¿Ella? Se casó y su esposo no es quien ella creía, ¿El? No recuerda nada ambos están atrapados en este matrimonio pero tal vez fue lo mejor que les pudo pasar a ambos
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EL VESTIDO ROJO.
...Elena: ...
La mañana transcurrió tranquila, Elliot estuvo trabajando desde temprano y yo aproveché para comenzar con mi portafolio para un nuevo empleo. Aún mantenía la esperanza en que algún día podría salir de todo este problema.
Rechel llegó por la tarde, con un montón de gente.
Estaba concentrada cuando ella se hizo presente en mi habitacion. Las personas que llegaron con ella traian unas cajas enormes.
-Perdona que entre sin tocar bella, pero es hora de prepararnos.
- ¿Que es todo esto? - Era grande mi sorpresa.
-Lo necesario para una noche donde serás el centro de atención- Ella les iba diciendo a las personas donde acomodarse.
Yo balbuceaba tratando de articular palabra.
-Sientate querida vamos a comenzar- Reachel me tomo de las manos y me llevo al tocador.
Me vi en el espejo, no me gustaba lo que veía de mi, estaba ojerosa por todos los días sin dormir bien y mi rostro demacrado, ademas en estos días no había reparado mucho en mi apariencia.
A decir verdad no quería ningún reconocimiento como esposa de Elliot, de ser así las cosas se pondrían más difíciles.
-¿Tu que opinas Rey? ¿Acaso no es hermosa?- Rechel también me veía por el reflejo del espejo tomándome de los hombros.
- Es bellísima y después de que usemos nuestras manos mágicas, te dire algo bella, todos los hombres babearan por ti, en especial el bombón que tienes por esposo - Dijó el chico mientras seguía acomodando sus cosas.
Me sonroje al pensar en Elliot, por alguna razón quería que mi apariencia le agradara.
-¿En verdad creen que me vea bien?
-Claro que si.
Rey y una chica comenzaron con migo y los otros dos chicos comenzaron con Reachel, después de que Rey les dio unas instrucciónes.
Después de terminar el peinado y maquíllaje entraron con un carro lleno de vestidos.
- ¿Por que tantos vestidos? - Reachel definitivamente exageraba un poco.
-No he podido decidir cuál llevar.
-Este de aquí es muy lindo- Tenía una pedrería preciosa.
-Si es muy lindo pero tu usarás este- Dijó sacándo el vestido rojo de espalda descubierta que vimos en centro comercial.
Mis ojos brillaron, ese vestido aunque era un poco revelador me habia gustado demasiado, me hacía ver como una mujer y no como una niña.
-¿Como es que?- No pude terminar la frase de lo enamorada que estaba de ese vestido.
- Después de que ustedes se fueron del centro comercial volví a la tienda y compre el vestido- La señorita Reachel tenia una sonrisa en el rostro.
- Es precioso- Suspire y acaricie el vestido.
-Lo se, te quedó perfecto por eso lo compré para ti- Lo descolgó de su lugar y me lo tendió- Anda pruebatelo
Lo evalué por un momento- No, no me lo pondré
Frunció el seño- ¿Que? ¿Por que no?
-Tu hermano dijo abiertamente que no le había gustado, no quiero que vaya a disgustarse.
Hasta el momento Elliot no se había molestado conmigo, pero no quería que hubiera una primera es vez, las pocas veces que hablaba de manera seria , se enojaba o levantaba un poco la voz me hacía estremecer, y no quería tener una discusión con el.
-Elena mi hermano no puede decirte lo que puedes o no usar.
Sopese sus palabras.
-Ademas estoy segura de que dijo que no le gustaba el vestido por celos.
-¿Celos? ¿De que?- eso no era una posibilidad
-Pues de otros hombres, conozco bien a mi hermano , le importa nada lo que las personas usen, pero, si te dijo eso, es por que sabía que tú vestido atraería miradas y eso no le pareció - Me sonrió- Pero esa no es razón para que él te diga lo que debes usar .
Me quede pensando un momento mas.
-No se, no se, no quiero tener un disgusto con el- mordí mi labio inferior.
-Mira ayúdame a decidir mi vestido y después de eso decides si utilizar el tuyo o no.
Asentí con la cabeza.
Ella comenzó a ponerse varios vestidos, no se por que no se decidía, realmente todos le quedaban fabulosos.
...Elliot:...
-Señor Elliot, tenía mucho tiempo que no lo veíamos por aquí, escuchamos que había tenido un accidente, nos da gusto que todo haya salido bien señor.
Agradecí con un gesto.
-Ya casi terminamos señor, enseguida lo atendemos.
