De la novela " Los hijos que me dió la vida", tuvimos la oportunidad de conocer la historia de David Montes, en "Amor a diez mil metros de altura"el hermano mayor de tres hermanos, ellos tuvieron que vivir una terrible perdida, pero gracias al amor incondicional de Alejandra, su segunda madre y Fernando, quienes cumplieron el rol de padres, ellos salieron adelante, ahora es el turno de Duvan y Dominic.
Se verán enfrentados a dos hermosas chicas, con personalidades totalmente opuestas, pero que poco a poco, van a demostrar, que la teoría de que los polos opuestos se atraen, es cierta, acompáñame en esta increíble historia.
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CAPITULO 13
Dominic Montés
Por primera vez acepté una salida con Duvan, el tipo de ambiente que a el le gusta, es muy pesado para mí, pero está vez lo hice, al ver la preocupación en su rostro, sabía que algo lo estaba atormentando.
- y entonces, ¿me vas a contar que está sucediendo contigo? ¿dejaste a alguien embarazada?-- el tomó un trago de su whisky y negó.
- No, tu sabes que yo me cuido mucho, puedo ser un mujeriego, pero soy muy responsable, y no, no es eso-- volvió a beber de su vaso, yo le sostuve la mano
- Bebe con más lentitud, te vas a emborrachar muy fácil-- el dejó el vaso sobre la mesita.
- Creo... Creo que me gusta alguien -- dijo y yo comencé a reír.
-¿Alguien?, a ti te gustan muchas -- dije.
- No en ese sentido, creo que es un gusto diferente... Pero te confieso que tengo miedo-- mi semblante se torno serio, supe que realmente necesitaba ayuda.
- Puedes confiar en mi, prometo que te voy a escuchar y no te voy a juzgar, ¿de quién se trata? --
-Es... Es Mercy -- finalmente dijo.
- Pero la conoces hace solo dos dias-- le dije y el asintió.
-¿Crees que no lo sé? Por eso estoy así, no se que sucede conmigo, tu más que nadie me conoces, sabes que yo no me enamoro, nadie me gusta, solo me atraen y solo es sexo ocasional -- respondió.
- ¿y que pasa con Lilieth?---
- Ella no significa nada, solo es sexo asegurado, pero no me gusta, solo es atracción física-- pude entenderlo un poco.
- Quiero qué tengas en cuenta que ella es nuestra empleada, no lo vayas a arruinar, pero no me malinterpretes, si descubres que de verdad te gusta y estás enamorado, siéntete libre de hacer lo que quieras, pero si es un juego, lo mejor es que deseches esas ideas, ella no se ve como las chicas que acostumbras a conseguir, se ve una buena chica -- le dije y el me miró.
- Lo sé, por eso es más difícil asimilar todo esto, no es tan sencillo como llevarla a la cama y saciar mis ganas, sé que ella es diferente, por eso no sé que hacer-- volvió a beber de su vaso.
Tomé una cerveza más, y decidí ir al baño, como Duvan estaba ocupando el del salón VIP, decidí ir a buscar el baño general del club.
cuando lo hallé, entré e hice mis necesidades, y regresé por el pasillo por el que había salido, cuando ya estaba por entrar al salón VIP, me encontré de frente con Sara, llevaba una camisa negra, una falda con un delantal y una bandeja en sus manos.
-¿que haces aquí?-- le pregunté como si me sintiera con el derecho de saberlo.
- ¿tengo que responder esa pregunta? ¿no es obvio? Estoy trabajando -- respondió y continúo caminando.
- Aún no te he dicho que te puedes ir, estamos hablando-- le dije y ella me mostró una sonrisa falsa.
