Natalia es obligada a casarse con el amante de su hermana gemela. Si no lo hace verá a sus padres morir delante de ella.
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Incredulidad
...Narra Natalia...
Lawrence me tragó a empujones, hasta un lugar horrible, las paredes eran oscuras, el olor a podrido, invadía cada rincón de esta habitación.
Solo había un par de lámparas alumbrado celosamente, el angosto camino que había a su interior. Era deprimente este lugar, ya que no había ni la posibilidad de que un ser humano pudiera resistir por mucho tiempo ahí.
El cuarto quedaba a unos cuantos metros de la mansión Wlod. Para, ser exactos, quedaba detrás del jardín de rosas de la señora Catalina.
No importó, como Lawrence me tratara, ninguno de los empleados hizo nada para impedirlo.
Esto era la vida cotidiana de un mafioso, nadie se atrevía ni mirarlo a los ojos, tenía miedo de ser asesinados por él.
Al llegar a la última celda, al final del pasillo, donde no entraba ni un poco de luz, había otros dos hombres.
A comparación de los hombres de afuera, estos sí, parecían unos asesinos. Me miraron y luego bajaron la cabeza.
Uno de ellos abrió la celda, y noté una sombra al final de la habitación. El hombre sacó una linterna y echó la luz al rincón.
Mirar a mi padre arrinconado en un maldito rincón de esta espantosa habitación, mi corazón se partió en mil pedazos...
Del hombre que llevaba conociendo desde hace muchos años, poco quedaba. Deseaba llorar y gritar con todas mis fuerzas, pero, sabía que iba a hacer inútil.
El demonio que se encontraba agarrando mi brazo con fuerza, no iba a permitir, que yo pudiera hacerlo.
Lawrence dominaba cada pequeña cosa que hacía. Él se había convertido en mi dueño. Le había contado que yo no era Lorett, que mi nombre, es, ¡Natalia Montenegro!.
Hija menor del empresario Ernesto Montenegro. No puedo creer, que esté imbécil, no se dé cuenta de que estoy diciendo la verdad.
¿De qué demonios sirve, qué sea un hombre muy rico, y poderoso, si no puede descubrir algo tan sencillo cómo esto?
_ Esto, no es nada comparado con lo que le voy a hacer... _ Susurró Lawrence cerca de mi oído.
Levemente, gire un poco mi mirada a mi lado derecho, mis lágrimas comenzaron a caer con bastante fuerza.
De inmediato me sacudí la mano de Lawrence, y corrí dentro de la habitación, sin importarme nada.
Me acerqué a mi padre; que no dejaba de temblar, con mis brazos y mi cuerpo traté de darle un poco de calor, mi padre estaba helado. Era como si estuviera muerto.
Por algunos segundos, mi padre, no reaccionó a mis brazos. Él continuaba clavado en ese mismo lugar, mi alma se rompía en mil pedazos.
_ ¡Papá, soy yo, Natalia!... _ Susurró en voz baja y ahogada en llanto.
Mi padre levantó un poco la mirada, al darse cuenta de que era yo, abrió sus brazos y me enredó en ellos.
Su cuerpo se encontraba totalmente golpeado, el olor a sangre, era demasiado fuerte.
Sin embargo, eso, es lo que menos me importaba. Amaba demasiado al hombre que tenía entre mis brazos.
No sé cuanto tiempo estuve abrazando a mi padre. Pero, era algo que necesitaba para fortalecerme.
_ ¡Es suficiente!... _ Sentí un fuerte jalón levantarme del suelo.
Este demonio, llamado Lawrence, me obligó a levantarme de un solo jalón de a lado de mi padre.
Sentí mi brazo arder, y las marcas de los dedos de Lawrence, marcados en mi brazo. Me pude dar cuenta, ya que el uniforme era de manga corta.
_ Solo un segundo más... _ Le Suplique, mirando a mi padre, todavía de rodillas a mi lado.
_ ¡No!... _ Respondió con frialdad.
Lawrence me dio un fuerte empujón a hacia fuera de la celda. Sin embargo, yo me quería ir todavía.
Me incliné un poco y mordí la mano de Lawrence con fuerza. No obstante, Lawrence en ningún momento me soltó.
Levantó su mano y la dejó caer con fuerza, en mi mejilla, provocando que todo se comenzara a darme vueltas dentro de mi cabeza.
El sabor a sangre invadió toda mi boca. Lawrence, había abierto mis labios y mi nariz.
_ Deja a mi hija, ¡Maldito!... _ Gritó mi padre, intentando ponerse de pie.
Sin embargo, uno de los hombres, que custodiaba la puerta, entró y le dio un fuerte golpe a mi padre en el estómago.
Como era de esperarse, mi padre cayó de rodillas, y el hombre continuó golpeando con odio…
_ ¡Basta!...
_¡Basta!...
Me puse como loca, intenté soltarme de las manos de Lawrence y correr al lado de mi padre, pero fue inútil.
Mis fuerzas no eran competencia, para las de un hombre, como era Lawrence. Me agarró con fuerza y me empujó contra la puerta de acero detrás de mí.
El fuerte sonido se escuchó dentro de la habitación. Casi de inmediato, la mano de Lawrence se colocó en mi cuello, apretándolo con mucha fuerza.
Deseaba morir, pero, no puedo dejar a mi familia en las manos de este demonio, traté de sacudirme sus manos.
Ya que el aire, cada segundo comenzaba hacerme falta. Lawrence me soltó y me arrastré hasta donde estaban golpeando a mi padre.
Luego de casi dejar a mi padre inconsciente, Lawrence levantó su mano, para que los hombres dejaran de golpear el cuerpo de lo padre.
_ ¡Es suficiente!... _ Ordenó Lawrence, para después, agarrarme y sacarme de allí a la fuerza.
Al salir, la puerta del cuarto se cerró. Me detuve de golpe, necesitaba hacer algo, para que mi padre no estuviera más tiempo ahí.
_ Señor Wlod, estoy dispuesta hacer todo lo que usted me ordene. Pero, saque a mi padre de allí.
Me dejé caer de rodillas frente a los pies de Lawrence. Tenía que suplicarle para que dejara a mi padre en paz.
Por un momento, Lawrence se quedó parado frente a mí. Miró con odio, mis lágrimas caer con desesperación, y luego solo se sacudió mis manos de sus pies y se fue.
Me quedé por mucho tiempo allí tirada, mis piernas estaban entumidas. Fue muy difícil para mí, ponerme de nuevo de pie.
Como pude entre a la mansión y subí las escaleras. Mi cuerpo me dolía horrores, sin embargo, es lo que menos me importaba…
Subí a la habitación que estaba usando desde que llegue a la mansión. Era la habitación al lado de Lawrence.
Al abrir la puerta, miré a Lawrence sentado en el sillón, cerca de la cama, parecía un rey. El fuerte olor al alcohol y a tabaco, revolvieron mi estómago.