El Diario De Supervivencia

Ashleigh

Ir a otro piso, luego ir a otra habitación fue la mejor idea que se nos ocurrió en esos momentos de nervios y terror. Antes, específicamente en el momento en el que estábamos todos juntos, a punto de leer el siguiente relato, habíamos escuchado los pasos de alguien que se acercaba, ¿Quién más podría ser?. Era sabido que ese lunático que nos encerró en este lugar de terror, era el mismo que nos estaba buscando para torturarnos y hacernos cualquier atrocidad como si fuéramos muñecos que no sentíamos dolor. Nos asustamos y corrimos desesperados hacia distintas partes para salvarnos, ya nos habíamos dividido como idiotas, lo que justamente no tendríamos que haber hecho. Me siento como esos idiotas de las películas de terror clichés, siempre mueren cuando hacen eso. Lo que le sucedió a Lisa, Veta y Dom prueba aún más la teoría de esos clichés "ficticios". Al menos no nos dividimos en uno solo. Estoy con Brian ahora mismo, ambos nos escondidos debajo de una de la cama del cuarto. Mis jadeos, que eran causados por la agitación de la corrida anterior, eran muy notorios. Brian tuvo que poner su mano en mi boca para callarlos, así no éramos descubiertos. Ahora que estaba todo en silencio, únicamente escuchaba la respiración contenida de quien estaba a mi lado, me asustaba pensar que esa misma respiración podría soltar algún jadeo repentinamente como los míos, eso seguramente nos delataría, intento confiar en que a Brian no le pasara eso, pero se me es casi imposible por todo el miedo que mi, cuerpo tiene guardado y que no soltara hasta saber que no estamos aquí, en este hotel con aquel lunático siguiéndonos el paso para darnos todo el sufrimiento de los tan asquerosos relatos, relatos, los cuales son obligados a ser escritos por fetiche o morbosidad del enfermo.

Pasos, uno detrás de otro, siendo provocados por unos zapatos ruidosos, era notorio el desgaste del calzado con tan solo escuchar esos pasos que me provocaban un intenso temor. Estaba muy asustada, mi corazón no paraba de latir, los espirales que siempre aparecen en esta clase de momentos, cubrían mi vista, únicamente podía ver como la puerta iba haciendo abierta, su abrir temeroso, era acompañado con el típico chirrido que producían las puertas como si fuera esas típicas películas de terror con la que comparo nuestra situación. Mis manos se aferraban cada vez más a la mano de Brian que cubría mi boca, el de ojos castaños se apegaba a mí de una forma protectora y se notaba que estaba preparado para cualquier cosa que sucediese, en cambio, yo no, yo no estaba preparada para esto, estaba a punto de desmayarme por ver los zapatos caminando de un lado a otro por la cama. Él estaba buscándonos, sabe que estamos aquí y solo soltaba silbidos cantadores como para dejarnos en claro que su presencia estaba aquí solamente para buscarnos y darnos una posible muerte. Quiere eso, producirnos miedo.

El estruendo seco de las puertas del armario, que él cerro con brusquedad, me sobresaltaron e hizo que inhale aire de forma rápida al no poder demostrar mi miedo con algún grito. Quede paralizada al darme cuenta de que el ruido del calzado desgastado se detuvo. Sentía que él nos miraba de alguna manera atreves de la cama. Movió sus pies para esta vez tenerlos de frente a nuestro escondite, Brian ya se estaba preparando, en cualquier momento saldría de aquí y se enfrentaría a él, yo solo me quedaba mirando los pies de él por mi estado de perplejidad. Él estaba agachando, él estaba con una de sus rodillas en el suelo ya, el tronar de sus huesos al hacer aquella acción se escucharon perfectamente a causa del silencio de nuestro alrededor, él bajaba sus manos, solo podía ver sus codos bajando lentamente, él sostenía algo y me provocaba más terror el no saber que era. No aguanto más, no puedo ver esto más. Cerré mis ojos con fuerza al no resistir mi miedo, estoy esperando mi muerte segura, la poca probabilidad de sobrevivir se fue a la mierda por completo y todo por mi culpa, solo espero de que Brian pueda mantenerse vivo, porque estoy segura que moriré aquí mismo, justo en este momento.

