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BUSCANDO A MI LUNA

BUSCANDO A MI LUNA

Status: Terminada
Genre:Hombre lobo / Amor a primera vista / El Ascenso de la Reina / Completas
Popularitas:17.6k
Nilai: 5
nombre de autor: CINTHIA VANESSA BARROS

“El heredero del Trono Lunar podrá gobernar únicamente si su alma está unida a una loba de sangre pura. No mordida. No humana. No contaminada.”
Así empezaron siglos de vigilancia y caza, de resguardo y secreto. Muchos olvidaron la razón de dicha ley. Otros solo recordaban que no debía ser quebrantada.
Sin embargo, la diosa Luna, que había decidido el destino de Licaón y de aquellos que lo siguieron, seguía presente. Miraba. Esperaba. Y en silencio, tejía una nueva historia.

Una princesa nacida en un lugar llamado Edmon, distante de las montañas donde dominaban los lobos. Su nombre era Elena. Hija de una mujer sin conocimiento de que provenía del linaje de la Luna. Nieta de una mujer que había amado a un hombre lobo y había mantenido su secreto muy bien guardado en su corazón. Elena se desarrolló entre piedras, rodeada de libros, espadas y anhelos que no eran aceptados en la corte. Era distinta. Nadie lo comprendía plenamente, ni siquiera ella misma.

NovelToon tiene autorización de CINTHIA VANESSA BARROS para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 23- Secreto.

Narrador.

Dentro del templo sagrado, el aire todavía sonaba con la vibrante energía de la revelación. Las inscripciones grabadas en las piedras continuaban brillando suavemente en un azul tenue, como si la esencia de la diosa se negara a desvanecerse por completo. Elena estaba sentada al borde del lago, con las manos sobre su vientre aún plano, mientras Kael la contemplaba con una mezcla de amor, miedo y respeto.

Varun, de pie a pocos metros, rompió el silencio con su profunda voz:

—Debemos mantenerlo en la sombra… al menos por ahora.

Kael se volvió hacia él, asentía sin dudarlo. Había sufrido demasiado en los días recientes como para arriesgarse a más complicaciones.

—Es cierto —añadió, frunciendo el ceño—. Si esto se conoce antes de tiempo, no podremos protegerte… ni a él.

Elena levantó la vista, con los ojos aún brillantes.

—¿Temen que me hagan daño?

Varun se acercó lentamente y se arrodilló ante ella con seriedad.

—Tememos lo que esa vida puede significar. Es el enlace entre el mundo humano y el mundo lobo. Un puente. Un milagro… o una amenaza, dependiendo de quién lo mire.

Kael le tomó la mano, con los nudillos pálidos por la tensión.

—No permitiré que nadie te toque. Pero debemos actuar con inteligencia.

Elena respiró hondo, asintiendo con tristeza.

—Entonces… no diré nada. Por mi hijo… guardaré silencio.

Al regresar al castillo, la atmósfera era completamente diferente. La luna ya no se sentía como amiga: su luz iluminaba los pasillos con un tono pálido, casi gélido. Desde el milagro que realizo Elena, el castillo había estado inundado de visitantes, y los rumores sobre la “Luna sanadora” viajaban por todo el mundo.

Elena caminaba con paso tranquilo, pero cada paso resonaba en su pecho. Aún débil, pero firme. Ya no era la misma mujer que había llegado al castillo hacía unos días.

Kael la mantenía cerca, como si su simple compañía le diera fortaleza. Varun se detuvo antes del último pasillo, lanzándole una mirada seria a la joven.

—Recuerda lo que discutimos. Tu cuerpo ya no es solo tuyo. No puedes permitirte perder el control otra vez.

—Lo sé —respondió ella—. No lo haré. Te lo prometo.

Varun asintió y se marchó sin decir más, como si supiera que la próxima batalla no requería su presencia. Estaban a punto de entrar al pasillo que llevaba a los aposentos reales cuando una voz aguda y llena de veneno emergió de las sombras:

—Veo que al fin te has despertado, Elena.

Freydis.

Vestida con un corsé adornado con hilos dorados, cada hebra proclamando arrogancia y poder, la princesa de Freedom se apoyaba contra una columna con un aire de elegante aburrimiento. Su cabello rubio, cuidadosamente trenzado, caía sobre un hombro mientras una sonrisa astuta se dibujaba en sus labios.

Kael se detuvo, tenso. Sin embargo, Elena, con una sonrisa peligrosa en su rostro, avanzó un paso.

