Sinopsis
Antes de su muerte, Anna había leído una novela de fantasía con el típico cliché de una pareja enamorada: una joven que se enamora del príncipe heredero. Sin embargo, su amor enfrenta dificultades debido a la villana Dafne De Guízar, prometida del príncipe. Aunque Dafne intenta separarlos, su compromiso es roto y se ve obligada a casarse con el gran duque Daemon Deskin, quien nunca estuvo interesado en ella. Al final, Dafne es asesinada mientras regresaba de una fiesta.
Tras su muerte, Anna reencarna en Dafne Le Blanc cuando aún es una niña. Consciente del destino que le espera, decide seguir la trama original, permitiendo que los protagonistas se enamoren. Sin embargo, cuando llega el momento de encontrarse con su futuro esposo, el gran duque Daemon, un conocido mujeriego, ella se prepara para cambiar su destino. Dafne, decidida a ganarse el corazón de Daemon, revela su verdadera fortaleza y carácter decidido.
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Capítulo 1: Renacer en la Obscuridad
La oscuridad era lo único que Lucie podía sentir. El silencio era absoluto, un vacío eterno que la envolvía completamente. De repente, una luz cálida comenzó a rodearla, trayendo consigo una sensación de paz y renovación. Lentamente, abrió los ojos, encontrándose en un lugar completamente desconocido.
Lucie: (susurrando) ¿Dónde estoy?
Estaba en una habitación lujosamente decorada, con cortinas de terciopelo y muebles antiguos. Se incorporó lentamente, notando que su cuerpo se sentía diferente, más pequeño, más joven. Se levantó de la cama y caminó hacia un espejo grande y ornado. La imagen que le devolvió el reflejo no era la suya. Era la de una niña, tal vez de unos siete u ocho años, con cabello rubio y ojos azules.
Lucie: (tocándose el rostro) Dafne Le Blanc... (recordando la novela) He reencarnado en ella.
Una mezcla de miedo y determinación llenó su corazón. Sabía lo que le esperaba en el futuro si no hacía nada. La villana que sería asesinada sin piedad. Pero ahora, con su conocimiento de la trama, tenía una oportunidad única de cambiar su destino.
Lucie: (decidida) Esta vez, no seré una víctima de la historia. Voy a escribir mi propio final.
Decidió que seguiría la trama original por ahora, observando y aprendiendo, mientras planeaba cuidadosamente sus movimientos. Tenía que asegurarse de que los protagonistas se enamoraran como debía ser, pero también debía encontrar la manera de ganarse el respeto y la confianza del gran duque Daemon.
Días después, Lucie se adaptaba a su nueva vida como Dafne, tratando de comportarse como una niña normal, pero con la mente siempre alerta y analizando cada detalle.
Sirva, la doncella: Señorita Dafne, su té está listo. ¿Le gustaría tomarlo en el jardín?
Dafne: (sonriendo) Sí, Sirva, eso sería encantador. Gracias.
Mientras paseaba por el jardín, Dafne no podía dejar de pensar en su situación. Sabía que en algunos años más, su vida cambiaría radicalmente, y debía estar preparada para cuando llegara ese momento.
Dafne: (para sí misma) Tengo que conocer mejor a los personajes. Solo así podré manejar las situaciones a mi favor.
Pasaron los años, y Dafne observaba desde lejos la creciente relación entre la joven protagonista y el príncipe heredero, rememorando la trama original y su papel en ella. Un día, mientras paseaba por los pasillos del palacio, se topó con el príncipe y la protagonista.
Protagonista: (sonrojada) Buenos días, señorita Dafne.
Príncipe: (fríamente) Señorita Dafne.
Dafne: (con una sonrisa cortés) Buenos días. Espero que tengan un excelente día.
A medida que los días pasaban, Dafne se fue ganando la confianza de los sirvientes y algunos nobles del palacio, mostrando una personalidad amable y astuta. Sabía que cada pequeño cambio que hiciera podría afectar la trama original, pero estaba determinada a no ser la villana de la historia.
Dafne: (para sí misma) Debo ganarme la confianza del gran duque Daemon. Él es la clave para cambiar mi destino.
Finalmente, el día llegó. Dafne debía partir de su casa para encontrarse con su futuro esposo, el joven gran duque Daemon, conocido por ser un mujeriego. Mientras se preparaba para partir, su corazón latía con fuerza, pero no por miedo, sino por la emoción de lo desconocido y la esperanza de un futuro diferente.
Dafne: (mirando su reflejo en el espejo) Estoy lista. Daemon, prepárate, porque no soy la joven dama presumida que todos creen. Soy más fuerte y decidida de lo que imaginan.
nunca unas lunas de miel ....
y porque ellos tienen más decisiones que el principe 😰