está es la historia de Betty una jovencita luchadora , positiva y humilde; que sin querer atrae la atención de un hombre que es lo opuesto a Betty.
Antoni Santino un hombre con cicatrices del pasado ,desconfiado y cerrado al amor.
NovelToon tiene autorización de Carmen C. para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 13: La Sorpresa de la Vida
Han pasado dos meses desde que Betty llegó a Los Ángeles, y en este tiempo, se ha adaptado perfectamente a su nuevo trabajo. Betty es una joven entusiasta y responsable, y su dedicación ha sido evidente desde el primer día. Bajo su dirección, el departamento creativo de la empresa ha florecido. Los proyectos que ha liderado han catapultado a la compañía a un nuevo nivel, compitiendo con grandes nombres en el sector textil y del diseño. Este crecimiento ha sido tan significativo que Esteban, el presidente de la empresa, decidió nombrarla directora del departamento creativo.
Esteban no puede estar más satisfecho con Betty. No solo la admira por su profesionalismo y creatividad, sino que también le ha tomado un cariño especial. Para él, Betty es como una hermana menor, similar a Amanda, a quien protege y cuida. El rápido ascenso de la empresa se debe, en gran medida, al talento y esfuerzo de Betty, y Esteban no deja de reconocerlo.
Sin embargo, en los últimos días, Betty ha notado algunos cambios en su cuerpo. Se ha estado sintiendo más cansada de lo normal, con mareos frecuentes y un hambre inusual que la acompaña a todas horas. Ella ha tratado de ignorar estos síntomas, achacándolos al estrés y la carga de trabajo. Pero algo dentro de ella le dice que esto es diferente.
Una mañana, tras una larga y agotadora reunión sobre la posible expansión del la empresa, encabezada por Esteban y los otros directivos, Betty siente un mareo más fuerte de lo habitual. Mientras se levanta de la silla, la habitación comienza a girar, sus piernas se debilitan, y, antes de poder reaccionar, se desploma. El ruido sordo de su cuerpo golpeando el suelo llena la sala de juntas, y Esteban, alarmado, corre a su lado.
—¡Betty! —exclama, inclinándose para ayudarla—. ¡Betty, despierta!
Los otros directivos se acercan rápidamente, pero es Esteban quien toma el control de la situación. Con preocupación evidente en su rostro, pide a su asistente que llame de inmediato al doctor de la familia. A pesar de la alarma general, Betty recupera la conciencia unos minutos después, aunque se siente débil y desorientada.
El doctor de la familia llega rápidamente a la oficina. Es un hombre mayor, con años de experiencia en medicina, y al revisar a Betty, hace las preguntas habituales: cuándo fue su última menstruación, si ha tenido algún otro síntoma, cómo ha estado su apetito y energía últimamente. Mientras Betty responde, el doctor asiente lentamente, reconociendo los signos que había visto incontables veces antes.
—Betty —dice el doctor suavemente—, es posible que estés embarazada. Pero para estar completamente seguros, quiero que te acerques a la clínica para hacerte unos análisis.
La noticia deja a Betty en shock. Aunque no lo había considerado hasta ese momento, algo en su interior le dice que el doctor podría tener razón. Esteban, que ha estado escuchando la conversación, se muestra visiblemente preocupado, pero trata de mantener la calma.
—Betty, no te preocupes. Vamos a la clínica y resolveremos esto juntos, ¿de acuerdo? —le dice Esteban con una sonrisa tranquilizadora.
Inmediatamente, Esteban llama a Amanda, su hermana, para contarle lo que ha ocurrido. Amanda, al escuchar la posibilidad de que Betty esté embarazada, no duda en pedir permiso en su trabajo y tomar el primer vuelo hacia Los Ángeles. Amanda es muy cercana a Betty, y no quiere que su amiga pase por esto sola.
Al día siguiente, Amanda llega a la empresa directamente desde el aeropuerto. Esteban la recibe y juntos se dirigen a la clínica donde Betty los espera. Cuando llegan, ven a Betty en la puerta de la clínica, visiblemente nerviosa, pero cuando Amanda sale del coche, Betty corre hacia ella y la abraza con fuerza.
—¡Amanda! —exclama Betty, entre lágrimas—. No puedo creer que estés aquí.
Amanda, también emocionada, responde:
—Betty, siempre estaré aquí para ti. Eres como una hermana para mí, y no te dejaré sola en esto.
Esteban, observando a las dos mujeres, no puede evitar sonreír. Se une al abrazo, y los tres se quedan unos momentos en silencio, reconociendo la importancia del apoyo mutuo.
Finalmente, entran a la clínica y se registran. La espera en la sala es tensa, pero tratan de mantener la conversación ligera, hablando de cualquier cosa para evitar que Betty se sienta más nerviosa. Después de lo que parece una eternidad, el doctor sale y llama a Betty.
—Betty, ya puedes pasar —dice con una voz amable.
En el consultorio, el doctor les explica el procedimiento. Primero, tomarán una muestra de sangre para confirmar si está embarazada. Betty, aunque ansiosa, asiente y deja que la enfermera le extraiga la sangre. Luego, preguntando cuánto tiempo tomará el análisis, la enfermera responde que alrededor de veinte minutos.
