo ver en su rostro que no la pasa bien ¿Porqué no me da un momento a mi y le demuestro lo mucho que he mejorado?
—No estoy interesado.
—Vamos, ella está desabrida, no tiene chiste, muy delgada tal vez y no es muy guapa, no para alguien como usted.
Eunbi se había acercado tanto a mí, tomó mi corbata y se hizo el espacio suficiente para sentarse en mis piernas.
—No me obligues a ser grosero, déjame y vete.
—Vamos director, no le pediré más, solo una última vez. Hágame suya en este escritorio ahora mismo. Eso, o le diré a su esposa todo lo que hemos hecho juntos, con detalles.
—¿Enserio Eunbi? ¿Vas a chantajearme?
—Solo una última vez.
—Carajo.
Iba tarde por unos minutos, casi subí corriendo las pocas escaleras y rogué al elevador porque fuera más rápido. Al llegar, note que la secretaría no se encontraba, eso me pare una extraño, sobre todo al ver que se encontraban sus cosas.
El miedo se extendió por mi cuerpo, y camine en silencio a la oficina de JungSun, tome el pomo de la puerta y cuando la iba a abrir, escuché aquellos gemidos, los de ella pidiéndole por más a JungSun, los de él, sus gemidos de satisfacción.
Las lágrimas escurrieron de mi rostro, y más aún cuando la escuché a ello decir aquello.
—Tienes que admitir que lo hago mejor que ella. Ella no es para usted, no es linda, sin gracia.
—No deberías escuchaste esas cosas, angel.
Miré detrás de mí, Hyun-woo me miraba con traiteza, limpio las lágrimas en mi rostro y me abrazó.
—Te lo había dicho ¿Recuerdas? ¿Quisiste comprobarlo por tí?
—Yo…
La puerta fue abierta, ella salió con una enorme sonrisa mientras se acomodaba la falda. Después de eso, salió JungSun y su cara de molestia era notoria cuando me vio con Hyun-woo.
—Hana…
—Vámonos —le dije— me duele la cabeza.
—¿Te sientes mal?
—No, pero la nueva extensión de mis cuernos hace que pesen más y me duele.
—Hana yo…
—¿Sabes qué? Me voy yo sola, nos vemos después.
—Sabes conquistar mujeres, Kang.
—No te metas con mi esposa.
—¿Porqué no? Te coges a la secretaria, ella tiene derecho a acostarse con quién quiera.