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Antes De Saber Lo Que Es El Amor.

Antes De Saber Lo Que Es El Amor.

Status: En proceso
Genre:Romance / CEO / Matrimonio contratado / Amor de la infancia / Equilibrio De Poder
Popularitas:4.6k
Nilai: 5
nombre de autor: Mel G.

Cuando el hermano mayor de Reachel, Elliot, desaparece en un trágico accidente, ella deberá tomar la presidencia de la empresa familiar, pero esta viene con una condición, casarse. El mejor amigo de su hermano, Santos, le ofrece casarse con ella para ayudarla, pero hay un problema, ella lo ha amado desde niña.

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PRESIDENCIA.

...Reachel:...

—¡Bingo! — Dijé cuando encontré la botella de vino que estaba buscando.

Volvimos con los demás.

— Madre creo que yo me voy a dormir. — Dijo Franco.

— Descansa mi vida.

— Mamá creo que también nos vamos. — Dijó Elliot.

— Pero si acabo de traer el vino. — Este aguafiestas de Elliot siempre se iba antes de las reuniones.

— Es tarde, falta poco para la inauguracion de la cadena hotelera y debemos trabajar.

— Pero están ebrios,¿por que no se quedan?

— Madre traemos a Emil, no te preocupes.— Se negó mi hermano.

— Está bien.

— Si no les molesta a mi me gustaría seguir bebiendo. — Santos me quitó la botella.

— Pues yo me quedo contigo, y que se vayan estos aburridos. — Me senté a lado de él y me sirvió vino tambien.

Habiamos tenido una discusión debido a que el me estaba confesando que estaba enamorado de alguien, no lo soporté y me enojé, ya lo hablamos y todo está bien, ya no continúamos con el tema.

Santos y yo somos como hermanos, nos conocemos desde niños y el vino a vivir a nuestra casa cuando su custodia quedo a cargo de mis padres por que sus padres murieron en un accidente cuando él tenía catorce.

— Señora fue un placer haberla conocido.— Se despidió el padre de Elena de mi madre

— El gusto fue todo mio.— Respondió ella.

Elena también se despidió todos terminaron por marcharse.

— Hija no vayas a beber demasiado. Santos te la encargo. — Se preocupó mi madre.

— No se preocupe señora yo la cuidaré.

Mi madre se marchó a su habitación y me quede sola con el.

—Lamento mi comportamiento. — Le dije.

— Ya quedó en el pasado ¿no? . — Sostenia la copa en su mano.

— De quien sea que estes enamorado te deseo toda la felicidad del mundo.

—Ambos estabamos recargados sobre el sofá.

Solo se limitó a dar un gracias.

Estuvimos mas tiempo bebiendo y riendo.

— Me habría gustado que se quedaran Elliot y tu a dormir. — Le dijé.

— Elliot esta pasando una nueva etapa, solo desea estar con su esposa y es normal. — Puse cara triste. — Pero yo puedo quedarme si quieres.

— ¿De verdad? — Pregunté feliz.

Asintió con la cabeza. Me recosté en su hombro.

El dio largo suspiro.

— ¿Que te pasa? — Volte hacia arríba para observarlo.

— Na… — Se quedó quieto cuando su rostro quedó muy cerca del mío. Vi su mandíbula tensarse y tragó saliva.

Nuestras miradas se cruzaron, nuestras narices se estaban rozando, podia sentir su aliento a vino en mi rostro.

Nuestros labios terminaron por tocarse, no hubo movimiento de labios pero duró unos segundos.

Nos apartamos sobresaltados, el se pusó de pie.

— Aaah, aaah. — Se movía de un lado a otro.

— Ya me voy a dormir. — Me levante tratando de escapar de la situación.

— Si si, esta bien.

Me dirigí a mi habitacion.

Me desperté, ya había amanecido, otra vez había soñado con la vez que Santos y yo nos besamos.

Después de desayunar comence ayudar a mi cuñada Elena con una sorpresa que prepararía para a mi hermano Elliot, el de ayer se enteró que estaba embarazada.

Me encontraba colocando unos pequeños pies de bebé en el suelo, subi un poco a la párte de la escalera para seguirlos colocando.

