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El CEO VIUDO ENAMORADO EN BORA BORA

El CEO VIUDO ENAMORADO EN BORA BORA

Status: En proceso
Genre:Romance / Yaoi / Amor a primera vista / Diferencia de edad
Popularitas:6.3k
Nilai: 5
nombre de autor: Mckasse

Arim Dan Kim Gwon, un poderoso CEO viudo, vive encerrado en una rutina fría desde la muerte de su esposa. Solo su pequeña hija logra arrancarle sonrisas. Todo cambia cuando, durante una visita al Acuario Nacional, ocurre un accidente que casi le arrebata lo único que ama. En el agua, un desconocido salva primero a su hija… y luego a él mismo, incapaz de nadar. Ese hombre es Dixon Ho Woo Bin, un joven biólogo marino que oculta más de lo que muestra.

Un rescate bajo el agua, una mirada cargada de algo que ninguno quiere admitir, y una atracción que ambos intentan negar. Pero el destino insiste: los cruza una y otra vez, hasta que una noche de Halloween, tras máscaras y frente al mar, sus corazones vuelven a reconocerse sin saberlo.

Arim ignora que la mujer misteriosa que lo cautiva es la misma persona que lo rescató. Dixon, por su parte, no imagina que el hombre que lo estremece es aquel al que arrancó del agua.

Ahora deberán decidir si siguen ocultándose… o si se atreven a dejar que el amor, como los latidos bajo el agua, hable por ellos.

NovelToon tiene autorización de Mckasse para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Casa de huéspedes H2O

El sol de Bora Bora parecía pintado con acuarela, y el viento traía ese olor a mar que lo envolvía todo. Arim bajó del bote privado junto a Sakura, que no dejaba de mirar la playa con los ojos brillantes.

—¡Papá, mira! —gritó, señalando un grupo de surfistas que corrían hacia el agua—. ¡Quiero aprender eso!

Arim sonrió, ajustándose las gafas de sol.

—Primero encontraremos dónde hospedarnos. Prometí que sería un fin de semana tranquilo.

—¿Tranquilo? —Sakura rodó los ojos—. Vinimos para alojarnos en el Hostal H2O. Recuerda papá.

La idea sola lo hace estremecer. Recuerda a ese que lo salvó a ambos y se emociona por alguna razón.

—De acuerdo. Esta vez será algo diferente. —Sacó su celular y le mostró la pantalla—. La casa de huéspedes familiar H2O, allá vamos.

Sakura arqueó las cejas.

—¿Papá, tú no vas a trabajar, cierto? ¿Será nuestro fin de semana?

Arim rió.

—Quiero que vivamos algo más auténtico. Y además, los comentarios son excelentes. No voy a trabajar. Aunque debo responder a tus abuelos.

La caminata desde el muelle fue corta. Entre palmeras y flores tropicales, apareció una casona de dos niveles pintada de blanco con detalles en turquesa. En la entrada, un letrero hecho a mano:

“Hostal H2O – Bienvenidos al paraíso.”

Sakura corrió hacia adelante.

—¡Me encanta! ¡Mira qué lindo!

Arim cargaba las maletas cuando una voz lo sacó de sus pensamientos.

—Buenas tardes. ¿Reserva... a nombre de Kim?

Alzó la mirada. Frente a él estaba un hombre alto, piel bronceada, camisa blanca holgada que dejaba entrever su pecho marcado, y una sonrisa tan cálida como el mismo sol de Bora Bora. Sus ojos azules, sin embargo, guardaban un misterio extraño.

Arim se quedó un segundo demasiado en silencio.

—Eh… sí. Kim —responde acomodándose las gafas de sol.

La niña estaba dando saltos porque no alcanzaba a verlo por el mostrador.

—Perfecto... ¿Y su pareja?—El hombre extendió la mano—. Soy Dixon, administrador del hostal. Bienvenido...

Arim estrechó su mano, sintiendo esa electricidad rara, como si su cuerpo reconociera algo que su mente todavía no podía nombrar.

—Ya nos conocimos. Ella es mi hija, Sakura. La reserva es de nosotros dos. Tu...nos salvaste de ser ahogados.

—¡Oh, por los cielos son ustedes!

— ¡Hola, señor Dixon!—dijo la niña, dándole un pequeño saludo con la mano. No podía ver su cara. Entonces Arim la tomó en brazos.

Arim se quita las gafas de sol y la gorra.

