Empezar De Nuevo

Iván McClare

Olivia definitivamente se había ganado mi corazón.  Luego de ver la película con ella y sonreír viendo que ella me había comprado con un malvavisco enorme, pero que se convertía en el héroe,  sentí mucha ternura. Cuando la llevé a su habitación vi que era pequeña, con una cama también pequeña, todo él en color rosa,  me parecía hermosa.

Cuando valentina me pidió que me quedara  sentí nervios, escuche atentamente lo que tenía que decirme, no podía creer que fuera ella quien fuera el primer paso. Pero cuando me besó sentí algo maravilloso. Trataba de controlarme,  pero ver mis manos tenían vida propia. Tuve que poner toda mi concentración en no ceder ahí mismo arráncale la ropa y hacerla mía. Mi control pendía de un hilo, cuando tomo mi mano y ella misma la guió hacia su hermoso trasero,  no había vuelta atrás ella sería mía.

Cuando los besos no bastaban sabía que quería estar cómodo, por lo que la tome de la mano y la lleve a su habitación, cuando la tuve completamente desnuda, creí que estaba viendo a una diosa, tenía los senos  de un poco grandes. Una cintura pequeña, unas hermosas caderas un poco anchas y ese hermoso trasero que me enamoró desde el primer día que lo vi, unas hermosas piernas. Su cuerpo era perfecto. Que sentí la necesidad de probar cada centímetro  de su piel. Disfrute de su orgasmo. Probando cada espasmo. Sentí una gran ternura cuando creía que no entraría. Pero lo hice, y fue lo mejor del mundo, su cuerpo se acoplaba perfectamente al mío. Recibiendo cada uno de los embiste que le daba.  Me perdí en las sensaciones, en sus pequeños jadeos. En sus hermosos ojos me miraban con un brillo especial. Ella era mía, y jamás dejaría que nada malo le pase. Cuando la sentir temblar en mis brazos, perdí el control y no pude aguantar más. La abrace con fuerza y termine en su interior. Me deje ir,  y al recostarme a su lado, la abrace, quería sentirla cerca, me puse de costado, necesitaba saber si ella estaba bien. Por lo que la miré y le sonreí. 

- ¿Te encuentras bien preciosa?- susurré mientras inconscientemente mi dedo jugaba con su seno. 

- Si,  y tu?- me pregunto mirándome a los ojos. 

- Me encuentro en el cielo.- dije y la bese, ella no pudo evitar un bostezo.- duerme cariño- besando su frente.

- No te vayas  por favor.- me dijo, tomando mi mano cuando  iba a levantarme. Volví a la cama con ella, ella apoyó la cabeza en mi pecho y se durmió. 

me quedé  con mis pensamientos, después de lo que acaba de pasar, sabía que tendríamos contarle mi secreto,  yo quería todo con ella, y una relación se construye a base de confianza. Ella me contó su horrible secreto, por lo tanto yo debía contarle el mío también. Con eso en mente me dormí.

A  mitad de la noche sentí que alguien tocaba tímidamente la puerta de la habitación. Me puse el bóxer y desperté a Valentina,  ella me. Miro extrañada y le dije que su hija estaba afuera rápidamente se puso un camisón y me tendió una camiseta grade, pero que seguramente me quedaría, me puse unos shorts cortos que ella me paso mientras ella iba hacia la puerta, los mire extrañado pero al tener la prenda en mis manos supe que era ella quien las usaba,ya que tenía su perfume. La niña lloraba, y se lanzó a los brazos de su madre cuando esta abrió la puerta. 

- ¿Qué sucede hija,  tuviste pesadillas?-  le dijo. 

- Mami tengo miedo,  puedo dormir contigo.- me preocupe a que le tendría miedo la pequeña. En ese momento ella me vio,  en la cama y se soltó de su madre y vino hacia mí llorando. La abrace y ella lloró un poco más. 

- Olivia, a que le temes princesa,  sabes que no dejaré que nada malo te suceda. - oírla llorar me rompía el corazón. 

- A ese hombre,  dijo que me llevaría, yo no quiero irme,  quiero estar conmigo mami. - sollozo en mis brazos. Valentina vino a nuestro lado y también la abrazo. 

-Tranquila mi corazón,  eso no pasará. Ven vamos a dormir. Quieres dormir aquí con nosotros. - la niña asintió y se acostó en la orilla valentina la abrazó y yo trate de dar más espacio. 

Cuando Olivia se durmió, Valentina tomó mi mano pidiéndome que la abrazara. Y así volvimos a dormir como una familia.

Al despertar ya no había nadie en la habitación, salí hacia la cocina y vi a las dos hablando. En cuanto me vio Olivia corrió hacia mí y yo me agaché para tomarla en brazos,  me dio un beso. La senté en su silla, Valentina se giró hacia mí y yo le di un beso. Me sentía tan bien con ellas. Me sirvió el desayuno. Y comimos entre risas y anécdotas de Olivia. 

