Hijo De Sangre

Historia desarrollada en el patio de la casa del antiguo gobernador

Airet se encontraba meditando su reciente castigo por parte de su padre en silencio pero se vió interrumpido por Ezequiel.

—Tu padre está un poco irritable, pero debes entenderlo. Ha pasado por mucho y lo peor de un tormento es el saber que la cura está cerca, la espera es un sufrimiento aún mayor.

—Siempre se debe hacer lo que él dice, no escucha ideas nuevas ni frescas.—Tanto tiempo encerrado debió generarle algún cambio mental pero no, él sigue siendo el mismo controlador que castiga cuando alguien le contradice.

—Eres un muchacho muy inteligente, en algún momento llegará tu oportunidad para que brilles como debes y en ese podrás demostrar lo que eres. Pero eso momento no es ahora.

—¿Lo que soy?—Mostraba un poco de desprecio ante esas palabras.—Nadie sabe lo que yo soy, sería interesante descubrirlo.

—Eres un ser único y especial.—Lo seguía alentando colocando su mano en el hombre de Airet.—Llevas la sangre, el linaje de tu padre, un ser superior capaz de vivir siglos. Además gracias a qué tú otra mitad es parte humana, no heredaste las debilidad de tu padre. No necesitas sangre tan seguido como él ni tampoco te debilita el sol. Puedes caminar debajo de sus intensos rayos sin problema.

—¿Todo eso de qué me sirve si tengo que vivir escondido y sin dar a conocer al mundo quién soy? 

—No pienses en lo que puedes ser y hacer, piensa en vivir y disfrutar de tu existencia, si no disfrutas heredarás un carácter peor al de tu padre.—Ambos reían suavemente.

—Tú siempre me levantas el ánimo.—Le dijo mientras aún sonreía.—Has hecho mucho por la familia y serás recompensado.

—No me interesa más recompensa que seguir viviendo. Todo esté tiempo juntos he aprendido a ver la vida diferente.—Miró hacia arriba.—Al compararla con su larga existencia, la vida humana es fugaz y la desperdiciamos intentando obtener cosas que nunca disfrutaremos como se debe por lo corta de nuestras vidas. Toma el ejemplo de tu madre.

—¿Qué ejemplo puedo tomar de una mujer que no tiene alma?

—Debes dejar de ver las cosas malas en todo, dale la vuelta y empieza a ver lo positivo.—Puso su mano sobre su cabeza a modo de caricia.—Esa es una lección que aprendí de tu padre y me ha sido muy útil.

—Pues lo positivo es que gracias a ella estoy en este mundo.—Miró al cielo para poder poner en claro sus ideas.—Además su devoción, no abandona a mi padre aunque su mente no funcione bien, sigue siendo la persona más leal en este mundo. Eso me enseña que debo ser leal conmigo y ser decidido en mi vida… Hablar contigo siempre me deja las ideas claras. ¡Gracias Ezequiel!

Historia desarrollada en la posada del pueblo

—¡Buenas tardes señora!—Muy cortés saludaba Walter a la dueña de la posada.—¿Qué ha habido de nuevo?

—¡Buenas tardes joven!—Regresó el saludo de la misma forma.—No mucho, como siempre. Una pequeña vino ayer por la tarde y se está hospedando aquí.

—¿Una chica sola?—Preguntó muy sorprendido.

—Así es. Aparentemente vino de visita con su familia pero ellos no tenían espacio en su casa así que ella se quedará aquí por su comodidad.—Le respondió tan alegre como siempre.—Su prima la acompañó aquí.

—Entiendo…—analizaba Walter.—pero, ¿No le informó de la situación actual en el pueblo? Me parece algo peligroso que esa chica ande sola por aquí con las tragedias que han pasado.

—¡Santo Dios!—Llevó sus manos a la cabeza.—No lo recordé, han desaparecido chicas precisamente con sus características. Pero por suerte usted está hospedado aquí ¿No?

—Bueno sí, pero yo no soy precisamente un guarda espaldas.—Le dijo apenado.—Mi trabajo realmente es investigar, llegar a la conclusión y avisar al cuerpo de policía para que ellos capturen o procedan según lo amerite.

—Por cierto ¿Cómo va el caso?, ¿ya logró averiguar algo?

