¿Que tanto impacto puede hacer un crucigrama en la vida de las personas?
Guillermo es mujeriego, las mujeres no le duran más de dos meses, salvo Elisa, con quien tuvo una relación de casi un año.
un amigo en común parece encontrar la medicina para los dos.
¿Podrá el crucigrama hacer cambios en Guillermo?
NovelToon tiene autorización de Francia Laura para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
La suerte
Guillermo y Elisa se despiden de sus anfitriones a primeras horas de la mañana, Elisa todavía tiene dinero para pagarle viaje hacia la ciudad más cerca, ¿Cuál será ciudad? No sé sabe, al llegar tendrá que pedir información y en base a ello orientarse.
Al dejar la casa de sus anfitriones la “pareja” emprende un viaje a pie hasta la carretera, hay un buen camino que recorrer, los campos de cultivos de té son relativamente grandes, por lo que llegar a la carretera a pie les tomará unos dos días. Lo bueno, es que ellos tienen provisiones alimenticias para cuatro días.
Guillermo no puede hacer tramos largos, recién su costilla ha sanado, y caminar tanto le está provocando dolor.
-Elisa, apiádate de mí, tengo dolor, no estoy bien del todo.
- Estamos en medio de una plantación de té. - quiere hacerle enteder que estan en un lugar que no se pude hacer parada.
- Lo sé, pero necesito hacer un alto. Elisa – su voz suena más a suplica arrepentida, que a dolor cuando pronuncia el nombre de su ex.
- A tres metros de tu izquierda hay una roca, puedes sentarte allí. – le señala la roca.
Guillermo va hacia allá, y se sienta con un poco de dificultad. Estar sentado le da alivio, cierra los ojos y tira la cabeza hacia atrás, da unos respiros con la boca semi abierta, y tanto se siente bien, que se duerme.
-Guillermo, no te duermas. – le da suaves cachetadas.
- Me siento cansado. – balbucea – Solo cabeceo un poco y reanudamos la caminata. – intenta mirarla.
Elisa no tuvo más remedio que sentarse al pie de la roca y esperar a que Guillermo se reponga. Guillermo se durmió media hora y como aviso que ya descansó lo suficiente acaricia el cabello de Elisa.
- ¿Ya despertaste? – para ella era un milagro que haya despertado.
- Sí, ahora podemos continuar con el viaje.
Ambos se ponen de pie, y continúan su marcha, tenían que aprovechar la luz de día, las plantaciones de té están listas en esta área, y solo con la luz del sol se puede ver el camino. El primer día, fue pesado para Guillermo, hizo tres paradas durante el día aparte de la hora de comida.
Elisa comió su ración, pero Guillermo no la terminó, no era tanto el hambre sino el cansancio, Elisa tuvo la paciencia de esperar media por cada parada, gracias a su entrenamiento ella tiene buena orientación nocturna, el brillo de las hojas superficiales la orientan, el camno a seguir se ve como una sombra, como una serpiente que hace de guia. Guillermo nunca ha pasado por esto, tiene miedo, caminar por esos lares en la oscuridad es como vivir un cuento de terror. Para menguar su miedo, toma del hombro a Elisa.
- ¿Qué haces? ¿Por qué me tocas? – Elisa se molesta.
- Nunca he caminado de noche dentro un campo de cultivo, no sé orientarme. No quiero incomodarte, solo lo hice para no perderte.
- ¿Para qué? – su pregunta era para que Guillermo se rectifique.
- Para no perderme. – le responde, el conoce a Elisa y entiende lo que quiere decir cuando hacer esas preguntas.
- Escuché mal entonces. Creí que me habías tomado el pelo.
- No, como crees. – Guillermo se ha dado cuenta de lo que acaba de ocurrir.
-Como me lo has hecho por un año, pensé que te divertías volviendo a lo mismo. – le restriega en cara todo el pasado.
- Elisa, todo iba bien entre los dos. Mi mente me empezó a traicionar y he luchado varios meses hasta que cedí. – le explica.
Elisa hizo un alto, su mente rápidamente busca en los recuerdos las palabras de Guillermo en aquella noche que lloraron juntos bajo la noche estrellada. Guillermo esta inquieto, sabe que cuando Elisa se detiene repentinamente es porque algo está pasando.
- ¿Te pasa algo, Elisa? – le pregunta con voz cariñosa pero no hay respuesta - ¿Estás bien Elisa? – le preocupa el silencio e insiste para hacer hablar a su guía.
-Tenemos que buscar un punto donde pasar la noche. - no le dio el gusto de saber la verdad, fue su coartada.
- Yo te sigo, confío en ti.
La última frase de Guillermo ha conmovido a Elisa, él confía en ella, pensar tanto en la palabra confianza la distrajeron y sobrepasaron el punto donde debían parar para pasar la noche, así Elisa tuvo despertar de la distracción y retroceder un poco.
Comen algo, y Elisa tiende el tapete para poder dormir encima y con unas mantas se tapan, Guillermo se toma su tiempo, tiene que ir al ritmo le permite su cuerpo. Elisa parecía dormida, su respiración era fuerte.
Guillermo abraza a Elisa y le susurra: “Has cuidado de mí por semanas, está noche yo te cuido como lo hacía cuando estábamos juntos”
Elisa abrió los ojos, escuchar esas palabras le traen recuerdos y no puede evitar de derramar lágrimas en silencio. Eso altera el ritmo de la respiración y Guillermo lo siente.
-No vayas llorar Elisa, no te voy a hacer daño, solo te voy a cuidar. – él cierra más su agarre con su brazo, dando a entender que la cuidar de verdad.
Poco a poco Elisa se duerme y Guillermo también, pero tal y como se fueron a dormir, amanecieron. Pese a que Guillermo no puede permanecer “santo”, le es imposible mantener su cuerpo sin actividad y menos teniendo una mujer al lado, no se aprovechó, cumplió con su palabra de cuidarla.
Para Guillermo fue una noche especial, según él ha vuelto con Elisa, se ha sentido tranquilo, Elisa fue su medicina, no pensó en nadie más que Elisa, se olvidó hasta de que tiene madre, como todo hijo, siempre se revive esa conexión con mamá cuando se vive en situaciones difíciles, pero en Guillermo eso no pasó, él pensó y soñó con Elisa en todo lo que quedó de la noche.
La suerte los ha acompañado hastaa ese momento, nada malo les ha ocurrido, normalmente hay animales entre grandes y pequeños que pueden matar al ser humano, pero nada en absoluto pasó. Al día siguiente, parece que ella los sigue, Guillermo ha caminado bastante, es más, solo hizo dos paradas aparte de la hora de comer y llegaron a la carretera.
Llegar allí fue fácil, pero ahora ¿Cómo llegar a la ciudad? ¿Habrá alguien que los pueda jalar hasta allá? ¿Qué tan lejos puede estar la ciudad más cercana? Los anfitriones le comentaron que la ciudad más cercana es el condado de Meitan.
Fueron necesarios dos horas de espera para encontrar un camión rural que les dio una mano para dejarlos en el condado de Meitan. Conforme avanzan su viaje al condado, ellos ven desvanecer las 43 mil hectáreas de plantación de té. El camión dejó a los viajeros cerca de una estación de buses, pensando que debían viajar a otra provincia.