—Trataré de agilizarlo lo más posible —dice el doctor, notando la ansiedad en el rostro de Betty—. Sé que este es un momento importante, así que te pido que te mantengas tranquila mientras esperamos.
Los minutos se sienten como horas mientras esperan en la pequeña sala. Amanda y Esteban tratan de animar a Betty, pero la tensión es palpable. Finalmente, el doctor regresa con los resultados en la mano, su expresión indescifrable.
—Betty… —comienza el doctor, mirando los papeles—. Los resultados son positivos. Estás embarazada.
El tiempo parece detenerse en la sala. Amanda, en una explosión de alegría, grita:
—¡Voy a ser tía! —y corre a abrazar a Betty, que está aún procesando la noticia.
Betty, con lágrimas en los ojos, apenas puede hablar. Una mezcla de emociones la abruma: miedo, felicidad, incertidumbre. No había esperado esto, pero ahora que lo sabe, no puede evitar sentir un profundo amor por la vida que crece dentro de ella.
El doctor interviene, tratando de calmar la euforia en la sala.
—Es importante que mantengas la calma, Betty. El estrés no es bueno para el bebé, así que trata de tomarte las cosas con tranquilidad.
Esteban, que ha estado en silencio, también se acerca y pregunta al doctor:
—¿Cuánto tiempo tiene de embarazo?
El doctor, con una sonrisa, sugiere realizar una ecografía para tener una mejor idea. Acto seguido, enciende la máquina y le pide a Betty que se acueste en la camilla y levante un poco su blusa. Aplica un gel frío en su vientre y comienza a mover la extensión de la máquina sobre su piel.
—Ahí está —dice el doctor, señalando la pantalla—. Tienes aproximadamente diez semanas de embarazo.
Betty observa la pantalla con asombro. Ahí, en ese pequeño monitor, está la primera imagen de su bebé, la pequeña vida que ahora depende de ella.
—¿Quieren escuchar los latidos? —pregunta el doctor, y todos asienten emocionados.
El sonido de los latidos del corazón del bebé llena la sala, un ritmo fuerte y constante que parece sincronizarse con los corazones de los tres adultos presentes. Es un momento sublime, uno que Betty nunca olvidará. Amanda y Esteban no pueden contener las lágrimas, emocionados por escuchar por primera vez a su futuro sobrino o sobrina.
Esteban, conmovido, pide una copia de la ecografía al doctor, y Amanda rápidamente hace lo mismo. En total, solicitan tres copias más y la grabación de los latidos, un recuerdo invaluable que todos quieren conservar.
Después de la consulta, el doctor les da algunos consejos para cuidar del embarazo, como seguir una dieta equilibrada, evitar el estrés y realizar chequeos regulares. Betty, aún abrumada por la emoción, escucha atentamente. Aunque sabe que este nuevo camino no será fácil, se siente preparada para enfrentar lo que venga. Con Amanda y Esteban a su lado, sabe que no está sola.
Al salir de la clínica, Amanda toma a Betty de la mano y le dice:
—Vamos a pasar por esto juntas, Betty. Tienes todo mi apoyo, y también el de Esteban. Este bebé es muy afortunado de tener una madre como tú.
Betty sonríe, agradecida por tener a Amanda y Esteban en su vida. Aunque el futuro es incierto, sabe que con su apoyo podrá superar cualquier obstáculo. Mientras caminan hacia el coche, el sol brilla con fuerza en el cielo de Los Ángeles, iluminando el nuevo camino que Betty está a punto de emprender.
Esa noche, de regreso en su apartamento, Betty se acuesta temprano. El cansancio y las emociones del día la han dejado exhausta, pero antes de dormir, saca la ecografía de su bolso y la mira una vez más. Las lágrimas brotan de nuevo, pero esta vez, no son de miedo ni de incertidumbre, sino de pura alegría.
Cierra los ojos, y en la oscuridad, escucha en su celular el eco de los latidos de su bebé, el sonido más dulce que jamás haya oído. Se promete a sí misma que hará todo lo posible para proteger a esa pequeña vida, para darle el amor y la seguridad que merece. Y con esa promesa en su corazón, finalmente se duerme, tranquila y esperanzada por lo que vendrá.
...****************...
Querido lector
Cada palabra, cada historia que comparto, cobra vida gracias a ustedes. Su apoyo y dedicación son la fuerza que impulsa mi pasión por escribir. Agradezco profundamente el tiempo que dedican a leer, a sumergirse en los mundos que juntos creamos.
Si alguna vez mis palabras han logrado tocar su corazón o despertar su imaginación, les pido que continúen acompañándome en este viaje. Sus comentarios, sus sugerencias y, sobre todo, su compañía son lo que da sentido a cada página escrita. Juntos, podemos seguir explorando nuevas historias, nuevos personajes y nuevas emociones.
Gracias por creer en mi trabajo. Sigamos creando juntos, palabra a palabra.
Con gratitud,
está autora que les quiere 😘