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Crucigrama

Crucigrama

Status: Terminada
Genre:Romance / Completas / Pareja destinada / Mujeriego enamorado
Popularitas:648
Nilai: 5
nombre de autor: Francia Laura

¿Que tanto impacto puede hacer un crucigrama en la vida de las personas?
Guillermo es mujeriego, las mujeres no le duran más de dos meses, salvo Elisa, con quien tuvo una relación de casi un año.
un amigo en común parece encontrar la medicina para los dos.
¿Podrá el crucigrama hacer cambios en Guillermo?

NovelToon tiene autorización de Francia Laura para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

La discusión

Guillermo y Elisa están en el condado de Meitan que pertenece a la provincia de Guizhou, en la región central de China.

El viaje no fue muy largo, pero Guillermo estuvo adolorido por la postura, camina despacio intentando enderezar la espalda y paliar el dolor.

-Al fin en una ciudad. – exclamó Guillermo – extrañaba el bullicio de las calles.

- En el campo había tranquilidad, el aire era puro. – Elisa extraña el campo.

- Elisa. Tenemos que trabajar para juntar el dinero y retornar a casa. – intenta razonar con Elisa – me supongo que debes extrañar a tus padres.

- Sí, los extraño, pero aquí en China pasaremos un buen tiempo para poder juntar el dinero. En China se gana poco.

- Por algo podemos empezar. – Guillermo intenta levantar los ánimos.

- Estamos en China, somos extranjeros y será difícil que nos den trabajo. – Lo devuelve a la realidad – además, ¿Qué trabajo puedes hacer con tu condición?

-Tú hablas chino. Tienes una gran ventaja, de todos modos, los dos tenemos que trabajar, no puedo dejarte con toda la responsabilidad. Soy consciente que la paga no es buena, pero trabajando los dos, lo más probable es que podamos hacer algo propio.

- ¡No puedes con tu genio!  Todo lo vez empresa. – Elisa se enoja.

- Soy empresario, así me han formado. Estudié en el colegio Markham.

- Como si fuera gran cosa, todos los años hay escándalos de bullying, violaciones. Mocosos que no saben cuándo es hora de ir al baño, pero se creen la gran cosa y se sienten intocables porque papá y mamá tienen mucho dinero, pero nada en absoluto de valores. – Elisa explota, pero sin llamar la atención de los residentes.

- Entiendo cómo te sientes. – baja la cabeza – En la adolescencia, nosotros tenemos una manera de pensar y actuamos sin mirar en las consecuencias, mientras hay dinero simplemente lo solucionamos de ese modo.

- ¿A eso le llamas educación? – ataca Elisa – es una porquería de colegio.

- Tienes razón, ese colegio solo forma mentes empresariales.

- No tienes educación. Sabían que eres mujeriego, pero como tienes dinero nunca te dijeron nada, nunca te llamaron la atención, nunca te disciplinaron.

- Es un defecto de la escuela. -  acepta todo lo que Elisa dice.

- Ahora entiendo de dónde salen tantas ratas y abusivos. Son formados de propósito.

- Fueron mis padres que escogieron esa escuela. – se siente acorralado y desnudo con los ataques de Elisa – pero admito haberme portado mal.

- Al menos tienes el valor de admitirlo. – se calma un poco.

- Estoy corrigiendo mis errores, solo necesito una oportunidad y a alguien que crea en mí para demostrar que soy un ser humano que puede cambiar. – Guillermo mira con cariño y tristeza a Elisa quien lo fulmina con la mirada.

- Veremos. Por el momento debemos buscar un trabajo que nos permita remediar la papa, pero eso sí, no todos los chinos son misericordiosos. – le aclara con firmeza y frialdad.

Guillermo solo afirma con movimiento de cabeza. Elisa va caminando y saludando. Los chinos los miran raramente, no están acostumbrados a ver turistas solos, siempre ven grupos con su guía.

Uno que otro lugareño, se acerca a la pareja y les hacen preguntas.

- ¿Se han pedido o los han dejado? – pregunta un señor.

- El avión cayó hace unas semanas. Mi amigo y yo estamos solos – hay términos en chino que Elisa no recuerda, como por ejemplo la palabra sobrevivientes.

- ¡Ustedes se salvaron del accidente! Y ¿Nadie vino por ustedes? – le sorprendió ver a los sobrevivientes.