—Princesa… —expresó con un tono dulce y burlón a la vez—. Lamento haberte preocupado. No era necesario que vinieras aquí todos los días buscando a alguien conocido. Creo que hay cosas que no se pueden forzar… como el destino.

La sonrisa de Freydis desapareció de repente. Su mirada se fijó en Elena como si fueran dagas, pero su voz se mantuvo controlada, aunque llena de rabia contenida.

—Kael, necesito hablar contigo. A solas.

Elena percibió el cambio en su compañero. El Alfa, su Alfa, respiró profundamente… pero no soltó su mano.

—Lo siento —dijo él, con una serenidad que era más amenazadora que un grito—. Elena me necesita.

—Pero yo también —respondió Freydis, acercándose a él—. Estoy esperando a tu cachorro, Kael. ¿O acaso lo olvidaste ya?

El silencio se volvió denso.

Elena no se movió. No parpadeó. Solo miró. Y luego… Kael habló.

—Y yo estoy cuidando de mi Luna.

Freydis palideció.

Sus ojos buscaron los de Elena, incrédulos. Pero Elena ya no era solo una humana más. Había fuego en su mirada. Sangre divina en sus venas.

Kael se acercó a la princesa, fijando su mirada en ella como garras.

—No negaré lo que ocurrió entre nosotros —dijo—. Pero fue solo una noche. Una que terminó claramente. Nunca te prometí un lugar a mi lado. Y eso lo sabes.

—¡Pero estoy esperando un hijo tuyo! —gritó ella—. ¿Eso no tiene importancia?

Kael negó con firmeza.

—Significa responsabilidad. Pero no amor.

Y sin añadir más, regresó a tomar la mano de Elena.

Freydis los observó marcharse, inmóvil. El futuro que había imaginado se desmoronaba con cada paso que daban.

Pensó que sería fácil. Ser la Luna. Tener poder. Dominar al Alfa más fuerte.

Pero ahora… todo debía cambiar.

Y si no caía por seducción o vergüenza…entonces caería por algo mucho más sombrío.

*

*

Días después.

El Gran Salón del castillo vibraba con susurros, pasos pesados y el conjunto de aromas de cada clan. Juntos alrededor de la mesa circular de piedra, los líderes de los clanes más influyentes y los reyes alfa habían respondido al urgente llamado de Kael. Las antorchas titilaban sobre los tapices que colgaban en las paredes, arrojando sombras inquietantes.

Recientemente, los ataques a pequeñas aldeas se habían vuelto más comunes. Las informaciones hablaban de hombres enmascarados, armas de plata y muertes sin motivo. La tensión era abrumadora.

Kael se levantó.  Su simple presencia hizo que el salón guardara silencio.

—Hemos sido atacados en nuestras fronteras, los clanes más vulnerables han sido cazados como animales. No podemos seguir solo reaccionando… es momento de tomar el control.

Su voz era potente, nítida, sin rastro de incertidumbre.

—Refuerzos estarán en los caminos principales. Enviaremos guerreros a las aldeas más lejanas. Y si es preciso, quiero que los omegas, betas sin importar sin su riqueza se mantengan a salvo dentro de los castillos. Nadie será dejado atrás.

La mayoría de los presentes asintieron. Un murmullo de aprobación recorrió la sala.

Sin embargo, no todos estaban de acuerdo con su perspectiva.

—Mis hombres vigilarán nuestras aldeas —manifestó con desdén el rey Erik de Freedom, sin ocultar su desprecio—. Pero no voy a llenar mi castillo con omegas incapaces de protegerse.

Un silencio incómodo se instaló en el lugar.

—Estoy de acuerdo con Erik —añadió el rey de Tharnes—. Mejoraremos nuestras defensas externas. No veo la necesidad de asustar a la gente con una evacuando.

Kael los observó. Primero a uno y luego al otro. Sus ojos se oscurecieron, aunque su rostro se mantuvo impasible. La ira ardía en su interior, pero no era el momento para perder el control.

—Comprendo su posición —respondió de manera diplomática, aunque su tono heló a más de uno—. Sin embargo, si algún aldeano suyo resulta herido… su sangre será culpa de quienes tuvieron la opción de protegerlos y no lo hicieron.

Los murmullos aumentaron. Algunos alfas se lanzaron miradas inquietas, mientras otros se mostraban irritados. La división era evidente.

Kael elevó su voz para recuperar el control.

