Maryory Williams es una mujer de 33 años de edad periodista de profesión cuya carrera está a punto de ser destruida por defender a su antiguo amor de la secundaria y se encuentra en un momento muy importante de su vida porque debe enfrentar su mayor reto profesional, Porfirio Ruíz es un hombre de 33 años, un exfutbolista exitoso el cual está enfrentando el peor momento de su vida
NovelToon tiene autorización de @maryurisve para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo XIII: Fiesta de exalumnos parte 3
Dalia observaba a su alrededor y aún no comprendía que había ocurrido y lo único extraño es que sentía un poco de ardor en la zona de su hombro en la cual recibió el pinchazo
-No seas cobarde y da la cara – Gritó Dalia
Carelia se encontraba escondida porque no quería ser descubierta, quizás se debía a la adrenalina del momento,
pero no sentía miedo después de todo Dalia representaba un obstáculo para estar con el hombre que amaba
-Da igual porque de todas maneras voy a descubrir quién eres y cuando eso, ocurra, lo vas a lamentar – Advirtió Dalia
Dalia sabía que podía perder el tiempo y no le dio mucha importancia porque debía alcanzar a Porfirio antes de que la medicina le hiciera efecto, estaba muy enojada consigo misma porque fracasó en su plan para deshacerse de Maryory, sabía que necesitaba destruir la jeringuilla, no obstante, no tenía tiempo en ese momento
-No puedo dejar que Porfirio se marche de la fiesta en compañía de Maryory – Dijo Dalia con preocupación
Carelia la seguía a cierta distancia porque no quería llamar la atención de los otros invitados a la fiesta, sin embargo, quería estar presente y verla sufrir
-No sé por qué Dalia se tarda tanto – Dijo Ronald con preocupación
Ronald observaba a las personas a su alrededor y le preocupaba que algo saliera mal, a pesar de que ambos habían acordado ignorarse el resto de la noche para no levantar sospechas, sentía que algo no estaba bien
-Porfirio no necesitabas ir en mi ayuda, además no creo que debas estar cerca de Dalia
-Eso lo sé Maryory, pero no quería que Dalia hiciera un escándalo y te hiciera sentir avergonzada
Porfirio caminaba un poco apresurado porque se dio cuenta de que algo no estaba bien con él en ese momento y lamentaba mucho haber tomado un poco de esa bebida porque tenía un sabor un poco extraño
-¿Porfirio podrías caminar un poco más lento? – Preguntó Maryory
Maryory apenas si podía seguir el paso de Porfirio debido a sus tacones, además sentía que él sujetaba su mano con mucha firmeza y eso no formaba parte de su carácter
-Lo siento, pero realmente necesito regresar a mi casa ahora – Respondió Porfirio
Ambos salieron por una puerta lateral sin despedirse de los otros invitados y en medio de su desesperación
Porfirio buscaba su auto y no podía encontrarlo
-Porfirio Tu auto allí está estacionado – Señaló Maryory
Maryory comenzó a darse cuenta de que Porfirio no se sentía bien, así que se esforzó para caminar más de
prisa hasta llegar al auto luego de lo cual subieron a este
-Si lo prefieres yo puedo conducir – Sugirió Maryory
Porfirio negó con la cabeza y soltó el nudo de su corbata y abrió los botones del cuello de su camisa porque se sentía un poco acalorado
-Estoy bien, solamente siento un poco de calor – Respondió Porfirio
Maryory notaba su incomodidad, así que supuso que tenía fiebre, por eso puso una mano sobre su frente sin darse cuenta de que eso hizo estremecer a Porfirio y tuvo que hacer un enorme esfuerzo para no tener una erección
-No tengo fiebre – Insistió Porfirio
Porfirio tomó su mano y la hizo porque su tacto lo estaba haciendo sentir muy alterado y apenas si podía contenerse Maryory supuso que se había enojado debido a que lo tocó sin su consentimiento y esa era una invasión a su privacidad
-No puede ser que tenga tanta mala suerte – Protestó Dalia
Dalia intentaba correr tras Porfirio para evitar que saliera del lugar en compañía de Maryory ignorando que