- Vamos Oli,  te llevaremos a la escuela, ve a cepillarte los dientes, mientras los dos terminamos de arreglarnos.- la niña salió feliz hacia el baño.  Nos vestimos en la habitación de Valentina, esta vez vi que eligió algo diferente. Se veía hermosa, con un Jean color negro una blusa rosa claro y una botas de poco tacón. 

- Estoy bien así- dijo Cepillando su hermoso cabello suelto como una cascada sobre su espalda. - siempre quise esconderme, pero hoy me siento bien con mi cuerpo que decidí que quiero vestir así. - se puso un poco de rímel, con un delineado a sus ojos y un poco de labial rosa.  Cuando vimos a Oli en la puerta del cuarto sonreímos.

- Te ves hermosa,  Me gusta que sientas ganas de verte mejor, aunque a mi me gustas aunque usaras un saco de papas. - sonrió, se giró, tomó su bolso y salimos hacia la escuela.

Luego de dejar a Oli,  fuimos a mi casa, debía cambiarme para ir a la empresa.

- Sabes me he dado cuenta,  de que tu sabes todo sobre mi pasado, pero…  yo no se mucho de tu vida. - dijo mirándome y esperando que dijera algo. 

- Lo se, tenemos que hablar sobre eso. Yo quiero todo contigo por lo tanto debe contarte una etapa de mi vida que fue importante. - le. Dije terminado de vestirme, nos encontrábamos en mi habitación tenia muchas ganas de hacerla mía aquí,  pero era tarde y debía ir a la empresa. Por lo que reprimí mis ganas de probar su hemoso cuerpo y recogí mi chaqueta para irnos. 

- Sabes puedo tomar el el autobús para ir al centro, debo buscar otro empleo. - dijo mientras baja por las escaleras.

- No,  necesito que me ayudes con algo en la empresa, hay cosas que no están bien y debo investigar y tu vas a ayudarme con eso,  

- Sabes muy bien que yo no termine la escuela, en que podría ayudarte.  - dijo muy apenada. 

- Se muy bien ese hecho,  pero eso no te hace menos capas,  las circunstancias te llevaron a hacer sacrificios, pero se muy bien que eres muy inteligente, yo te enseñare, pero en realidad  te necesito, me esta costando encontrar en quien confiar con respecto a esto. - le explique, por suerte no volvió a tocar el tema, en  auto, se veía muy pensativa, y me desesperaba que no hablara conmigo. Por lo que tome su mano y le di un beso en la plama. 

- En que piensas. Dije algo que te molesto. , por favor dime algo. - susurre mirándola por unos segundos. 

- Pienso en lo que dijiste,  si mis circunstancias hubieran sido otras, no tendría a Olivia,  y no te habría conocido, talves mis circunstancias no fueron las mejores,  pero me llevaron a donde ahora estoy. Y de eso no me arrepiento. Si realmente quieres que te ayude con lo que sea que pase en la empresa, lo haré, Es muy importante para ti,  y juntos solucionaremos.

- Muchas gracias, hermosa. En cuanto estemos en mi oficina te contaré muy detalladamente lo que sospecho que sucede.

Cuando llegamos a la empresa, estacione en la puerta de enfrente,  me miro algo sorprendida, baje a toda prisa y abrí su puerta, le tendí la mano y ella la tomo,  sonreí y ella me devolvió la sonrisa, no me importaba lo que gente pensara. Ella era mi pareja ahora y nadie volvería a despreciarla con la mirada. 

Cuando entre le pase las llaves al guardia,  este miro a Valentina y luego sonrió.  

La chica de recepción solo saludo con la mano a Valentina y le guiñó un ojo. Al parecer habían muchas personas que apreciaban a esta mujer.  Subimos al elevador, ella soltó el aire que había contenido y yo la abrace y bese en los labios. Cuando llegamos al piso de presidencia ella se separo de mi,  pero aun así yo tome su mano. Las puertas se abrieron y ahí estaba la Lucrecia y mi madre hablando, vi de reojo como Valentina quiso soltar mi mano, pero no lo permití,  ella no tenia de que avergonzarse, era perfecta. 

- Buenos días, señoras- dije dándole un beso a mi madre y otro a Lucrecia. - mi madre vio a Valentina y luego a mi.

- Buenos días Señora Margo, buenos días Señora Lucrecia,  esta última a la miro con odio. El cual no pudo disimular. Y mi madre la miro con curiosidad. 

- Buenos días querida-dijo mi madre. Y luego me miro,- hijo quiero hablar contigo sobre un asunto de la casa,  hay un problema y quiero tu opinion- sabia perfectamente que en su casa no habia problemas, por lo tanto la invite a mi oficina.  Primero entro ella, luego valentina y por último yo que cerré la puerta.