-No hay problema sé que llegue sin avisar esperare - Tome asiento esperando que el barbero terminara su trabajo con otra persona.
Una vez que termino vi que higienizó todas sus herramientas muy bien, incluso la silla, pero yo tenía mi propia cortadora y materiales.
-Señor si gusta ya puede tomar asiento - El barbero hizo un gesto para que me sentara.
-Traje mi propio equipo.
-Por supuesto señor, la verdad es que siempre vamos a su casa, nos sorprendió el verlo aquí en esta ocacion.
No recordaba que tenían servicio a domicilio sin duda lo tomaría más adelante nuevamente.
-¿Sabe? perdí mi teléfono en el accidénte podría darmelo nuevamente- No me sentía cómodo hablando de mi falta de memoria.
-Claro señor- Me tendió una tarjeta.
Comenzó hacer su trabajo, utilizo mi equipo, antes de eso le expliqué como lo quería y lo dejó perfecto, ya veo por que Santos me dijo que no dejaba que nadie más me cortara el cabello.
Después me dirigí a casa nuevamente, subí a mi habitación y me di un baño, después al armario y tomé un esmoquin.
La fiesta era muy formal así debía vestir de esa manera.
Los tonos negros y blancos del traje hacian que mi ojos se vieran grises en lugar de azules como se apreciaba comúnmente.
Decidí bajar y al llegar al fin de la escalera pude notar que la noche había llegado a través de las puertas de cristal que dan hacía el jardín.
Me encontré con Flor.
-Flor, ¿Mi hermana y mi esposa ya están listas?
-No sabría decirle señor, hace un tiempo les lleve una bebidas pero aún no estaban listas, estaban decidiendo si la señorita Elena debía usar o no un vestido
¿Decidir si usar o no un vestido? Si todo se le veía bien, por que complicarse tanto.
-Bien esperaré aquí.
-¿Apetece algo de tomar señor?
-No Flor muchas gracias.
Las esperé casi una hora más ¿Por que tardaban tanto?
Camine de un lado al otro esperando en la parte baja de escalera.
-Ya estamos listas- Escuche la voz femenina de mi hermana desde la parte alta.
Gire, levante mi vista y mis hombros se tensaron.
No estoy seguro de que cara puse pero mis ojos no pudieron apartarse de ese vestido rojo una vez que se fijaron en el.
Necesite toda mi fuerza de voluntad para controlarme. Mi esposa llevaba el vestido rojo que tanto me había provocado el día de las compras.
Ellas bajaron lentamentee y mi vista con ellas hasta que estuvieron frente a mi.
Se que Reachel dijo algo pero no logré comprenderlo bien, los pensamientos en mi cabeza me estaban traicionando.
-Hermano- me llamó Rechel y por fin pude salir de mi trance- Es hora de irnos.
-Claro - sonreí
-No hagas eso- Me desconcerté -Te vez aterrador, tu sonrisa causa escalosfrios- siseó mi hermana.
A Elena le causó gracia su comentario.
La rubia tomó la delantera.
Tendi mi brazo a Elena y ella lo tomo con una sonrisa.
**********
Llegamos a la recepción ya había muchas personas presentes. No recordaba a nadie.
Muchos llegaba a saludarme, utilizaba un saludo genérico, nadie sabía de mi falta de memoria, solo mi familia y los socios de la empresa.
Santos y mi hermana estuvieron junto a nosotros todo el tiempo, y ellos hacían la presentación de Elena para que nadie se percatase de mi falta de memoria.
Todo estaba surgiendo bien, pero algo cambió cuanto mi hermano se acercó a nosotros .
-Hermano que bella está tu esposa el día de hoy.
Elena tensó sus hombros, y su expresión se tornó seria imediatamente.
-Ella siempre luce hermosa- Los ojos de mi esposa se posaron en mi con una sonrisa.
-Claro- Concordó Franco.
-Elliot el señor Bolat me ha estado mencionando que quiere asociarse con nosotros. El ha estado siendo muy exitoso en sus negocios y pienso que podría sacarnos del primer lugar si no lo unimos a nosotros.
-Tendre que pensarlo.
Franco se rio
-¿Pensar que?- preguntó algo irritado.
-Tengo que escuchar su propuesta.
Su risa fue más exagerada.
-Ha sido amigo de la familia por años, era amigo de nuestro padre incluso antes de que naciéramos, es como de la familia.
-Sinceramente no creo que sea el lugar para hablar de negocios- Dije restando importancia.
- ¿Bromeas? - Frunció sus cejas- Siempre aprovechas estas ocaciones para estas oportunidades.