Dixon sonrió, inclinándose un poco hacia ella.

—¿Sakura y Arim? ¿Cierto?

—Si. Somos nosotros.

—Hola, Sakura. Me alegra tanto verlos ¿Lista para un fin de semana de aventuras...? Realmente recordaron la dirección.

—Somos buenos memorizando las cosas.

—No los esperaba tan pronto.

—Si. Yo no pensaba venir por ahora. Mi hija ya me tenía un lado alzado con la insistencia de venir.

—¡Gracias por decirme dónde te quedas! Papi siempre va a hoteles caros y este es el más hermoso de todos—respondió la niña, entusiasmada.

Arim carraspeó.

—¿Tú eres el dueño del hostal? Has hecho un gran trabajo

—Algo así. Lo administro con ayuda de mis hermanas y unos amigos. Ya verán, aquí el mar tiene otro sabor. —Luego añadió, con tono juguetón—: Y no me refiero solo a la sal. Que bueno que vinieron, de verdad. Son mis invitados de honor.

Dixon no sabe porque dijo eso. Esta muy nervioso de volver a verlos, tomando en cuenta el mal rato que pasó con sus padres en el hospital.

Arim lo miró fijamente. Había algo en esa forma de hablar, en esa risa, que lo hizo recordar la fiesta de máscaras… pero desechó la idea de inmediato. “No puede ser”, pensó.

Un rato después, ya instalados, Dixon les mostró el comedor. Las mesas eran de madera rústica, con jarrones de flores frescas. Varias personas desayunaban waffles y frutas.

—Aquí servimos el desayuno hasta las once, almuerzo a las doce a cuatro y cena de siete a diez, pero también tenemos menús especiales para quienes pasan mucho tiempo en el mar.

Sakura aplaudió.

—¡Yo quiero waffles!

—Anotado —dijo Dixon, guiñándole un ojo.

Arim, sin embargo, se mantenía observando a Dixon. Su camisa blanca suelta, el bronceado… había algo demasiado familiar. En la forma de hablar.

—¿Y tú? —preguntó de pronto Sakura, mirando a Dixon con curiosidad—. ¿Qué más haces además de cocinar y recibir turistas?

Dixon sonrió, acomodándose la manga larga que cubría los tatuajes de sus muñecas.

—Me gusta el mar. Enseño surf, buceo y snorkel. Soy biólogo marino de formación, pero aquí encontré mi refugio.

Arim arqueó una ceja.

—¿Te gusta ser biólogo marino? Vaya…

—Si.

—Eso explica tu entusiasmo por el océano.

Dixon se encogió de hombros.

—El mar siempre devuelve lo que uno le da. —Luego se giró hacia Sakura—. ¿Quieres que en la tarde te enseñe a surfear?

Los ojos de la niña se iluminaron.

—¡Sí!

Arim la interrumpió.

—Veamos primero si es seguro.

—No se preocupe, señor Kim. —Dixon habló con tono sereno, casi firme—. Conmigo estará más que segura.

Le sonríe y esa sonrrisa lo desarmó.

Ese tono hizo que Arim apretara la mandíbula. Había algo demasiado íntimo en esas palabras.

Dixon los condujo por un pasillo amplio adornado con cuadros de arrecifes y tortugas marinas. El olor a coco y sal se colaba por cada rendija, como si la casa misma respirara mar.

—Esta es su habitación —anunció al detenerse frente a una puerta blanca con detalles turquesa. Abrió con su llave maestra y dejó ver un espacio luminoso: una cama king size, muebles de bambú, un minibar surtido con botellitas de colores y, lo más espectacular, una terraza privada con vista directa al mar.

Sakura soltó un grito de emoción.

—¡Papá, parece una casa de muñecas gigante!

Arim entró tras ella, arrastrando las maletas.

—Más bien parece una trampa para que nunca quieras volver a casa.

Dixon rió, aunque los nervios le hacían jugar con la manga de su camisa.

—El minibar está incluido… así que, si Sakura se termina las papas fritas o las galletas de chocolate, no se preocupe, puede reponerlas sin costo.

Sakura corrió hacia la neverita, la abrió y sacó una bolsita de gomitas.

—¡Papá, mira! Aquí hay hasta juguitos y Nutella en mini frascos.

Arim arqueó una ceja, divertido.

—Bueno, creo que ya sé quién se va a mudar aquí.

Dixon sonrió, pero tragó saliva. El ambiente se sentía demasiado cercano, demasiado familiar. Se obligó a mantener el tono profesional.

