Gracias A Mi Lobo

pasado.

es un estúpido, perdió la puta razón y encima se irá a Francia- la voz de Theo se escuchaba en toda la habitación -te deja sola cuando dijo que te amaba más que a su vida, hijo de puta-

Gaby calmaba su enojo poniendo su mano en su hombro, mientras que él seguía despotricando contra quien había sido o quizás aún era su mejor amigo.

¿De cuánto estás?- la pregunta de Luna hizo que todos giraran a verme.

Luego de que Orión saliera por la puerta, me quedé llorando arrodillada en el piso durante bastante tiempo, hasta que conseguí la fortaleza de llamar a Nico y él se hizo cargo de venir con todos.

De 2 meses, hoy me descompuse durante la clase y en la enfermería me lo confirmaron, mañana tengo turno con una obstetra para ver si están bien- mi voz estaba tan apagada que a duras penas la escuchaba yo misma.

Sabes que estaremos contigo ¿verdad?- la voz de Nico también era un susurro.

Asentí sin poder decir nada más, sentía una opresión en mi pecho y me estaba costando respirar normal. Me dolía, pero no solo el cuerpo, me dolía el alma y el corazón, lo amaba tanto y terminó por destrozar todo aquello que habíamos construido, pero la culpa fue mía, porque desde el principio debería haber sospechado que él no se arriesgaría por mí como yo si lo había hecho por él.

Theo desapareció de mi casa en cuanto vio que volvía a llorar desconsoladamente, sé que muy a flor de piel quería matarlo, jamás pensó que su amigo haría algo así, supongo que para él, darse cuenta de que siempre se juntó con un cobarde y sin honor fue un golpe bajo. Luna, sin embargo, era más positiva, diciéndome que pronto, quizás más pronto qué tarde aparecería a pedir disculpas y a querer formar parte de nuestra vida nuevamente, pero yo ya no quería verlo.

Las primeras semanas, mis cuatro amigos fueron un gran sostén para mí, me acompañaban al médico y me obligaban a comer aun cuando después terminaba en el baño devolviendo todo. La médica que llevaba mi embarazo les había advertido que si no empezaba a salir de la depresión, tendría riesgos, aparte de que nos había dado la sorpresa de que eran dos. Nico fue el que más compañía me hizo, aun cuando los demás estaban, él se tomó muy en serio el papel de hermano de corazón y se quedó un tiempo en casa junto con Luna.

Ya estaba de 5 meses cuando decidí ir a la empresa a ver a Orión, necesitaba terminar de confirmar algo o quizás cerrar de una vez por todas ese capítulo que tanto daño me hacía. Sabía por Theo que había regresado a poner orden en una de las empresas familiares, así que decidí hacerle una visita.

Bajo un hechizo para que nadie me reconociera, subí por el ascensor hasta el piso veinte donde se encontraba su oficina. Golpee la puerta y lo que vi me dejó aún más helada, el estaba sentado en el sillón y su prometida sentada en el escritorio riendo como si fuesen una pareja de verdad. Sabía que habían pospuesto por un año el matrimonio y al parecer era para poder conocerse mejor o al menos así lo decían los periódicos.

¿qué haces aquí?- su mirada era fría y me sentí tan idiota por haber venido, que de no ser por el poco valor que aún recorría mi cuerpo de seguro hubiese salido corriendo.

Venía a hablar, pero veo que es mal momento- le dije dando la vuelta para irme, por suerte la ropa que usaba no dejaba ver mi panza.

No queda nada que hablar- podía sentir una tristeza en su voz, pero seguramente lo imaginaba, su prometida sé bajo dele escritorio y me miró con ¿lástima?.

Te mandaré los papeles con mi abogado- le avisé antes de que nuevamente me largara a llorar.

¿Vas a demandarme?- un atisbo de enojo cruzó su rostro y me sorprendí. Tantos años a mi lado y realmente pensaba que podía ser una persona interesada, otra mueca de dolor paso por mi cara, mis ojos terminaron por traicionarme y llorar.

Jamás me importo el dinero, creí que lo sabías bien. Quiero que firmes un acuerdo inquebrantable, no me volverás a ver y jamás sabrás de ellos, no puedes reclamar nada y tampoco quiero nada que venga de ti- no deje que me dijera nada más y salí de aquel lugar.

Mientras bajaba por el ascensor, seque la última lágrima qué pensaba derramar por él y salí del edificio sin mirar una sola vez hacia atrás.

Una semana después, Theo vino a mi casa con el contrato firmado por ambas partes y los nudillos llenos de sangre, me dijo que le dio bronca que firmara sin siquiera leer lo que estaba escrito allí y terminó por enojarse lo suficiente cuando le pido que me cuidara. Me contó que los de seguridad no podían separarlos y que a pesar de que eran amigos, él le deseo que en su futuro, jamás consiga volver a tener la felicidad que alguna vez vio que tenía conmigo.

Luna también había dicho cosas parecidas, pero sé que ella al final lo perdonara, Orión fue su mayor pilar cuando decidió dar de baja su contrato de matrimonio y sus padres la desheredaron por aceptar casarse con Nico.

Estaba de 6 meses cuando decidí que ellos serían sus padrinos y también les revele el sexo de los bebés. Con Gaby y Luna pasamos noches eligiendo nombres para ellos y planeando un BabyShower par acelerar que venían en camino, aunque seríamos solamente los 5 en la fiesta.

Theo y Nico me ayudaron a pintar y decorar la pieza que sería de ellos, a armar las cunas y a acomodar toda la ropa que desde mis 3 meses de embarazo, Luna les había estado haciendo. También compré juguetes y libros para que tuviesen, Gaby fue la que me ayudo a poder terminar más rápido mi carrera, era la mejor manteniéndome despierta para adelantar los exámenes.

El último mes de embarazo, ya me sentía tan pesada, que Nico había puesto una cama en el living, porque me costaba mucho subir las escaleras. Entre los cuatro se dividían los días para poder estar a mi lado en caso de que se adelantara el parto, ninguno quería dejarme sola y agradecí completamente al destino que los haya puesto en mi camino, porque sé que sin ellos me hubiese costado mucho poder seguir.