Santos llegó en ese momento, el no me vio pero yo si pude verlo desde donde estaba. El hombre que me robaba los suspiros.

Lo detalle desde mi lugar cuando Elena paso junto a mi para ir por unos documentos, el comenzó a revisar su telefono.

Traía un traje negro sin corbata. Su piel estan broceada yo se que es por que le gusta hacer ejercicio al aire libre, su barba rebajada que me hacía delirar, además de sus ojos aceitunados que me encantan.

El no me había observado.

En eso llego mi madre.

— Señora Aurora. — La saludó el.

Yo ya no vivía con mi madre desde hace tiempo debido a que ya era muy difícil vivir con mi hermano Franco. Así que me mude a casa de Elliot y su esposa en lo que encontraba un lugar que me gustara.

Mi madre parecia extrañada un poco por la decoración de la casa.

Desvió su vista a la nota que estaba sobre la mesa y la tomó, Elena venia de regreso.

— ¿Estas embarazada? — Le pregunto mi madre con la nota en la mano.

— Así es señora.

— ¿De Elliot? — Note que Elena se contuvo de responderle a mi madre.

— ¿De quien más podría ser mamá? — Le pregunté molesta.

— Solo, quería asegurarme.

— ¿Elliot va a ser papá?— Le pregunto Santos a mi cuñada.

Ella asintió con la cabeza.

— Por eso estaba tan raro el desgraciado. — Dijó como si algo hubiese tomado sentido.

—Hoy voy a darle la noticia les pido por favor que guárden el secreto.

El padre de Elena llegó de pronto a toda prisa.

— Hija debes ver esto.

Mi padre encendió el televisor.

Todo nos acercamos.

“El avión privado donde venía el empresario, Elliot Zenón a tenido un accidente, el avión se ha desplomado mar abajo, se dice que pudo haber sido una falla técnica, aunque aún no se sabe con certeza. En el avión venía el empresario, su secretaria, dos pilotos y dos sobrecargo. Hasta el momento sólo se han encontrado los cuerpos de una sobrecargo y los dos pilotos. Seguimos en espera de más noticias”

Romina que venía del jardin en ese momento, soltó el jarrón con Flores al ver que Elena iba a desmayarse.

Santos quien estaba más cerca de ella alcanzó a sostenerla antes de que cayera.

...****************...

Toda esta semana se ha llevado a cabo la búsqueda de mi hermano Elliot, hoy porfin nos dijeron que la búsqueda se ha detenido y que lo han dado por muerto.

Franco no podia esperar a quedarse con la presidencia, así que programó la lectura del testamento de Elliot y de mi padre para el día de hoy.

Me vestí de negro, puesto que estaba de luto por mi hermano, mi madre también.

Santos llegó por nosotras y fuimos por Elena.

Cuando llegamos ella estaba en el jardin perdida en sus pensamientos.

— Elena— La llame. — Venimos por ti.

— ¿Para que? — La esposa de mi hermano tenía su mirada triste y su ojos cristalizados.

— Han tenido que suspender la búsqueda. — Dijó Santos.

— Pero ¿por que? Tal vez esté por ahí necesitando ayuda, no pueden simplemente dejar de buscar.

— Elena ya peinaron la zona, el mar, tal vez nunca lo encuentren.

— ¡Pues me niego, me niego rotundamente! — Se me hizo un nudo en la garganta al escucharla.

Era entendible su dolor, estaba embarazada y acababa de perder a su esposo.

— Ofiacialmente los han dado por muertos. — Pronuncié con dificultad.

— No. — Se negó al borde del colapso.

— Elena tienes que tranquilizarte por tu bebé, puede hacerle daño. — La abrace y una lágrima se derramó por mi mejilla.

— No voy a poder aceptarlo, no miéntras no tenga su cuerpo frente a mi. Simple te no puedo aceptarlo.

— Elena tranquilízate por favor.

— Vinimos por ti por que hoy sería la lectura del testamento de Elliot. — Le Dijó Santos.

— No me importa, no se debe leer por que el va a volver.

— Claro que si, mi hermano va a volver, solo es para ver que pasará en este corto tiempo en lo que él vuelve. — Le seguí la corriente para convencerla de acompañarnos. — Solo es para que sus cosas no estén sin atenderse por este tiempo. ¿Si ? Acompañamos por favor. — Pedí de manera dulce.