—Ah, y la habitación tiene una puerta conectada con la otra. Por si vienen amigos o familia y quieren estar juntos. Podrá tener acceso desde adentro sin tener que salir al pasillo.

Sakura corrió hacia la puerta y la empujó. Daba a otra habitación igual de luminosa, pero con dos camas individuales.

—¡Papá, podemos abrirla y fingir que es un castillo! Tú en la torre grande y yo en la pequeña.

—Mientras no se te ocurra encerrar príncipes —respondió Arim, dejándose caer en la cama con un suspiro. El colchón era tan cómodo que casi olvidó que estaba siendo observado.

Dixon se apoyó discretamente en el marco de la puerta, riéndose bajo.

—Prometo que no hay dragones, solo vista al mar y mucho sol.

Sakura ya estaba en la terraza, gritando fascinada:

—¡Se ve todo el océano! ¡Mira, papá, hasta los peces saltan!

Arim se levantó, caminó hasta la terraza y quedó mudo por un momento. El horizonte se extendía como un lienzo infinito, azul y brillante.

—Definitivamente, fue buena idea venir… —dijo en voz baja.

Dixon lo escuchó y, sin querer, sus ojos se quedaron demasiado tiempo en él. Había algo en ese hombre que le apretaba el pecho, aunque no pudiera entender por qué.

Sakura regresó con las gomitas en la mano.

—¿Sabes, Dixon? Papá nunca ríe tanto como ahora. Eso significa que este lugar es mágico.

Dixon casi se atraganta con su propia saliva.

—¿Ah, sí? Bueno, entonces haré lo posible por que siempre estén felices aquí.

Arim lo miró fijamente, con esa expresión seria que escondía más de lo que mostraba.

—Eso suena como una promesa peligrosa.

Dixon se rascó la nuca, nervioso.

—Digamos que… soy bueno cumpliendo promesas tontas.

El silencio quedó en el aire por unos segundos. Sakura lo rompió, metiéndose otra gomita a la boca.

—Papá, ¿puedo abrir todas las botellitas del minibar y hacer un cóctel arcoíris?

Arim puso los ojos en blanco.

—No, princesa. No estamos en un laboratorio.

—¡Pero sería divertido! —replicó, inflando las mejillas.

Dixon no pudo contener la risa.

—Podríamos hacerlo con jugos, no con alcohol. Así todos ganamos.

Sakura chocó su mano con la de Dixon como si hubieran sellado un pacto.

—¡Hecho!

Arim suspiró resignado, aunque en el fondo estaba divertido. Miró a Dixon otra vez. Ese chico tenía demasiada facilidad para ganarse la simpatía de su hija… y eso le incomodaba casi tanto como la extraña electricidad que sentía cada vez que cruzaban miradas.

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Maru19 Sevilla
Todo está muy bien y va estar mejor cuando Arim se sacuda a su perniciosa familia 😂😂😂
Maru19 Sevilla
Arim está muy manipulado
Maru19 Sevilla
Cuánta pasión 🥰🥰
Maru19 Sevilla
Que descanses autora🥰
💖
La nana quiere al jefe
💖
Ya entendí es homosexual
💖
Una protagonista vestido de hombre /CoolGuy/
Erika Estrada
me encanta ojalá puedan estar juntos los tres 🤭
Maru19 Sevilla
Que bonito capítulo 👏
Maru19 Sevilla
Que posesivo! 🤭🤭🤭
Erika Estrada
entiendo a Sergey pero en el corazón no se manda y espero que ahora sí el domador de Delfines saque la casta que debe🤭
Erika Estrada
OMG por qué no hay hombres así en mi pueblo ☺️☺️
Yandi Perea Maturana: esos hombres solo existen y están en noveltoon🤣😂🤣😂🤣😂
total 1 replies
Maru19 Sevilla
Jajajaja que buen capitulo
Mckasse Escritora
🥰🥰🥰🥰🥰gracias por leer
Maru19 Sevilla
Me encantan tus novelas autora /Heart/
Maru19 Sevilla
A poco no le tentación, saber quién es /Slight/
Maru19 Sevilla
Ni modo a recetearse Alfa
Mckasse Escritora: jajaja está buena esa
total 1 replies
Maru19 Sevilla
Ah, pillines/Drool/
Maru19 Sevilla
Picarones/Chuckle/
Mckasse Escritora
muchas gracias
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