—No mucho en realidad, la persona detrás de esto está haciendo un excelente trabajo.—La miró profundamente.—De hecho me gustaría contar con su apoyo con unas respuestas.

—Por supuesto, usted pregunte y yo respondo.—Muy dispuesta y amable se mostraba la posadera.

—Muchas gracias, dígame ¿Cuánto tiempo lleva el gobernador actual en el poder?

—Ummm, debe tener cuatro años si no mal recuerdo. Pero aquí la política es un juego, él ya había sido gobernador hace unos tres años y otros nueve años atrás. Ha vuelto al poder en dos ocasiones.

—¿Y usted ha conocido a todos los demás? 

—¡No que va! si no soy tan vieja ni residente de este lugar.—Se divertía con las preguntas como si estuviera en televisión y ella fuera la gran estrella entrevistada.—Mi difunto marido me trajo a este pueblo hace diez años. Alguien le metió la idea que este pueblo era muy buen lugar para invertir en bienes raíces. Supuestamente había un problema de población e intentaban atraer a más habitantes. Rematar terrenos fue la estrategia perfecta para lograrlo.

—¿Qué había sucedido antes de ese tiempo en el pueblo?

—No lo se bien señor, creo que era un pueblo nuevo el cual querían hacerlo importante.—Movió las manos en señal de disculpa.—Yo no acostumbro a leer ni ir a los chismes, todo lo que me entero es porque estoy atendiendo aquí. La misma gente le va contando lo que ocurre o sus mismas experiencias. Pero hace años que esto está más vacío que nada, así que no me entero de muchas cosas que han pasado recientemente.

—Me imagino entonces que no ha escuchado o conocerá a alguien que le parezca sospechoso.

—Se imagina bien señor. Aunque déjeme decirle que los habitantes son personas muy tranquilas, prefieren evitar los problemas.—Usaba un tono como de chisme mientras ponía su mano cerca de la boca. —De los únicos que se puede sospechar y que serían capaces de lo que fuera son de los políticos, pero eso no solo en el pueblo si no en cualquier lugar.

—Dígame algo más.—Walter quería seguir descubriendo cosas para su investigación, quería ir bien armado antes de enfocarse en los políticos. —¿Quién sería la persona más grande o de mayor tiempo de residir en este pueblo?

—Ummm…—suspiraba mientras pensaba a fondo la respuesta.—En cuanto a la edad hay muchas personas, el pandero, don Rubén el de la calle gris, las señoras del mercado. No sabría decirle con detalle quien es más viejo. Lo que le puedo decir es que el sacerdote Rolando que vive en la iglesia del Manto, esa que está a las afueras del pueblo por la zona este. Es la persona que puede ayudarle por residencia en este lugar. Se rumora que él mismo contó que vivía en este pueblo desde niño. Es uno de los pocos que oí que no llegaron sino que ya eran residentes.

Walter seguía analizando las palabras de la posadera. Sin duda su mente ya estaba procesando algún tipo de teoría respecto a lo ocurrido. Pero no podía estar seguro, necesitaba ir a investigar él mismo hablando con el padre.

Historia desarrollada en el pueblo de los Santos.

—¡Este lugar te va a encantar!—Darinka daba un recorrido a Eliz por el pueblo llegando a una famosa tienda de postres.—En este lugar vengo a sanar todas mis tristezas… que es recurrentemente.

Las dos entraron y se dejaron deleitar por muchos postres que ahí había. Pasteles, pay, flan, panes, fruta en diversas presentaciones. Todas en vitrinas transparentes para lucir su exquisita presentación.

—¡Ese se ve delicioso!—Comentaba Eliz al ver el tradicional pastel de chocolate.—Pero ¿No habías dicho que me llevarías a la escuela?

—Y lo haremos, pero esta es una parada estratégica.—Darinka seguía agarrando panes y pasteles para llevárselos.

—Si tú lo dices, está bien. Aunque no me gustaría llegar tarde, quisiera poder entrar a la escuela y estudiar como tú.

—No te preocupes por eso, el ciclo escolar no tiene mucho que empezó.—Le hablaba sin dejar de saborear los postres.—Seguro logramos convencer a la directora que te inscriba con la historia que eres mi prima y todo eso. Tómalo con calma y empieza a disfrutar tus días.

Eliz quedó contenta con la respuesta y decidió hacerle caso mostrando su sonrisa característica.