Asintió con la cabeza.

...****************...

— ¿Que esta haciendo el aquí? — Preguntó Elena furiosa al ver a mi hermano Franco sentado en el estudio.

— Relájate, solo vine a que me entreguen la presidencia y después. — Trono los dedos.— Me voy.

— ¿Debes estar muy feliz de que tu hermano no esté verdad?— Le reprocho.

Franco había hecho unas cosas desagradables y tenía sus roces con Elliot y Elena, es por eso que ella no lo quería ahí.

— Te has vuelto loca, por supuesto que me duele lo que le paso a mi hermano. — Ni Franco creía sus propias palabras.

— Señores por favor, estamos aquí en memoria del señor Elliot, para hacer cumplir su última voluntad, no debemos discutir. — Puso orden el notario.

— Elena vamos a sentarnos.

Tanto Elena, Santos y yo, tomamos asiento, Mi madre y Franco ya se encontraban sentados junto con el notario.

— Nos encontramos aquí reunidos para dar lectura al testamento de del señor Elliot Zenón. — Comenzó el notario.— Yo Elliot Zenón en pleno uso de mis facultades mentales, hago constar que mis bienes serán heredados por mis hijos futuros.—Si al menos el se hubiese enterado que su esposa esta embarazada. — Si al momento de mi muerte, estos no existen, mi única heredera será mi esposa o señora, Elena Zenón o Elena Lujan cualquiera que sea el apellido que está porte al momento de la lectura.

Evidentemente Elliot lo estipuló así por si se le ocurría a mi madre o a Franco impugnar su testamento, alegando que Elena no es en realidad su esposa.

Franco comenzó a reír. — Te sacaste la lotería, al final el resultado fue el que se esperaba al principio. — Elena estaba apunto de irse a la yugularla de Franco, mi hermano en verdad era exasperante.

— Si esta decide aceptar la herencia, deberá garantizar de por vida, el sustento de la señorita Reachel Zenón y la señora Aurora Zenón. — Mi hermano siempre pensando en nosotras. — Nombró al señor Santos Bianco albacea, quien a su vez debe seguir apoyando a la señora Elena en los negocios y colaborando con ella, además de instruirla para que pueda hacerse cargo.

Era entendible que mi hermano le dejara todo a la mujer que amaba.

El notario prosiguió hacer lectura de los bienes y deudas, Elliot poseia una gran fortuna, se podia decir que era casi el dueño del país.

— Y a mi no me dejó nada el infeliz. — Dijó Franco una vez que el notario terminó de leer el testamento.

Era un maldito sinvergüenza.

— Franco por Dios es tu hermano, por quien estamos de luto. — Lo reprendió mi madre.

— Como sea, ya vayamos a lo que me interesa, la presidencia de la empresa. — Se dirigió al notario fastidiado.

Franco y Elliot siempre han peleado por la presidencia de la empresa, pero Franco tuvo que aguantarse ya que mi padre dejó dicho en su testamento que sería Elliot quien la tomaría. Me alegraba ser mujer y ser la menor para no estar inmiscuida en esa pelea sin fin. Aunque si quiero trabajar ahí, no tanto por querer algún beneficio de esta, sino por lo que está habia significado para mi padre en su vida.

— Por supuesto.— El tomó otros papeles, leyó la párte donde Elliot quedaba como único heredero del testamento de mi padre.

— Esa párte ya la sabemos, vayamos a la párte donde dice que tendré la presidencia. — Pidió Franco impaciente.

— Claro.— El notario se aclaró la garganta con vergüenza. — En el caso de que el señor Elliot rechace la presidencia y todo lo que esto conlleva, o si el ya no se encuentra con vida, será la señorita Reachel Zenón, quien tome dicho cargo, quedando como la heredera Universal, con los mismos derechos y obligaciones que el señor Elliot hubiese tenido al heredar esto. Asegurando el sustento de por vida de su madre la Señora Aurora Zenón y el señor Franco Zenón.

— ¿Que? — Se levantó Franco indignado. Golpeó la mesa. — Esto es un atropello.