—La reunión se da por concluida por ahora. Vuelvan a sus territorios. Refuercen sus fronteras. Prepárense. Estamos a las puertas de una guerra… y aún no estamos seguros de quién es el enemigo.

Retrocedió y, sin esperar, salió del salón.

Caminaba por los pasillos con los puños cerrados, cada uno de sus pasos resonando en la piedra. La rabia lo consumía por dentro. ¿Cómo podía haber líderes tan ciegos? ¿Cómo podían poner en peligro a los suyos por orgullo o estatus?

Estaba a punto de llegar a la escalera que conducía a sus habitaciones cuando una voz profunda lo detuvo.

—Kael, espera.

Era Arturo, su padre, quien aún tenía el título de rey.

Kael se dio la vuelta, tratando de mantener la calma ante su frustración.

—No puedo quedarme callado mientras juegan con las vidas de otros —comentó.

—Tienes razón al sentirlo así —contestó Arturo—. Sin embargo, debes aprender cuándo es apropiado hablar y cuándo es el momento de actuar con firmeza. Hoy demostraste liderazgo… pero también te notaron cediendo ante aquellos que son fuertes. Si no estableces límites, pensarán que eres débil.

Kael bajó la vista por un instante, consciente de que su padre tenía razón.

—Lo entiendo.  Pero no quería alterar el equilibrio frente a los demás. Aún no tengo la corona oficial. Quería evitar aumentar las tensiones.

Arturo lo miró en silencio. A veces olvidaba lo joven que aún era su hijo… y todo lo que ya tenía que soportar.

—¿A dónde vas?

—A prepararme —respondió Kael, levantando la cabeza—. Esta noche saldré.  Deseo ver con mis propios ojos lo que sucede en esas aldeas.

El padre asintió con resignación.

—Ten cuidado. No podría soportar perderte en medio de este caos.

Kael asintió y siguió su camino.

Sin embargo, lo que Kael ignoraba era que el verdadero peligro lo aguardaba… dentro de su propia habitación.

Y no era un enemigo cualquiera.

Era una trampa tejida con fragancia, orgullo… y deseo.

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Miroslava Soto Vigil
osea no entiendo xq la rechazarían si ella lo es humana es una loba la hija de la luna me confunde la autoraaaaaaa/Chuckle/
Miroslava Soto Vigil
osea no entiendo xq la rechazarían si ella lo es humana es una loba la hija de la luna me confunde la autoraaaaaaa/Chuckle/
Clara Fuentes
muy buena historia, gracias
runa
Excelente
Margarita Becerra
wow. es genial
amalia aguilar royo
Me ha encantado su novela.
Francy Eliana Castillo Gallon
ese rey avaro va a ser el q los entregue a todos ante Elena y su clan q ahora es más fuerte y preparado
Francy Eliana Castillo Gallon
esos 4 pequeños lobos lunares deben crecer fuertes para poder liberar a su pueblo mientras tanto le dan la fuerza suficiente a sus padres y familiares para seguir adelante con la lucha
Francy Eliana Castillo Gallon
cuatro príncipes llenos de poder y esperanza para ellos unos padres felices y llenos de orgullo por sus pequeños hijos
Coral Labrado
El lobo sabe la verdad por más que el humano se resista, pero siento que ella tiene un secreto...
Coral Labrado
Lo dicho. Es su luna y no puede hacer nada al respecto jaja
Francy Eliana Castillo Gallon
llegó la hora del nacimiento de los más poderosos seres de ese reino q serán amados y protegidos como lo q son un gran tesoro
Francy Eliana Castillo Gallon
el viejo desgraciado necesita q Elena ase case con el principe para aumentar su poder sobre los licántropos y así acabarlos pero lo q no sabe es q ella es una de ellos y ahora espera los futuros líderes mas fuertes y poderosos y brisia yo sabía q terminaría siendo marcada por Derek desde el comienzo a el le gustó
Francy Eliana Castillo Gallon
la magia q usa la bruja de freyfis los ayudo a entrar pero no pudieron salir de nuevo y hay estaba el truco
Alexander Villa
que bueno está esto
Francy Eliana Castillo Gallon
q tipo tan malo es un maldito cobarde q solo se mueve por ambición ojalá y acaben con el de primero no merece q Elena lo llame padre una vez mas
Alexander Villa
wuaoo genial
Coral Labrado
Al parecer ya apareció la luna del alfa!!!
Coral Labrado
Pobre princesa atrapada en una jaula de oro
Alicia Quintana
pusiste fotos de las otras dos pone una de Helena
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