tanta agitación haría que el efecto del medicamento se acelerara cuando llegó al estacionamiento, observó con horror como el auto de Porfirio se alejaba y antes de que pudiera hacer algo sintió como su corazón se aceleraba, luego de eso se desplomó en el suelo
-DALIA – Gritó Ronald
Carelia observaba a la distancia la escena y lo estaba disfrutando mucho, marcó el 911 en su celular, aunque
sospechaba que para cuando estos llegaran probablemente sería muy tarde para esta arpía
-No se suponía que esto pasara – Dijo Ronald estrechando a Dalia en sus brazos
Ronald notó que Dalia aún tenía la jeringa en su mano, así que la guardó en su bolsillo mientras intentaba
proporcionarle primeros auxilios y a medida que él actuaba más desesperado, el enojo de Carelia aumentaba, otras personas que notaron se acercaron para ver que estaba ocurriendo, cuando llegaron los paramédicos, Dalia aún permanecía con vida
-Podemos ir a un centro médico – Sugirió Maryory
Porfirio solamente deseaba llegar a su casa y tomar una ducha con agua muy fría y esperaba que eso lo
ayudara a calmarse, sospechaba que alguien le puso sildenafilo en su bebida y si no se daba prisa se avergonzaría mucho delante de Maryory cuando esa zona de su entrepierna se despertara y comenzara a presionar contra su pantalón haciéndose evidente lo que le estaba ocurriendo
-Te aseguro que estoy bien, así que no te preocupes – Dijo Porfirio intentando calmarla
Por suerte no había tráfico y en 30 minutos Porfirio estacionó su auto, bajó del vehículo siendo seguido por Maryory la cual no comprendía que le ocurría a Porfirio, ambos subieron al ascensor y Porfirio sentía curiosidad así que observó como ella marcaba el número 3, el apartamento de Porfirio estaba ubicado en el último, y cuando el aparato comenzó a hacer su recorrido, estaban parados uno al lado del otro y por momentos y debido a lo estrecho del espacio se rozaban, Porfirio esa noche no podía controlarse y por eso sentía la necesidad de hacerle una pregunta un poco indiscreta
-¿Es verdad que yo te gustaba cuando estudiábamos en la secundaria? – Preguntó Porfirio
Maryory no estaba preparada para esa pregunta y se sonrojó porque se sentía muy avergonzada
-No tengo por qué responder esa pregunta y más cuando ya conoces la respuesta – Respondió Maryory
En ese momento las puertas del ascensor se abrieron y Porfirio tomó la decisión de que no podía dejarla ir porque el sidenafilo solo hace efecto si la persona te gusta, así que sujetó su mano
-¿Aún te gusto Maryory? – Preguntó Porfirio con un tono de voz muy sexy
Maryory nunca lo había escuchado hablarle de esa manera y estaba muy indecisa porque la lógica le decía que debía bajarse del ascensor de inmediato, el problema es que el deseo que sentía era algo muy abrumador para ella y de forma inconsciente asintió con el rostro y escuchó como se cerraba la puerta del ascensor
-Me habría gustado que me lo dijeras en ese entonces – Le susurró Porfirio al oído
Maryory se estremeció porque estaba muy nerviosa, Porfirio la atrajo hacia él, buscó sus labios y le dio un tierno beso, luego pasó sus manos por su cintura para abrazarla y sentir su cuerpo presionado contra el suyo, cuando sintió que ella correspondía a su abrazo se sonrió y permanecieron en esa cómoda posición hasta llegar al último piso, Maryory observaba el lugar y le parecía como un sueño estar aquí sentía que debía irse cuando Porfirio nuevamente la sujetó de la cintura y apoyó su frente sobre la de ella
-No te vayas aún por favor - Dijo Porfirio
Porfirio intentaba calmarse porque no quería aprovecharse de Maryory, su respiración se sentía agitada mientras que aquello que tanto quería evitar ocurrió y era imposible que ella no se diera cuenta de lo que le estaba ocurriendo en ese momento
-Lo siento, pero no pudimos salvarla – Dijo el doctor de emergencias
La fiesta se convirtió en un caos luego de que Dalia se desplomara en el estacionamiento, porque nadie comprendía lo que había ocurrido debido a que ella se encontraba bien y de un momento para otro estaba muy enferma hasta el punto de llegar sin vida al centro médico