Salvaré A La Pequeña Extra

Mientras esperaban para poder ver a Laura, Sergio llevó a Sofía a la cafetería para que comiera algo y además para decirle que él había ido al hospital para estar con ella y su pequeña, como se lo había prometido antes de que subieran a la ambulancia.

SERGIO:  Se que viste cuando Karen me abrazó en el pasillo, en ese momento yo le estaba diciendo que venía a verte a ti y saber de nuestra hija de un momento a otro me abrazó y no entendía por qué lo hizo hasta que te vi irte del lugar. Tal vez no me creas por todo lo que hemos estado pasando últimamente pero te estoy diciendo la verdad, en este momento ustedes son mi prioridad.

SOFIA:  La verdad es que no te creo Sergio, dado que hace un par de semanas me insultaste por defender a Karen, es más me dijiste que te arrepentías de haberte casado conmigo y que dudabas de que mi lucero fuera tu hija..... Pero te agradezco que en estos momentos me estés dando tu apoyo. 

SERGIO: Sofi, yo…( este imbécil por qué le habrá dicho eso? No sé supone que se casaron muy enamorados y  luego de un año de casados él le pidió a Sofía la dicha de ser padre? No entiendo.)

SOFÍA: No digas nada sí, no quiero que esto termine en otra discusión.

SERGIO:  Perdón Sofía, mi intención no fue herirte con mis palabras, en ese momento no era yo (claro que no era yo, era el otro descerebrado) te prometo hacer todo lo posible por enmendar ese error.

SOFÍA: No me prometas nada Sergio, porque cuando veas a Karen se te olvidarán esas promesas y me trataras igual o peor que antes. Solo te pido que no dudes de que mi lucero es tu hija. No quiero que lastimes a mi bebé de esa manera, tu sabes que eres su adoración.

SERGIO: te demostraré que lo que digo es cierto, mi vida son ustedes dos, lamento mi comportamiento anterior y trataré de mejorar cada día para ser digno de ustedes y su amor. Y no te preocupes no lastimaría a mi lucero, porque ella también es mi lucero, es mi adoración. 

Sofía solo asintió con la cabeza esperando que lo que le acaba de decir Sergio no solo sean palabras vacías. Luego de terminar de comer en silencio, se dirigieron a la habitación donde ya habían instalado a la pequeña Laura. Ambos se acercaron a la niña y la abrazaron con delicadeza para no lastimar la 

LAURA: hola,

SOFIA: Hola mi amor cómo estás, cómo te sientes?

SERGIO: Te duele algo, corazón? 

LAURA: me duele un poco el cuerpo.

SERGIO: Voy a hablar con el  médico. 

SOFÍA: Está bien ve, yo me quedo con ella.

Sergio salió de la habitación para hablar con el médico, con respecto a la salud de Laura y saber si le administraría algo para el dolor. Después de un rato el doctor les explicó que medicamentos le administrarán a Laura durante su estadía en el hospital y si todo sale bien en cinco días le darían el alta.