- No necesito tu permiso, tu no eres mi jefe, recuerda que no me diste trabajo, y si necesitas que esté un tiempo contigo, tienes que pagarle a mi jefe para que pueda hacerlo, mientras tanto, déjame trabajar tranquila -- dijo y continúo caminando.
yo fui tras ella, pero recordé lo que me dijo "si necesitas que esté un tiempo contigo, habla con mi jefe" en ese momento lo ví, era una amigo de Duvan, me acerqué a el y le comenté lo que necesitaba, mandó a llamar a Sara con una de sus compañeras, al rato llegaron las dos.
- Sara, necesito que te encargues de atender el salón VIP donde está mi cliente, por favor, brindales una buena atención, son mis amigos -- finalizó y ella asintió, luego me fusiló con su mirada.
Caminamos hacia el salón, y entré, me sorprendió ver a Duvan completamente borracho y dormido sobre el sillón.
- Vaya, se nota que han tenido una buena fiesta -- comentó aquella chica.
- Solo el, lo acompañé porque necesitaba un trago, soy su hermano, no puedo dejarlo solo -- le dije.
- mmm, ya veo, entonces señor, que deseas tomar, te lo traeré enseguida --
- Quiero que hablemos--
- ¿Sobre que?, tu y yo no tenemos nada que hablar-- dijo.
- Si, tenemos que hacerlo, quiero saber, ese día en mi oficina, por qué me besaste, además por qué no regresaste a preguntar por el trabajo-- ella se cruzó de brazos.
- te besé, por qué así lo quise en ese momento, además en tu apartamento, tu me besaste primero, y respondiendo a tu otra pregunta, no regresé por qué no lo ví necesario, a ti te molesta tenerme cerca, y yo no soy una estatua que no pronuncia ni una sola palabra, o que acostumbra a quedarse quieta, yo no soy así, y conmigo no vas a hallar tranquilidad-- dijo.
- Está bien, tienes un punto, pero te voy a pedir algo, no me beses cada vez que se te de la gana, ya sé que estás loca, pero soy hombre, también siento, y se que eres lo opuesto a lo que yo soy, pero aún así, me siento atraído y no soy un chiquillo para andar con juegos y lo que más deseo, es que mi tranquilidad no se vea afectada-- ella sonrió orgullosa, dejó a un lado la bandeja y se acercó a mi con pasos firmes.
- ¿si? Y si yo quiero besarte las veces que se me de la gana, ¿que harás? ¿lo vas a evitar?-- miré hacia el techo por unos breves segundos, luego volví a conectar mi mirada con la de ella, y no alcancé a responder cuando se paró en la punta de sus pies y me besó.
El alcohol no es el mejor consejero, terminé por ceder ante su atrevimiento, la agarré de la cintura y la pegué a la pared, ella cubría mi cuello con sus manos, sus dedos largos acariciaban mi cabello y daba pequeños tirones, por un momento guíe mi vista hacia mi hermano y ví que comenzaba a moverse, así que rápidamente tomé a Sara y la guíe al bañó, allí me encerré con ella, dejamos las luces apagadas pero aún así había una tenue iluminación que producían las luces led, la agarré de nuevo de su cintura y la subí sobre el lavabo, ella abrió sus piernas y me acercó más a ella.
Bajó sus manos hasta el borde de mi blazer y me lo quitó con desesperación, al igual que los botones de mi camisa, uno a uno los fue desabotonando a gran velocidad, yo llevé mis manos a sus piernas y comencé a subir mis manos por sus muslos, llegué al borde dónde llegaba su falda y comencé a empujarla hacia arriba, hasta dejar sus bragas al descubierto, ella retiró mi camisa y luego se quitó la suya, dejando sus pechos cubiertos por su brasier, frente a mi cara.
Pegué mis labios a sus pechos, ella gimió al sentir mis labios succionando suavemente la altura sus sus senos, agarró con fuerza mi cara y la levantó a la altura de la suya, de nuevo junto nuestros labios, sus besos fuertes y posesivos, sobrepasaron a lo que estaba acostumbrado, aún así seguí su ritmo, y encontré en ellos un gusto especial.