No pude disimular mi sorpresa, vi a mi madre y estaba igual de sorprendida que yo, Elena tenía una pequeña sonrisa al ver a Franco tan enojado y Santos, el no estaba para nada sorprendido.

— Señor Franco no he terminado. — Dijó el notario.

— Pero si esto es una maldita estupidez, como va poner a esta antes que a mi. — Como siempre haciéndome menos.

— Franco por favor serénate. — Pidio mi madre.

— ¿Como me pides que me calme, si el vegete hasta después de muerto me sigue haciendo la vida miserable?

— Respeta la memoria de tu padre, el era sabio y sabia por que tomaba las decisiones que tomaba. — Defendió mi madre a mi difunto padre.

— A mi me corresponde más que a ella mamá.

— Le corresponde lo mismo. Si tu padre así lo decidió fue por algo, así que ya serénate. — Me defendió mi mamá.

— No pienso quedarme a que me sigan humillando. Maldito viejo ojalá se esté pudriéndo en el infierno.

Tiro la silla hecho furia y salió de la sala.

Ya no me sorprendia en absoluto este comportamiento de mi hermano.

— Mamá ¿tú sabías algo de esto? — Le pregunté a mi madre.

Sentí una pequeña emocion de que papá haya creído en mi para tal trabajo.

— No no sabía.

— Solo me preocupa no poder hacerlo bien. — Era una responsabilidad muy grande, la cual mi hermano Elliot hasta ahora había hecho excelente, incluso después de su accidénte en el que había perdido la memoria.

— Tranquila, te apoyaré para que lo hagas bien.— Santos me tomó de la mano y le sonreí.

— Si me permiten seguiré dando lectura. — El notario prosiguió con la lectura de bienes y deudas. — Por último hay una condición que la señorita Reachel debe cumplir. — Me extrañe. ¿condición?— La señorita Rechel, para poder acceder a la presidencia y todos los bienes, debe contraer matrimonio en un lapso no mayor a una semana de haberse leído este documento.

— ¿Que? — ¿Acaso esto era una estúpida broma?

— De no ser así, todo pasará a una asocion benéfica y solo quedará lo nececsario para que la señora Aurora pueda vivir cómodamente sus últimos años de vida.

— ¡¿Pero que clase de broma es esta? — Me quejé — Mamá ¿tu lo sabías?

— No hija estoy tan sorpredida como tú.

— ¿Como se le ocurre a mi padre poner semejantete condición? ¿Tenia demencia senil acaso? . — Yo no pude controlar mis palabras.

— Reachel. — Me regañó mi madre.

— Perdón mamá, no es mi intensión faltar a la memoria de mi padre, pero ¿es que acaso estaba demente? — Cada vez estaba más cabreada. — Eso es machismo mamá ¿por que a Elliot no le pidió lo mismo?

— Si lo hizo.— Respondió Santos. Mi mirada se desvió hacia el. — Tu padre le dió las mismas condiciones a Elliot, solo que a el le dio cinco años para casarse.

— No puede ser. — Me deje caer en el asiento. — ¿Por que no sabíamos nada de esto?

— Lo de las condiciones se las habían leído a Ellot en privado, el iba a renunciar a la presidencia este año para que tu la tomarás, pero después llego Elena siendo su esposa, creí que el se había casado con ella antes del accidente recapacitando para quedarse con la presidencia, pero ya sabemos que no fue así, no se que decisión iba a tomar respecto a la presidencia, pero nunca supimos que si tú llegabas a tomarla tratarían de imponerte un matrimonio. Esto solo se te leería a ti en su momento.

Toda la felicidad que sentía hace un momento por ser tomada en cuenta para la presidencia se había ido por la borda.

Derrame una lágrima.

— No sé si aceptaré esto.— Me limpié.— Jamás esperé esto de mi padre.

— Señorita Reachel, tiene una semana para decidirse. — Comentó el notario.

Tomé mi bolso y salí de ahi.

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Noemi Rios
me falta el el final
Mel G.: Hola buen día querida lectora, así es, aún esta en emisión, si gustas puedes leer ¿Tu eres mi esposa? Que es una novela antes de esta.
total 1 replies
Yolanda Fuentes
me encanta seguir con la historia de Rachel y santos 👏🏻👏🏻
Rossana Centeno
excelente
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