Que fastidio con este hombre.
-Eso es por en ninguna presentaría a mi esposa- Coloque mi mano en la cintura de Elena.
-Ya veo- Volteó hacia mi madre- Madre hazlo entrar en razón.
-Estoy de acuerdo con tu hermano, no es el momento.
Suspiro resignado bebiendo su copa.
-Elliot hermano ¿como has estado?
Se acercó un hombre, me abrazo con efusividad. Me incomode pero no dije nada.
- ¿Que tal? - Seguí la corriente - Te presentó a mi esposa Elena.
-Si súpe que te casaste y no me dijiste nada- Dijó indignado
-Lo lamento.
-Esta bien, la verdad es que tu esposa es muy hermosa.
Frunci el seño.
-Elena el es Oscar Aragón, es dueño de una cadena de restaurantes muy conocida en todo el mundo, ha sido amigo de nosotros desde la infancia.
- Mucho gusto señor- Elena le tendió la mano en un saludo, el hombre la tomo y le besó la parte externa.
- Un gusto señora Elena, usted es un regalo para nuestros ojos.
Las mejillas de ella se tornaron rojas y volteó su mirada a mi.
-Gracias - Fue lo único que dijo.
-Señor Oscar le agradecería que guardara sus cumplidos para una dama más apta.- Yo tenía el rostro desencajado.
-Señor Oscar ¿que es eso? Solo le hice un cumplido a tu esposa no es para tanto- Resopló - ¿Pueden créelo? Elliot está celoso.
-Es normal se acaban de casar Oscar- Dijó Reachel con una sonrisa tratando de aliviar la tensión.
-Señorita Elena le invitó una copa - Oscar llamó a uno de los meseros.
-Le agradezco señor, pero me temo que no bebo.
-Vamos, por favor no vas a desairar a Oscar, Elena.- Franco por alguna razón la estaba molestando.
Elena suspiró- No claro que no.
Ella iba a tomar la copa pero la detuve.
-Ella no gusta beber, no necesita hacerlo para quedar bien con nadie, si la persona en cuestión no lo entiende es su problema- Defendí a mi esposa.
-Tienes razón Elliot, nunca obligaría a una dama a realizar algo que no desea- Oscar fue comprensivo.
-Esta bien Elliot, puedo beber una.
-¿Segura? - Le pregunte.
-Claro, se que cualquier cosa vas a cuidarme.
Asentí con la cabeza y ella tomó una copa de la bandeja.
-Elliot debo admitir que tienes una esposa muy hermosa- un hombre de edad y con algo de sobrepeso apareció de la nada.
Su mirada lasciva era evidente.
-Claro que si, es bellísima- Dije sonriéndole a ella.
-Elliot es evidente tu enojo cada vez que mencionan la belleza de tu esposa- Era evidente que Franco buscaba hacernos quedar mal de alguna manera.
-Lo lamento, estoy tan enamorado de mi esposa que no puedo controlarlo- Volvi a tomar la cintura de Elena.
-Bueno tal vez no estarías así si no dejarás que tu esposa vistiera tan provocativamente- Escupió de su asquerosa boca.
Elena se atragantó con su bebida, y yo sentí que mi ceja temblaba.
-Mi esposa, puede vertiese como ella quiera, es una mujer en toda la expresión de la palabra, y mostrar sus atributos me hace querer presumir lo que otros hombres jamás podrán tener.
Note algo de enojo en el rostro de Franco.
-Elliot ¿por que no, nos deleitas un poco con el piano amigo? Recuerdo que lo tocas muy bien- Oscar quiso aliviar la tensión.
Pero yo me tense. No recordaba como tocar el piano.
-Si Elliot deleitanos- Franco me retó con la mirada.
-No quiero aburrir a los invitados.
-Bromeas, eres espectacular al piano amigo- Oscarar se escuchaba sincero.
-Tendrás que hacerlo si no quieres que se den cuenta- Me susurro Santos al oído.
-De acuerdo, pero- Mire a Elena- Me gustaría que mi esposa me acompañara con su voz.
Se sorprendió.
-Elliot, pero yo no- dijo nerviosa.
-Esta fiesta es para ti, es la mejor ir manera de presentarte ante todos- Dije, algo en mi quería escucharla cantar.
Franco separó la copa de sus labios - Vamos Elena creo que tienes una voz hermosa.
- ¿Como sabes?- Lo vi con mirada fulminante.
-Corazónonada- Dijo de manera descarada.
Lo vi fijamente y el me devolvió la mirada.
-Si esta bien, te acompañare- Ella me tomo del hombro y se puso frente a mi.