- Nadie vino por nosotros, pero necesitamos trabajar para reunir el dinero para retornar a casa. – explica directamente.

- ¿El que te acompaña habla chino?  - tenía curiosidad de saber sobre Guillermo.

- No. Solo yo. Él tiene un hueso roto, recién ha sanado. – le comentó brevemente sobre su condición.

- No sirve para trabajar, tiene que sanar bien.

- Pero él también necesita trabajar. – enfatiza la necesidad de trabajar - la gran necesidad de ganar dinero y volver a casa.

- Te puedo ayudar con trabajo, pero él tiene que sanar bien ¿A qué se dedica? –  mostró cierto interés.

- Él tiene empresa, era director. – le contó Elisa.

- ¿Tienen dónde pasar la noche?

- No. No tenemos donde ir.

- Veré que puedo hacer por ustedes, pero no garantizo nada. Hay probabilidades de que tengan trabajo en los restaurantes.

Elisa se lo agradece y Guillermo solo imita los gestos de Elisa cuando se agradece. El lugareño sigue su rumbo y Guillermo conversa con Elisa.

 - ¿De que hablaron? – tiene curiosidad.

- Le expliqué lo que pasó con el avión, y al parecer nos ayudará a buscar trabajo.

- Estamos de suerte. – sonríe Guillermo.

- No festejes, el señor no garantiza que encontremos trabajo fácilmente.

- No seas pesimista. Podemos encontrar algo.

Elisa y Guillermo siguen caminando y buscando un lugar donde dormir, tiene un poco de dinero en el bolsillo, pero no sabe por cuánto tiempo les va a cubrir los gastos. El trabajo de Guillermo ha dado buenos frutos, pero Elisa es quien recibió el dinero.

Llega la noche y nada, deben dormir en un lugar donde no se incomoda a nadie y fue en la calle, pero sin alumbrado público para no llamar la atención. Al día siguiente, se reanuda la búsqueda, se han quedado sin reservas de alimentos.

A cierto punto de la caminata, Elisa encuentra un anuncio en un restaurante, se necesita una mesera. Elisa entra al restaurante y saluda, pregunta por el anuncio y la invitaron a hacer una entrevista, no tiene experiencia, pero asegura aprender rápido. Luego el dueño del restaurante señala la presencia de Guillermo y Elisa le explica la situación. Termina el trato con una semana de prueba, ella como mesera y Guillermo se encargaría de ayudar en cocina, para acelerar la preparación de los platos.

- ¡En serio! ¿Ya tienes trabajo? Que suerte la tuya Elisa. - Guillermo está contento por Elisa

- El señor quiere que tú le ayudes en cocina. – fue directa – para aliviar un poco el trabajo de los cocineros necesita de alguien que lave las verduras.

- ¿Voy a lavar verduras? Soy empresario. – reclama.

- Aquí en China tu título no sirve, eso es uno. Dos, todos los grandes empezaron de abajo y tres, tú no hablas el idioma.

- Está bien, la lavaré verduras – su voz suena desanimada – por lo menos tendré algo que me dará para la comida.

- Tu trabajo empieza ahora, tienes que ir a lavar, te va a enseñar como se hace. Yo empiezo en tres horas. Soy la nueva mesera.

- Y pensar que eres arquitecta, especializada en diseño de interiores. – le recuerda a Elisa su profesión.

- Necesitamos comer, trabajo es trabajo. Y haya que ser agradecidos, porque muchos no encuentran trabajo tan rápido, la gran mayoría de los migrantes pasan hambre y frío por varios días.

- ¡Qué horror! – se espanta – somos migrantes e ilegales. Nunca pensé caer tan bajo.

-Todos los migrantes pasamos por lo mismo, somos dos más, son seis semanas que estamos de migrantes fantasmas. – ella lo toma como algo normal

- No. Elisa, eso es malo. – está realmente preocupado, ya no cuentan con papeles al día, sobre todo la visa, pronto va a vencer.

- Nueva normalidad. Nuevos horizontes, nueva experiencia. - pone a callar al exempresario.

- Que sea así, pero me asusta la condición de ilegal.

- El patrón te espera. – Elisa corta la conversación con Guillermo.

Guillermo avanza y su nuevo jefe lo estaba esperando con el mandil, es humillante para Guillermo tener que pisar fondo, pero tiene en cuenta las palabras de Elisa y cambia de cara.

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