Un ruido metálico cambio el ruido silencioso que había, era una escopeta que estaba siendo apuntada hacia mí, por suerte, ninguna mano la sostuvo del lado del gatillo para dispararme. Rápidamente, levante mi rostro para no tenerlo pegado contra el suelo y que mi vista no esté dirigida hacia la punta de aquella arma que se supone que me daría la muerte. Aparte mi mirada para volver a ver los movimientos de aquella persona que producía mis mayores temores, él estaba apoyando la punta de sus pies en el suelo al igual que sus manos, solo podía ver sus pies y manos siendo movidas, estaba caminando como si fuera un animal. Cada vez me estaba confundiendo más, con cada movimiento, con cada respiración, o hasta con cada sonido extraño que eran transmitidos por aquel loco, mis neuronas no me daban alguna respuesta, solamente generaban más y más preguntas. Kefor, Jacques o Tord. No sé ni siquiera cuál es su verdadero nombre ahora. Él estaba caminando por todo el cuarto con sus cuatro extremidades, a veces sé ponía de pie de nuevo con sus dos piernas, parecía buscarnos de nuevo siendo que él ya me había escuchado, como si sé le olvidará. Yo volví mi concentración en el arma, con cuidado, la tomaba lentamente, mientras mi mirada estaba dirigida a los pies de él. Brian me tomaba del brazo o del hombro como una señal de que no haga eso, no le hice caso y seguí intentando tomar el arma y atraerla de a poco hacia mí, pero cuando los pies de nuestro asesino se movían, la dejaba enseguida. En un momento, él se alejó bastante con pasos torpes, tenía sus pies visibles al otro lado de la cama, aproveche esa oportunidad para, esta vez, arrastrar más el arma hacia nosotros. Brian tomaba mi hombro, la de aquel brazo que usaba para tomar el arma, con mucha firmeza. Sé que era muy arriesgado lo que hacía, pero esa arma me preocupaba mucho, no quería que el loco vuelva a tomarla, sería una muerte aún más segura y si no tenía arma, estaba indefenso y podríamos utilizar la escopeta a nuestro favor. Sin embargo, me detuve al escuchar las palmas de las manos de él siendo apoyadas contra el suelo nuevamente, en el momento en que voltee mi rostro para verlo, él estaba quieto, sin hacer ningún movimiento, hasta que se movió bastante rápido hhacianosotros a cuatro extremidades. Solté la escopeta por miedo e iba a soltar un grito, gracias a Brian, que tapo mi boca de nuevo, no lo solté. Mire con mis ojos bien abiertos como nuestro asesino, en lugar de ir hacia nosotros, iba hacia la puerta para salir del cuarto e irse. Brian dejo de cubrir mi boca una vez que se oían los pasos alejarse por el pasillo, lo mire cuando vi el movimiento que hacía para salir de nuestro escondite. No quería salir, tenía miedo, pero Brian cerro la puerta con seguro para que lo haga, no tenía de otra, además, necesito urgente ir al maldito baño.

—Ash, ya puedes salir—me aviso Brian como para asegurarme de que nadie me metería un escopetazo entre los ojos si salía.

Salí lentamente, no por el miedo, sino, porque si me movía mucho, podría soltar todo lo que estaba conteniendo en mi vejiga. Mire mi alrededor para asegurarme que nadie estuviera aquí, aunque era obvio que aquel sujeto extraño se fue, hice eso de manera inconsciente a causa del temor, no podía no hacerlo por más que lo estuviera pensando en el momento en que estoy volteando mi rostro de forma histérica.

—Tranquila, se abra ido a otra parte—me dijo el de ojos castaños como para tranquilizarme.

—Lo sé, pero...

Y no pude terminar lo que iba a decir. Mis sentimientos ahora mismo eran tan inexplicables, o era yo la que no sabía expresarlos.

—Si, lo sé, te entiendo—me dijo y note que su mirada pasaba bastante en mí—Ashleigh... Si necesitas ir al baño, ve ahora.

Mierda, que maldita vergüenza. Estaba de piernas cruzadas y por eso abra notado que tenía ganas de ir al baño.

—¿Ahora?.

—Si, ahora, al menos que quieras orinarte encima.

Camine hacia el baño del cuarto algo lento. Me detuve en la puerta del mismo y luego mire a Brian.

—¿Qué pasa?—me pregunto confuso.

—Acompáñame...—le supliqué. Sé que es muy vergonzoso lo que estoy diciendo, pero en serio tenía miedo. Note que el rostro de Brian se puso rojo por lo que pedí.

—¿Qué...?, no Ashleigh, yo te cuido desde aquí.

—Por favor... En serio debo ir... Además, puede pasarte cualquier cosa aquí, es muy seguro que Kefor vuelva—le seguí insistiendo.

—¿Y si estamos en el baño que aras para defendernos?, ¿Tirarle un chorro de pipi en los ojos?, no Ashleigh, ve tu sola al baño.

—Brian... no aguanto...

—Santo Dios Ashleigh—murmuro Brian y soltó un suspiro. Logre convencerlo al fin.

Brian termino por quedarse conmigo en el baño hasta que termine de hacer lo mío, estaba de espaldas a mí, mientras hacía mis necesidades. Yo tenía vergüenza, claro, pero por lo menos estaba tranquila al saber que ninguno de los dos sufriríamos un ataque repentino. De lo que tenemos que preocuparnos ahora, es en saber donde se fue Kefor y el porqué se fue de ese modo, también el cómo salir de aquí, más importante aun, ¿Randy y Charlotte estarán bien?.